El huerto escolar: diseño, organización, estrategias didácticas y dinamización. INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN “El peor proyecto es el que nunca se empieza” Hay que probar las cosas por uno mismo. En cada centro hay microclimas diferentes y los calendarios deben ser orientativos, no dogmáticos. El peor proyecto es el que nunca se empieza, en este caso mucho más, ya que cada error es un aprendizaje. Por todo esto, este curso es un guión, un lienzo en blanco donde os pretendemos dar una paleta de colores, con sus luces y sombras. Que cada cual emplee los tonos que considere más apropiados al crear su obra. Hay que entender el huerto como un ente vivo, dinámico, en continuo cambio y con sus ciclos correspondientes. El alma de este trabajo es unir generaciones, culturas, ilusiones y planes de futuro a través de un bien común, conseguir que cada día nos acostemos sabiendo que hemos contribuído a mejorar un poco el entorno en que vivimos en nuestra valorada rutina. El eje central que conectará todo lo anterior serán los espacios rurales por antonomasia, el huerto familiar, el de aquí y el de cada uno de los lugares de donde llegaron las familias de nuestros alumnos, haciendo ver que todos tenemos algo muy bueno que aportar y que, con el enfoque y la formación adecuada, veremos potenciadas las habilidades que cada miembro participante otorga al resto. Hablamos de desarrollo sostenible; soberanía alimentaria; alimentación saludable; frenado del éxodo rural; nuevas perspectivas laborales para la juventud; regeneración de suelos; creación de corredores ecológicos, aumentando así la biodiversidad y el control de las temidas plagas; fomento de la tradición oral y buen hacer de nuestros mayores, retomar la sabiduría local y cómo aplicar la alóctona y hacer de ambas “la nuestra”; solidaridad; inclusión social....Términos que tan en boca están en esta era COVID donde, como todo en la vida, nos ha hecho valorar lo que realmente tiene importancia. ¿O acaso no es cierto que cada vez más tendemos a volver a “la tierra”, a conectar con el mundo rural? ¿No sería un error transmitir a nuestros alumnos que tener un buen trabajo con un buen sueldo te asegura la felicidad? ¿No sería más correcto transmitirles que han de formarse para buscar después SU felicidad? Este proyecto es una reivindicación de la importancia de la agricultura en nuestra sociedad, pilar básico para el correcto funcionamiento de todo lo que va detrás, que no delante. Basta ya de poner etiquetas, valoremos esta profesión como cualquier otra; existe una formación detrás de cada una de ellas: médico, abogada, maestro, peluquero...todos requieren de una formación previa, teórica y práctica, fomentemos la diversidad de campos de investigación y el trabajo en equipo, sea cual sea. Hay que transmitir a nuestros chicos y chicas que todos somos buenos en algo, sólo hay  que descubrir en qué y potenciarlo, esa es la esencia de alcanzar la felicidad. Muchos tenemos la necesidad como docentes de tomar medidas para evitar el abandono escolar, el absentismo, el fracaso escolar y la pérdida de interés por las temáticas y contenidos de nuestras materias. Pensamos que al lanzar un proyecto que conecte lo que “se ve en aula” con el día a día de cada uno de nuestros alumnos, pudiendo aplicar una carga teórica y volcarla en otra más práctica y humana, despertaríamos ilusión e interés en nuestros pupilos. Y además,debemos buscar la implicación de toda la comunidad educativa, con el objetivo de buscar soluciones a los problemas diarios y llevar adelante un proyecto común a largo plazo. Así, conseguiríamos  hacer mucho más atractivo el madrugar de lunes a viernes, el ser receptivo a algo que realmente interesa y que es aplicable y útil para un futuro trabajo, formación o simplemente por la satisfacción personal de hacer algo que ayude a los demás. Será el medio para unir diferentes necesidades, culturas, disciplinas, materias, generaciones, modos de trabajo, supuestos niveles sociales, formas de valorar, pensar….y que todo tenga