3. La convivencia a lo largo de la vida escolar

La convivencia en el entorno educativos tiene unas características que la diferencian de las que se dan en el entorno familiar. Las relaciones entre iguales son más variadas y numerosas. La relación profesor-alumno es diferente de la paterno-filial. Hay mayor número de adultos que interactúan con los menores. Estas diferencias, hacen que las relaciones personales que se dan en la escuela favorezcan el desarrollo socio-personal del alumnado. Favorecen el conocimiento de uno mismo: Autoconcepto y autoestima. Favorecen el conocimiento de los otros y el conocimiento de los sistemas sociales en los que se participa

Las relaciones personales se sustentan en:

  1. Ley de la reciprocidad social, o regla de oro

No hagas conmigo lo que no desees que yo haga contigo. No me trates como no quieres que yo te trate, o ... sé amable conmigo si quieres que yo lo sea contigo, sé correcto conmigo y yo lo seré contigo, quiéreme y te querré, salúdame y te saludaré, trata mis cosas con respeto y lo haré lo mismo con las tuyas...

El incumplimiento de esta ley se manifiesta la falta de respeto, burla, agresión, no ayudar cuando otro lo necesita, falta de empatía y comprensión, que conllevan a la aparición de sentimientos que desembocan en el aislamiento social.

  1. Ley de igualdad

Todos somos iguales, todos tenemos los mismos derechos y deberes, la misma libertad de expresarnos y justificar nuestros razonamientos. Las opiniones de todos y todas, son consideradas con el mismo valor. Todos y todas tienen derecho a expresar y resolver los conflictos mediante discusiones y lenguaje, mediante negociaciones y entendimiento.

Cuando se incumple esta ley, no se respetan los derechos las opiniones de los demás, se les impide la expresión y se utiliza la violencia como forma de resolución de conflictos.

  1. Las reglas de pertenencia al grupo

En sus relaciones interpersonales los niños y niñas entienden que hay unas reglas de juego y de grupos que hay que respetar, empiezan a defender unos valores, actitudes y comportamientos. Estas reglas deben de respetar la igualdad y reciprocidad social, no deben ser agresivas, ni humillantes, ni diferentes para cada uno del grupo.

El incumplimiento deviene en abuso de poder, valores, actitudes y comportamientos defendidos por el grupo no coherentes con los valores que la sociedad considera justos; modelos muy agresivos y violentos

El mayor o menor desarrollo de estos tres principios, pueden conformar los roles que se establecen dentro de las redes sociales de los alumnos y alumnas y crear situaciones en las que los alumnos y alumnas sean populares, rechazados, ignorados o controvertidos.

La escuela debe poner en marcha estrategias de cooperación, de diálogo y crear situaciones que favorezcan el desarrollo emocional y moral del alumnado.

3.1. La convivencia en Educación Infantil

La educación infantil contribuirá a desarrollar en las niñas y niños las capacidades que les permitan:

  • Conocer su propio cuerpo y el de los otros, sus posibilidades de acción y aprender a respetar las diferencias.
  • Observar y explorar su entorno familiar, natural y social.
  • Desarrollar sus capacidades afectivas.
  • Relacionarse con los demás en igualdad y adquirir progresivamente pautas elementales de convivencia y relación social, así como ejercitarse en el uso de la empatía y la resolución pacífica de conflictos, evitando cualquier tipo de violencia.
  • Desarrollar habilidades comunicativas en diferentes lenguajes y formas de expresión.
  • Promover, aplicar y desarrollar las normas sociales que promueven la igualdad de género.

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Imagen 5. Convivencia en el centro. Elaboración propia

Los objetivos de la educación para la convivencia en esta etapa, entre otros, son:

  1.  Aprender a relacionarse con los demás.

Para ello el alumnado deberá:

Para conseguir este objetivo, deberemos:

  1. Aprender a comunicarse a través de distintas formas de expresión, especialmente del lenguaje oral

Para ello, los alumnos y alumnas deberán:

Para conseguir este objetivo:

  1. Adquirir actitudes básicas de relación y convivencia

Para ello los niños deberán:

Para conseguir este objetivo:

Además de la contribución al bienestar emocional, clima de convivencia, cohesión de grupo y desarrollo personal que genera la habitual asamblea de clase, que el profesorado de esta etapa suele realizar, ofrecemos, a modo de ejemplo algunas estrategias de valiosa contribución al clima de convivencia:

Reservaremos uno de los rincones del aula, como un espacio donde el alumnado que, en un momento dado tenga dificultades para su autocontrol emocional, pueda permanecer en él, sin perder la supervisión del profesorado, pero aislado visual y emocionalmente del resto de alumnado. Un biombo construido con unas tabas, o incluso unos cartones, una mesa con juegos manipulativos… servirán para tener un recurso muy valioso.

