6. Evaluamos
- Evaluación Formativa
- 1. Evaluando un modelo nuevo
- 2. ¿Qué podemos probar?
- 3. Anticiparnos
- 1.4. Recuperamos una materia
Evaluación Formativa
No hay que confundir el acceso a la información con la adquisición de conocimiento o desarrollo de competencias.
La evaluación como herramienta de mejora
La evaluación siempre es un instrumento que se suele relacionar con las calificaciones, normalmente realizadas a través de pruebas escritas. No obstante, la evaluación implica mucho más. Nos tiene que dar información acerca de dónde se encuentra nuestro alumnado y qué camino le queda por recorrer para alcanzar los mínimos que le permitan continuar en cursos sucesivos. Pero a su vez, nos puede servir para evaluar nuestro propio trabajo, nuestros puntos débiles y localizar en qué aspectos podemos mejorar. Una retroalimentación por parte del alumnado también ayuda a analizar y mejorar nuestra labor como docentes.
De ello se habla en varios puntos de nuestro currículo.
Estos artículos explican cómo el alumnado debe adquirir ciertos elementos básicos antes de comenzar la siguiente etapa, y por lo tanto sin esos elementos no se habría cumplido el objetivo. No obstante, la evaluación que elaboremos para calificar a nuestro alumnado los calificará a ellos, pero también lo hará con el proceso enseñanza-aprendizaje que han seguido y que por lo tanto habrá que revisar si falla de forma significativa en algún aspecto.
La evaluación, por tanto, tiene que ser un proceso en el que analicemos los resultados y modifiquemos las estrategias de aprendizaje si no están funcionando. Éstos tienen que estar en una continua revisión, de la misma manera que nuestro alumnado y nuestra sociedad está en contínua evolución.
Tenemos que medir el impacto de nuestras actuaciones con el alumnado e ir en busca de las herramientas que mejor funcionen. Esto se consigue teniendo la evaluación del alumnado como instrumento de evaluación de las actividades realizadas.
Así pues, y como hemos dicho anteriormente, la evaluación nos servirá para identificar el momento en el que se encuentra nuestro alumnado en el proceso enseñanza-aprendizaje y para replantearnos las actividades realizadas y la metodología seguida.
1. Evaluando un modelo nuevo
Durante el periodo de confinamiento de 2020 se tuvieron que modificar sustancialmente la forma de evaluar y calificar durante el periodo no presencial. Algunos de estos cambios fueron acertados y deberíamos preguntarnos si no pueden seguir aplicándose actualmente.
En esa ocasión salimos de de nuestra zona de confort y exploramos caminos totalmente nuevos. En esta situación especial tuvimos la oportunidad para realizar cambios y probar y comprobar qué nos funciona y qué no lo hace.
En este momento con la introducción de la LOMLOE en cursos alternativos y programaciones nuevas no debemos tener miedo a fallar.
2. ¿Qué podemos probar?
Pensemos que el uso de plataformas digitales facilita la comunicación entre los alumnos. El alumnado es nativo digital y está muy acostumbrado (o va a estarlo) a este tipo de comunicación.
Se pueden elaborar tareas que impliquen el trabajo en equipo y donde la evaluación tenga un apartado donde ellos mismos evalúen el trabajo de sus compañeros, sean conscientes de su trabajo y de esfuerzo del resto del equipo (coevaluación).
Rúbrica Coevaluación
Este tipo de rúbricas te da una visión de qué es realmente lo que ha sucedido dentro del grupo
El trabajo por proyectos tiene muchas ventajas, como hemos dicho en el módulo 3, su evaluación es más compleja. Se debe evaluar tanto el proceso como el producto final presentado. El producto final se puede evaluar con rúbricas que se ajusten al producto final entregado, sea vídeo, presentación o dossier. Evaluando tanto el trabajo en grupo como la parte individual de cada participante. Para la evaluación del proceso se pueden utilizar herramientas como los diarios de aprendizaje, o la coevaluación, de la que acabamos de hablar.
Otra herramienta que se puede probar son los filtros antiplagio, algunas plataformas ya lo tienen incorporado como “classroom”, otras son de pago o gratuitas incorporando publicidad.
Aquí os dejamos un artículo al respecto
8 programas antiplagio
No obstante, lo ideal es elaborar actividades que sean imposibles de plagiar. Modificando datos iniciales o pidiendo actividades donde entre en juego la creatividad.
Los exámenes a distancia son difíciles de supervisar y no se puede asegurar el trabajo individual. Desde este curso abogamos por dar menos peso a estas herramientas y más al trabajo diario y la entrega de dossieres ya sean de trabajos propuestos o productos de ABP. Los exámenes presenciales pueden ser una nota que acabe de pulir la nota recibida, no formar parte del grueso de la calificación.
Detecta las actividades que mantienen activa solo a una parte del alumnado y evítalas.
Si optas por quitar peso a los exámenes, ten en cuenta que el alumnado lleva años trabajando y realizando exámenes. Define con claridad las tareas y cómo se van a calificar. Al tratarse de una manera distinta de trabajar es muy necesario invertir tiempo en definir la tarea y transmitir qué es lo que se espera del alumnado. El desconocimiento, la falta de transparencia y la inercia a volcar todo el esfuerzo en el examen pueden llevar presentar dossieres de baja calidad. No obstante, es lo habitual en las primeras ocasiones.
Debemos evitar que las fechas y formatos de exámenes a realizar o proyectos a entregar sean inflexibles.
3. Anticiparnos
Ante la introducción de nuevos escenarios como son las "situaciones de aprendizaje" y referencias como los saberes básicos parece lógico modificar el peso de las pruebas escritas. Plantear el reparto de la nota final entre más elementos evaluables.
Se puede planificar aportando alternativas para los nuevos escennarios.
Te proponemos que elabores rúbricas para corregir trabajos, redacciones, trabajos en equipo, vídeos o presentaciones. Estas rúbricas tienen que estar relacionadas con los criterios y los saberes básicos de evaluación del currículo correspondiente. (Puedes ver algunos ejemplos en la actividad 1 de este módulo)
Te invitamos a que ponderes la nota final siguiendo unos repartos flexibles y con alternativas. Te adjuntamos un ejemplo:
En este caso tendríamos una alumno Juan que ha asistido toda la evaluación, mientras que Ana no ha podido realizar todas las pruebas o alguna de ellas la ha presentado telemáticamente.
Puedes observar que aunque Ana no haya podido asistir a la prueba escrita, se ha podido obtener su calificación sin necesidad de rehacer calendarios para repetir el examen. Los porcentajes que conforman la nota final tienen varios apartados con lo que es más complicado quedarse sin calificación.
1.4. Recuperamos una materia
Para la recuperación de una materia proponemos tener una mirada DUA, si se ha fracasado al superar la evaluación siguiendo un camino, es un buen momento para ofertar distintas opciones para superar la asignatura. La mera repetición de un modelo puede llevar al fracaso simplemente por tratarse de repetir algo que ya hemos comprobado que no funciona