cabida; y que todo aporte algo positivo; y que todos sumemos, es cuestión de actitud. Con  este curso pretendemos crear una red interdisciplinar donde aprender unos de otros, de las actividades ya realizadas y de otras que están por llegar, cuyo motor es y será nuestra huerta. Esta profesión nuestra es muy versátil. La creatividad y las ganas de poner en marcha nuevas prácticas,  en el mismo frente y con nuestros alumnos y compañeros, harán que, cada vez más, fomentemos este tipo de proyectos en los centros educativos. Como primera piedra de esta gran fortaleza, hemos creado un foro donde sería interesante que escribiéramos:  lo que nos ha motivado a comenzar este curso, qué actividades hemos realizado ya y han funcionado, las que no han funcionado y el motivo, las que queremos hacer, los departamentos implicados… También podemos, el que así lo desee, compartir unidades didácticas y material que hayamos realizado, establecer contacto entre nosotros para organizar proyectos intercentros con los chavales, congresos, concursos… Y ahora ya sí, ¿comenzamos? NOTA: A lo largo de los textos encontraréis unos recuadros con enlaces a webs, canales de youtube y otros materiales. Aparecen dos iconos: Este icono muestra los enlaces que es obligatorio visualizar. Presentan un contenido relevante. Versan sobre los objetivos que se pretenden alcanzar tras la realización del curso. Este icono enlaza material de ampliación, para aquellos que queráis ahondar un poco más en el tema tratado. Esperamos que disfrutéis de este curso, tanto o más de lo que hemos disfrutado nosotros elaborándolo. OBJETIVOS Tras la realización de este curso pretendemos lograr una serie de objetivos correspondientes a varios niveles: A nivel del alumnado Comprender la dinámica del huerto como el ecosistema que es; identificando sus elementos y las relaciones que se establecen entre ellos. Desarrollar la competencia emprendedora, haciendo ver la agricultura ecológica y todo lo que gira en torno a ella, como salida laboral; ampliando la oferta laboral en su entorno y evitando el éxodo y abandono de las zonas rurales. Promover entre el alumnado hábitos de vida saludable Comprender la importancia de la soberanía alimentaria, atenuando la contaminación con el consumo de alimentos km 0 y ventajas del consumo de proximidad para las poblaciones rurales. Conectar con las tradiciones, evitando que no se pierda el conocimiento de nuestros mayores, respetando y valorando sus aportaciones. Valorar la importancia de la siembra y plantación de variedades autóctonas, para así preservar la biodiversidad y el éxito de estas especies adaptadas a nuestra región. A nivel docente: Promover técnicas básicas sobre diseño, planificación y mantenimiento del huerto escolar respetuosas con el medio ambiente. Gestionar el huerto escolar a nivel de centro: planificando y organizando proyectos interdisciplinares con un hilo común: nuestro huerto escolar. Volcar la sapiencia de toda la comunidad docente en un proyecto atractivo y bien hilado que tenga una continuidad y sea dinámico, con aportaciones continuas y motivador tanto para el alumnado como para el profesorado. Idear una metodología que favorezca la inclusión de todo el alumnado que desee participar, siendo ellos también partícipes del enriquecimiento cultural a través de la vía hortelana (nuevos cultivos, nuevas técnicas, nuevas herramientas…) Perseverar en el compromiso de implicación y colaboración con los agentes sociales, sanitarios y educativos, con el objetivo de mejorar la atención al alumnado especialmente vulnerable. A nivel de centro: Crear vínculos entre los centros a través de la realización de proyectos basados en temas de interés común, con objeto de promover la cooperación, la movilidad y la innovación en distintas áreas de trabajo, así como de explorar algunos ámbitos temáticos emergentes o prioritarios. Promover actitudes investigadoras entre los equipos de profesores con el fin de desarrollar cambios ligados a la práctica educativa que den respuesta a las diferentes situaciones