Podemos ver una descripción de este recurso en:

Canal Más que palabras. (26 de marzo de 2020). Cristina Gómez. "El Rincón de la Calma" [Archivo de vídeo]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=FKrg51NyccY. Licencia YouTube estándar

La profesora Barbara Porro, publicó hace ya años, este método que ella utilizaba en su clase de educación infantil. Colocaba un gran dibujo de una oreja y otro de una boca, junto a dos sillas que estaban en un rincón del aula. El alumnado que tenía alguna disputa, podía solicitar permiso para incorporarse a él y, con la ayuda de un reloj de arena (que puede construirse de forma casera con un par de botellas de plástico) los dos alumnos dialogaban respetando escrupulosamente el turno de palabra entre uno y otro. Durante un turno, uno calla y escucha mientras otra habla, el siguiente turno, al contrario.

Podemos colocar un “emocionómetro” en clase para que el alumnado vaya aprendiendo a identificar y nombrar sus emociones y que profesorado pueda guiarle en la adopción de estrategias de autorregulación emocional si así lo requiere.

Unas flechas con velcro por detrás serán suficientes para que el alumno o alumna nos indique qué emoción está sintiendo y en qué intensidad.

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Imagen 6. “Emocionómetro”. Elaboración propia.


No queremos terminar este apartado sin recordar una vez más que esta etapa va a sentar las bases para un correcto desarrollo emocional del alumnado y va configurar de manera muy importante el tipo de relaciones que se establezcan en el futuro.

Una excelente guía para planificar el trabajo en estas competencias, la encontramos en la publicación de Carme Boqué TITULADA Hagamos las Paces. Mediación 3-6 años, editada por CEAC

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Imagen 7. Portada del libro Hagamos las paces. Carme Boqué, Ed. Octaedro

3.2. La convivencia en Educación Primaria y Secundaria

Aunque, evidentemente, existen diferencias en las características, necesidades y competencias socioemocionales entre el alumnado de los primeros cursos de Ed. Primaria y las del de los últimos cursos de Secundaria, hemos optado deliberadamente por unificar en este epígrafe ambas etapas, entre otros, por los siguientes motivos:

  • Es un hecho constatado que cada vez más, el alumnado de Primaria va incorporando a su repertorio de conductas y necesidades, cuestiones que hasta hace pocos años eran exclusivas de alumnado de mayor edad.
  • Las propuestas que vamos a exponer, son aplicables, tanto al alumnado de Primaria como al de Secundaria.
  • Consideramos que debe hacerse un esfuerzo por facilitar el tránsito del alumnado entre las dos etapas educativas, y ello conlleva ir implantando en los últimos curos de Ed. Primaria, protocolos, sistemas, recursos y prácticas de gestión de la convivencia que se aplican en ESO y viceversa.
  • En lo referente a la formación de alumnado participante en Sistemas de Ayuda entre Iguales, tenemos experiencias muy gratificantes de haber hecho formación en convivencia conjuntamente a alumnado de ambas etapas, realizando las mismas actividades y aprendiendo mucho unos de otros.
  • La propia administración educativa está propiciando en algunas Comunidades, la creación de centros públicos que integran las distintas etapas educativas.
  • Hay situaciones de quiebra de la convivencia, como la disrupción, el acoso escolar, determinados tipos de violencia, y el ciberacoso, que se dan especialmente en los últimos cursos de Ed. Primaria y los primeros de Secundaria Obligatoria.

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Imagen 8. Actividad de tutoría. Elaboración propia.


Siguiendo a Juan Carlos Torrego [1] , como elementos a desarrollar en estas etapas, en relación con la convivencia, destacaremos:

La elaboración participativa de las normas
Planes Preventivos

El desarrollo de planes específicos en la tutoría, que incluyan determinados contenidos y actividades, resulta en la práctica otro elemento valioso para mejorar la convivencia en los centros.

Algunos temas que se consideran centrales para mejorar la convivencia y prevenir la violencia o la exclusión son:

Técnicas y herramientas para dar respuesta a los conflictos

Un procedimiento de resolución de conflictos, que consiste en la intervención de una tercera parte, ajena e imparcial al conflicto, aceptada por las partes y sin poder de decisión sobre éste, con el objetivo de facilitar que éstas lleguen por sí mismas a un acuerdo por medio del diálogo y la negociación.

Sus características son:

Aprender a negociar como estrategia para resolver los conflictos interpersonales es un contenido esencial en la formación del alumnado, desde un planteamiento de educación para la paz y la convivencia pacífica.

La negociación es un modo de resolver los conflictos interpersonales de forma cooperativa, que pretende llegar a un acuerdo que sea beneficioso para ambas partes. A diferencia de la mediación, los conflictos se resuelven directamente por las partes implicadas. El gran reto es hacer ver a las partes que cooperar es mejor, ya no sólo desde el punto de vista ético, sino también desde el punto de vista de la eficacia.

La negociación no debe cuestionar normas o derechos que están por encima en una escala de valores o en un rango normativo. No serán negociables aquellos conflictos que vayan en contra de una norma superior justa, como el derecho a la educación; la obligación de asistir a clase; derechos y deberes de los alumnos; cuestiones relacionadas con la salud, la dignidad o los derechos humanos, o cuestiones que tienen que ver con la organización de las instituciones y que no están sujetas a cambios: horarios de clase, plantilla de profesores, etc.