objeto de mejora. Favorecer y desarrollar actividades interdisciplinares, que sean el motor del PEC y no un mero tema transversal. Establecer un marco para el debate y la reflexión conjunta, dirigidos a la identificación y a la promoción de buenas prácticas en el área de trabajo de su elección, poniendo especial atención en el currículo competencial. Potenciar la equidad y la inclusión educativa, con objeto de que todos los alumnos alcancen el máximo desarrollo personal, intelectual, social y emocional posible. Favorecer la divulgación de propuestas de trabajo, metodologías y recursos innovadores, que se puedan generalizar, contribuyendo así a la mejora de la calidad educativa. Difundir las conclusiones, herramientas, materiales, etc. elaborados, que puedan ser de aplicación en otros ámbitos educativos. Desarrollar cauces de participación de toda la comunidad educativa. A nivel intercentros y entorno escolar: Integrar nuestros proyectos con el entorno, favoreciendo las relaciones entre la comunidad docente y no docente, las familias y la realidad de cada zona; valorando las costumbres y usos tradicionales relacionados con la actividad agrícola y ganadera.evitar éxodo rural. Promover la cooperación escolar con el entorno, en especial los proyectos que favorezcan la proyección exterior de las actividades, las instalaciones y los recursos con los que cuentan. “La tierra no es la herencia de nuestros padres sino el préstamo de nuestros hijos”. Proverbio indio americano MÓDULO 1. DISEÑO E INSTALACIÓN DEL HUERTO DESDE CERO. ¿Por dónde empezamos? A la hora de diseñar el huerto escolar debemos tener claras las respuestas a las siguientes preguntas: ¿Quiénes se ocupan de diseñar, mantener y elaborar proyectos en torno al huerto? Lo primero que debemos aclarar es quiénes van a encargarse del huerto escolar, qué objetivos se pretenden lograr con este recurso  e hilar ambos mediante los programas de trabajo para ejecutarlos. La idea es integrar el huerto en el diseño del centro a todos los niveles (o al máximo de niveles posible).(Profundizaremos en este aspecto en el módulo III). ¿Qué queremos? ¿Queremos un huerto para producir alimentos?, ¿para ver procesos largos naturales?, ¿para identificar plagas?, ¿para enseñar técnicas de laboreo?, ¿para disponer de un espacio de trabajo más atractivo para el alumnado, para probar el método científico…? En función de los objetivos que pretendamos conseguir, el diseño tendrá un enfoque distinto. ¿De qué partimos? Observación de lo que tenemos y recogida de información. Tenemos que hacer un inventario de lo que ya disponemos: tierra, superficie de cultivo, toma de agua, herramientas… Debemos recoger toda la información posible sobre la climatología de la zona (pluviometría, fecha de primeras y últimas heladas, temperaturas medias mensuales…); orientación de nuestro lugar destinado al huerto, participantes interesados, edificios y árboles de gran porte y sus sombras en las diferentes épocas del año...Sería de gran utilidad realizar un croquis a mano de la zona, a escala si es posible, para diseñar y planificar nos irá de lujo. ¿Qué podemos hacer con lo que tenemos? Tenemos que analizar toda la información recogida en el apartado anterior y conectar con la siguiente cuestión: ¿Cómo repartimos los espacios? ¿Sólo queremos diseñar una zona huerto? ¿O nuestra intención es integrarlo en el resto de jardín de nuestro patio? ¿Queremos crear un corredor ecológico que conecte varias zonas del patio? ¿Por dónde empezamos? Tenemos que preparar el terreno, nunca mejor dicho, mejorar nuestro sustrato de cultivo, investigar y hacer un listado de las especies que nos interesa cultivar para enlazar a ellas nuestros proyectos interdisciplinares; averiguar si existen variedades locales y cómo conseguirlas; estudiar sus necesidades de horas de sol, temperaturas óptimas de desarrollo, posibles asociaciones favorables y desfavorables, marco de plantación...Y tras analizar todo esto, pensar si preferimos hacer o no semillero, intercambiar planteros o comprar en un vivero el plantel y/o las semillas. ¿Cómo lo mantenemos? Tenemos que prever una serie de estrategias alternativas para los seguro impedimentos y contratiempos que van a ir surgiendo, nuestro plan B, y saber aprovechar los inconvenientes para hacerlos nuestra ventaja: Por ejemplo: si en tres meses no consigo cosechar una lechuga por las babosas, caracoles, pulgones y gorriones; ¿por qué no probar remedios orgánicos para resolver estas plagas, o estudiar a estas especies en lugar de las lechugas? ¿Cambiaremos la estrategia? Continuamente evaluaremos e iremos amoldandonos a los nuevos escenarios. Es en la fase que más se aprende, la de ensayo y error. Una vez tengamos estas premisas medianamente claras, pasamos a la acción. Bancal con asociación de romanesco y apio, acolchado con paja y con riego automático. Obsérvese el cañizo y plantación de seto reciente para crear una barrera frente al fuerte viento que azota esta huerta escolar. Visión general para comenzar nuestro huerto “¿Has planificado bien tu huerto? Siete consejos antes de comenzar tu huerta” Candela, una bióloga granadina, nos habla en su canal, Objetivo de luz, de esta gran cuestión. Pincha aquí (17 min 53 s) Diseño del huerto escolar Vamos a explicar paso por paso cómo se diseña un huerto escolar Emplazamiento del huerto Según los entendidos, la orientación sur en el hemisferio norte sería la ideal para nuestro huerto. Aunque es cuestionable en función de la época del año en que nos encontremos, así, en verano, si el lugar es caluroso, esta supuesta ventaja se volverá en nuestra contra, ya que la insolación excesiva puede llegar a quemar frutos como tomates, pimientos o berenjenas si no se realiza una poda adecuada o se colocan sombras sobre estos cultivos. En este centro, se observa  una hilera de plataneras (Platanus orientalis) que  se encuentran en la orientación sur del huerto. En este caso supone una ventaja, ya que en invierno las hojas son caducas, con lo cual hay buena radiación solar y en verano, la inclinación del sol es más perpendicular, con lo cual, se pueden cultivar hortalizas de día largo. (Foto del huerto del IES Ángel Sanz Briz de Casetas en noviembre). Es muy interesante anotar de dónde nos vienen los vientos dominantes, y más con este cierzo que tantos quebraderos de cabeza nos da a más de un@. El aire nos puede destrozar las hojas de los cultivos, incluso volcar los entutorados, por ello es importante  colocar estructuras para atenuarlo como: barreras artificiales: construcción de muros, aprovechamiento de paredes, colocación de vallados forrados con malla de ocultación, brezo, cañizo… barreras vegetales: plantación de setos vivos, que además favorecerán la biodiversidad y nos aportarán una fuente importante de material para compostar y acolchar. El número de horas de luz es muy importante, ya que hay especies que necesitan muchas horas de luz directas y sin ellas no van a desarrollarse de modo adecuado, siendo más vulnerables a enfermedades y plagas. Hay que investigar sobre qué necesidades de luz necesita cada planta para ubicarla en el sitio correcto de nuestro huerto. Investiga qué plantas puedes cultivar en un huerto con poca iluminación. Aquí AMPLIACIÓN Conoce programas informáticos que te ayuden a crear mapas de luces y sombras en tu patio. Aquí (13 min 55 s) De vital importancia es conocer las fechas de las últimas y primeras heladas, este hecho nos va a marcar el comienzo o fin de siembras y plantaciones, así como la instalación o desmontaje de estructuras protectoras: mantas térmicas, microtúneles, botellas y estructuras plásticas protectoras, invernaderos, acolchados…Sería muy recomendable llevar un registro de temperaturas máximas y mínimas, pluviometría, noches en que hiela, nieva...en el huerto escolar. Seguro que muchos de vosotros contáis con estaciones meteorológicas incluso, y si no, es bien fácil construirlas. Ejemplo práctico: Si quiero comenzar la temporada de plantación de patatas he de esperar a que se produzca la última helada, ya que cuando brotan, las hojas son muy propensas de “quemarse” con