Antes de negociar es necesario reflexionar sobre nuestro estado de ánimo y tratar de reconocer nuestras propias emociones, controlar las emociones negativas (ira, rabia, en­fado...) y considerar si es aconsejable posponer el proceso y evitar actuar “en caliente”, con el fin de facilitar así un mejor clima para el diálogo

Con ayuda de la siguiente imagen, podemos ayudar al alumnado de Primaria a iniciarse en la práctica de la negociación.

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Imagen 9. Seis pasos para la negociación. Elaboración propia


Estos programas, que desarrollaremos con más detenimiento en el bloque 3, tratan de desarrollar en todos los participantes la capaci­dad de ayudar y ser ayudado, como una dimensión fundamental de la convivencia. Se apoyan en la convicción de que los alumnos constituyen un potencial fundamental para la convivencia escolar y ayudar a mejorarla. Ofrece modelos positivos de comportamiento que favorecen una educación moral y un estilo de relación basado en el apoyo y el respeto.

Los contratos son pactos entre dos personas (generalmente el tutor y el alumno) cuyo fin es el logro de unos objetivos relacionados con deter­minados aspectos del proceso educativo que necesitan ser mejorados.

El análisis de las situaciones y la toma de decisiones relacionadas con deseos y pro­yectos personales, favorecen la autonomía, el autocontrol y la motivación. También se mejoran las relaciones interpersonales con los compañeros y con los adultos. Además, permiten la atención a la diversidad, al adecuar los compromisos a las características y necesidades particulares del alum­nado. Sus debilidades tienen que ver con que su éxito depende de que se den una serie de condiciones como la implicación del alumno y del profesorado, y la coordinación y constancia en el proceso

Los contratos pueden realizarse con un solo alumno, un grupo o una clase completa. También pueden extenderse a otros contextos como el ámbito familiar.

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Imagen 10. Imagen de un modelo de contrato de conducta. Elaboración propia


Las fichas y los espacios de reflexión, como el aula de convivencia, son instrumentos que permiten dar una respuesta ante las conductas disruptivas o comportamientos inadecuados, provocando la reflexión y el compromiso del alumnado.

El tutor apoya el proceso de reflexión y compromiso y el alumno completa la ficha reflexionando e implicándose en una solución efectiva. Mediante una entrevista personal guiada, el tutor intenta en un primer momento relajar la situación para, posteriormente, dar la oportunidad al alumno de que exprese sus razones, sentimientos y reflexio­nes, con el fin de facilitar el logro de algún compromiso final.

Es una técnica que favorece la comunicación y la expresión de sentimientos. Facilita el análisis reflexivo de las situaciones vividas. Crea conciencia moral al valorar las consecuencias de sus actos y facilitar acciones de restitución, reparación y reconciliación. Exige la implicación del alumnado entrevistado, ya que de lo contrario puede convertirse en mero formulismo. Es importante fomentar un clima de baja tensión, no culpabilizar, así como favorecer la complicidad y el deseo de resolver el problema. Exige un seguimiento de su cumplimiento.

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Imagen 11. Modelo de hoja de reflexión para el alumnado. Elaboración propia.

La disrupción en el aula.

Uno de los problemas que más preocupa al profesorado y que tiene que afrontar a menudo en las aulas son los comportamientos disruptivos. Disrupción se refiere a un conjunto de conductas diversas que impiden al profesorado llevar a cabo desarrollar la clase de manera adecuada, interrumpiendo sus explicaciones, obstaculizando sus actividades y dificultando el desarrollo de las propuestas que plantea al alumnado alumnos. Propicia un clima de aula tenso donde se crean malas relaciones interpersonales, tanto entre profesorado y alumnado, como entre el propio alumnado.

La disrupción surge de la combinación de factores relacionados con el alumnado, la institución escolar, el currículo, la gestión de aula, el entorno familiar y social. Por todo ello, la disrupción ha de ser analizada a diferentes niveles: individual, familiar, de clima de clase, de la escuela, de la comunidad y de la estructura social.

Una propuesta de intervención para abordar casos de disrupción que afectan a un grupo-clase, es el siguiente:

A continuación, presentamos un modelo se hoja de seguimiento para utilizar cuando un alumno o alumna ha firmado un contrato de conducta por conductas disruptivas. El profesorado, al finalizar cada sesión registra la conducta y trabajo del alumno y así esta información está fácilmente disponible para el profesorado encargado de la supervisión del cumplimiento del acuerdo (tutor/a, orientador/a, Jefatura de estudios o tutor/a individual).

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Imagen 12. Modelo de hoja de seguimiento. Elaboración propia.


[1] TORREGO, J,C. (coord.) (2014) La tutoría en los centros educativos.. Barcelona, Graó

 

 


Revision #1
Created 24 February 2025 10:58:14 by Equipo CA
Updated 24 February 2025 11:03:15 by Equipo CA