el frío. Investigaría y preguntaría a los hortelanos lugareños sobre la fecha en que suele helar y esperaría. No es del todo fiable, porque el tiempo no es totalmente previsible, por ello, debería proteger mi cultivo con un buen acolchado y/ o manta térmica. Existen bioindicadores de estas fechas, por ejemplo, el espino blanco (Crataegus monogyna) florece cuando ya no existe riesgo de heladas, si tenemos la suerte de tener uno cerca (o nos apetece plantar uno para disfrutar de su olor, frutos y propiedades) podemos observar este acontecimiento. Para saber si nuestra planta cultivo soportaría o no la noche en nuestra huerta, podemos plantar albahaca, es una aromática muy sensible al frío, si no pasa la noche (sus hojas se ponen parduzco oscuro y se marchitan) sabremos que aún debemos esperar para plantar nuestras tomateras, por ejemplo. Coles tras la primera helada del año 2021, que en esta zona (Garrapinillos), se produjo la noche del 18 al 19 de noviembre. Si lo que quieres es secuenciar cultivos para alargarlos en el tiempo, por ejemplo, plantar calabacines, tomateras, berenjenas...más allá de la primavera, has de conocer la fecha de las primeras heladas, ya que es seguro que en la primera helada estas especies morirán. Simplemente, es contar las semanas medias en que se desarrolla un cultivo y ver si nos encaja antes de la primera helada. AMPLIACIÓN. Construir una estación meteorológica en el huerto escolar. Aquí Elementos en el huerto Una vez hemos sopesado qué espacios son adecuados para emplazar nuestro hortal, hemos de tener en cuenta si nos apetece y podemos incluir otros elementos que complementarán las labores y mantenimiento de nuestros cultivos. Para descubrirlos debes visualizar la siguiente presentación. Aquí Seguridad en el huerto A parte de las medidas sanitarias establecidas en la “era COVID” que imperen en cada momento, hemos de cuidar una serie de detalles que nos evitarán más de un disgusto No cultivar plantas potencialmente venenosas. Más de uno se sorprendería al conocer algunos compuestos presentes en plantas de consumo habitual.  Se sabe de la fototoxicidad del apio, del cianuro presente en las semillas de las manzanas o de la alta toxicidad de plantas que suelen adornar nuestros patios como: hiedras, melias o adelfas. Una reflexión final, y es que el veneno está en la dosis que se toma de una planta. No olvidemos mencionar las alergias alimenticias y de otro tipo (polen, por ejemplo), que la población presenta y que hay que conocer antes de dar a probar a nuestros pupilos ese melocotón tan bueno que “hemos criado nosotros”. Crear un protocolo de uso de cada herramienta. No implica el mismo riesgo usar un plantador, que unas tijeras para podar, una azada o una navaja para cortar una lechuga. Influye mucho la edad del usuario. Debemos instruir sobre el modo adecuado de hacer uso de las herramientas y asumir pequeños sustos, restringiendo o generalizando el empleo de las mismas en función de las características de nuestro alumnado. Debemos instruirlos sobre el modo de manejo, cómo colocarlo mientras no se use y cómo almacenarlo. Higiene postural Hay que indicar a los alumnos cómo han de agacharse al trabajar en el huerto con las herramientas, cómo coger materiales de peso para no dañarse las espalda,  Sería muy adecuado tratar el tema desde el área de Educación Física y que en esta materia los chicos  elaboraran unas láminas con cuatro posturas básicas para ejercerlas de forma correcta. Acondicionar los accesos Las zonas de paso son especialmente en las que tenemos que poner aún más atención, ya que la frecuencia de uso es muy alta. Hay que revisar posibles salientes donde la ropa pueda engancharse, gomas de riego que entorpezcan el paso, estructuras verticales o arcos que puedan venirse abajo por lluvias o exceso de peso. No emplear productos tóxicos ni fitosanitarios químicos Puesto que no podemos predecir el comportamiento de la chiquillería ni su espontaneidad, es muy importante evitar completamente el uso de fungicidas, herbicidas, insecticidas, acaricidas...de tipo químico, ya que los casos de intoxicación pueden ser serios. Higiene personal Es importante que se laven bien las manos tras terminar la jornada huertera; sin alarmarles, hay que hacerles ver que hay muchos microorganismos en el suelo y el estiércol que manejamos y que pueden producir enfermedades. Este aspecto cobra aún más relevancia si se hacen o llevan ya alguna herida, evitando entonces que ese alumno entre en contacto con este elemento. Picaduras, mordeduras,… No olvidemos, que parte de la biodiversidad que va a hacer que nuestro huerto funcione y se regule, está formado por especies que pueden producir ciertos “contratiempos”. No existen especies peligrosas en nuestra comunidad, aunque no quita para que su picadura o mordedura pudiera ser bastante molesta (especial cuidado en alumnos alérgicos a ciertas especies). Sistemas de cultivo Existen miles de modos de preparar nuestra superficie de cultivo, pasando desde la más tradicional, cultivando y labrando la tierra en cada temporada, volteando la tierra y mullendo; hasta los sofisticados invernaderos de cultivo hidropónico, de fuerte inversión económica y preparación técnica. Existe una corriente cuyo promotor fue el japonés Masanobu Fukuoka, tras la publicación de su libro en 1975 “La revolución de una brizna de paja” y que se puede considerar el padre de la permacultura y la agricultura orgánica regenerativa. Siguiendo sus pasos, pero innovando y adaptando sus pautas a la climatología de Inglaterra,  Charles Dowding es un youtuber que prodiga las bondades de su método “No dig”, consistente en la no labranza del terreno, sólo se tapa la superficie a cultivar con cartones y se aplica compost sobre él, obteniendo resultados verdaderamente increíbles, sin apenas esfuerzo. Otra metodología curiosa es la que patentó Mel Bartholomew con su método de “El huerto en un metro cuadrado”, consistente en confeccionar una serie de cajones-jardineras de un metro cuadrado divididas en nueve recuadros, rellenas con una mezcla especial (mezcla “Mel”) y en cuyo interior se planifica la plantación y siembra en función de los marcos de plantación de las especies a cultivar. No se contempla la rotación ni asociación de cultivos, ya que el abono con compost en cada siembra o plantación es suficiente para restablecer los nutrientes necesarios. Tras  haber probado algunas de estas técnicas, nuestro consejo es cultivar en bancales, haciendo un esfuerzo inicial fuerte, pero que no será necesario realizar en temporadas posteriores, sólo labores de mantenimiento. No necesitaremos volver a labrar el terreno, disponer de mula mecánica que nos creen suela de labor, ni grandes maquinarias, ni esfuerzos físicos extenuantes...El método que aconsejamos es el del no laboreo, eso sí, con variables en función de las necesidades y disponibilidad de cada centro. Recordamos que este curso no pretende ser el dogma de los huertos escolares, ¡ni muchísimo menos!, cada uno tiene que ir probando las diferentes formas hasta dar con la que le resulte más adecuada. AMPLIACIÓN Para conocer los sistemas de cultivo más empleados, con sus pros y sus contras, debes visualizar la siguiente presentación. Pincha aquí. AMPLIACIÓN Para ampliar el legado de Fukuoka sobre su libro y su obra, aquí Para conocer más sobre el método “No dig” y cómo llevarlo a cabo, pinchar aquí Para conocer más sobre el método del metro cuadrado, puedes ver cómo lo aplican en el canal de La Tanina, pinchar aquí Sistemas de protección Debemos pensar también en proteger nuestro espacio de diversos factores: Viento El aire es un agente geológico especialmente preocupante en nuestra región. Produce estrés mecánico en las plantas e incluso puede provocar su muerte. Si el porte del cultivo es ya considerable, puede derribarlo o tronchar sus ramas. Es frecuente también que, tras las primeras lluvias del otoño, el aire tire abajo estructuras como los tutores de tomateras, judías verdes...También levanta el acolchado y reseca la superficie del suelo. También es motor de expansión de enfermedades (como el oídio) y la araña roja, que “colgada” en sus sedas se ve impulsada a otras zonas de nuestro hortal. Pérdida de suelo fértil por escorrentía Aunque las lluvias son muy apreciadas, si nuestro terreno está en pendiente, es muy recomendable frenar la velocidad de las aguas de escorrentía, pudiéndose colocar estructuras perpendiculares a éstas, a modo de pequeños bancales. Si además, en nuestra zona lloviese mucho, podemos rellenarlas con grava, para favorecer la infiltración y evitar que el agua gane fuerza en su descenso por la pendiente. Sería ideal el disponer bancales elevados en la orientación indicada para evitar el arrollamiento de nuestros cultivos, el encharcamiento y la pérdida de suelo. Si la superficie de cultivo no está protegida, las precipitaciones pueden arrasar la parte superficial del suelo, la más fértil. El tener una óptima cobertura vegetal ayuda a evitar esta pérdida, ya que el follaje frena la fuerza de las gotas de lluvia sobre la tierra y las raíces retienen el agua, evitando que drene y se pierda en profundidad más allá de las raíces (sobre todo en suelos arenosos). Contaminación acústica y/ o visual Si nuestro centro está cerca de una carretera, fábrica, en el centro de una gran urbe...el ruido puede llegar a ser muy molesto. Para intentar atenuar, pueden colocarse: Barreras naturales, como: setos, plantas trepadoras que cubran paredes de ladrillos o trepen por vallados. Sería interesante antes de plantar, pensar en las características de la zona donde se van a plantar y los requerimientos de la especie de seto que pondremos. Podemos incluir especies que produzcan frutos (por ejemplo, si es una cara sombría se podrían poner arbustos tipo frutos rojos, cuidando que el sustrato sea ácido). Especial cuidado evitar especies que produzcan alergias, sean tóxicas o atraigan a animales poco deseables (caso de algunas coníferas del género Pinus y la procesionaria del pino). Barreras artificiales  como: muros de obra, vallados, mallas de ocultación, brezo, cañizo…Son muy empleados los bardos confeccionados con caña (ver imagen). En ambos casos es importante tener en cuenta la orientación del sol, ya que si no las ponemos en la cara norte, proyectaremos sombras sobre nuestros cultivos. Temperaturas extremas A lo largo del año, las temperaturas nos van marcando, más que el mes, lo que toca sembrar, plantar, trasplantar, segar, recolectar...Pero el tiempo no es siempre predecible y hay cultivos que no pueden soportar temperaturas extremas como heladas, bajadas bruscas de temperaturas diarias, calor extremo… Sería estupendo disponer de un invernadero, resistente al cierzo y a las primaveras con tempero veraniego, pero las dotaciones económicas a los centros son las que son. No por ello debemos resignarnos, hay alternativas muy económicas, como los microtúneles, de fácil construcción y muy prácticos. Es más fácil crear sombras que “poner un sol” en el huerto, por ello, como ya dijimos, nuestro huerto ha de ubicarse en un espacio con el mayor número de horas de luz directa. En los meses de mayo, junio y septiembre, cuando el sol es capaz de quemar nuestras plantas, sería recomendable colocar unas estructuras para sombrear cultivos de fruto y sus hojas; proteger los semilleros del plantel de otoño y hacer que las verduras de hoja amarguen o se suban a flor antes de cuenta. Instalación de microtúneles. En el canal de la Horteta de Bussy, encontramos un videotutorial donde se explica paso a paso la construcción de microtúneles tipo invernadero para proteger nuestros cultivos del aire y las heladas. Muy interesante en aquellas zonas en las que las bajas temperaturas nos marcan el comienzo o finalización del cultivo de ciertas hortalizas. Pincha Aquí (14 min) Compostaje y abonados Al tratarse el nuestro de un ecosistema incompleto, en donde no tenemos aporte natural de materia orgánica, como en un bosque silvestre, hemos de devolver al suelo los micro y macronutrientes necesarios para el desarrollo de las plantas a cultivar. La vida del suelo se concentra en la primera capa, en donde se acumula la materia orgánica y poco a poco ésta se va descomponiendo para convertirse en ácidos húmicos y ácidos fúlvicos.  Debemos cuidarla y no alterar la estructura del mismo. A continuación, daremos unas nociones básicas sobre los tipos de suelo, cómo mejorarlos y cómo realizar el proceso de abonado y compostaje, términos estos que no son sinónimos. 1.6.1. Tipos de suelos: A parte de ser el espacio vital donde se desarrollan las plantas, es el “órgano” que las nutre. Si el suelo no está equilibrado, los cultivos crecerán más débiles y esto se traducirá en una menor productividad, un aumento de enfermedades y, por ende, un aumento del ataque de las plagas que, ante una presa tan fácil, es difícil resistirse. El suelo es un “ente vivo”, no es inerte ni estático, y debemos contribuir a esa vida que es la que equilibra nuestras hortalizas, flores, frutales… Si atendemos exclusivamente a las partículas minerales que constituyen un terreno, afirmamos sin dudar que los suelos más fértiles son los de tipo franco, donde encontramos : 45% de arena, 40% de limo y 15% de arcilla. Aunque pueden existir pequeñas variaciones (suelos franco arenosos, franco arcillosos…) En principio, no debería preocuparnos mucho cómo sea nuestro suelo, ya que hay cultivos específicos adaptados a las características de cada suelo y, además, se puede acondicionar la estructura del suelo añadiendo materia orgánica. Esto equilibrará el pH. Para mejorar la estructura del suelo, además de añadir materia orgánica,podemos plantar especies como cardos (Carduus sp.), tupinambo (Helichrysum tuberosum) (con restricciones, ya que es invasiva), malvas (Malva sylvestris), rompepiedras (Lepidium latifolium)…son plantas con un sistema radicular profundo, que “sacarán” a la superficie nutrientes, lo estructuran, descompactan y fertilizan, ya que generan bastante materia orgánica. Así es que, la próxima vez que vayamos a arrancar las “malas hierbas” de nuestra huerta, analicemos primero qué especies son y en lugar de arrancarlas de raíz, segaremos a ras de suelo, son mucho más sus beneficios estando allí que sin estar. A continuación, realizaremos unos sencillos experimentos para conocer cómo es el suelo en el que vamos a instaurar nuestro hortal, midiendo parámetros básicos como: pH, especies de plantas silvestres indicadoras, contenido en arcillas, arenas, materia orgánica, porosidad y permeabilidad,… Vamos a analizar nuestro suelo. En la siguiente presentación te mostramos una forma muy sencilla de analizar el sustrato que tengas en tu huerto escolar. Será de gran utilidad para aprender a mejorarlo y saber qué cultivos son más adecuados para huertear en él. Pincha Aquí ¿Tienes un mal suelo en tu huerto? En el siguiente vídeo, Miriam, del canal de la Tanina, te explica cómo mejorar un suelo. Pinchar aquí (30 min) 1.6.2. Nociones básicas sobre necesidades nutricionales en plantas: Las necesidades de una planta dependen de cada especie, de la época del año, del tipo de suelo, del estado fisiológico de la planta… MACRONUTRIENTES: Aparte del agua, que es una biomolécula inorgánica, las plantas necesitan una serie de bioelementos, de los cuales hay tres que destacan por necesitarlos en grandes cantidades, que son: el nitrógeno (N), el fósforo (P) y el potasio (K). N: Mediante éste las plantas producen mucha clorofila, lo que se traduce en un buen follaje, haciendo que nuestras plantas estén más verdes. El N es muy abundante en nuestra atmósfera (78 %), pero se encuentra en una forma (N2, nitrógeno molecular) no asimilable por las plantas. Existe una familia de plantas capaz de fijar el nitrógeno gaseoso (N2), las leguminosas, en cuyas raíces hay unos nódulos donde millones de bacterias lo fijan y lo transforman en otras formas sí asimilables. P: Este macronutriente estimula la floración, aumenta el aroma de las flores y su perdurabilidad. Aumenta la fructificación, se trata de un factor de precocidad, ya que tiende a acortar el ciclo vegetativo de la planta favoreciendo su maduración. También incentiva el desarrollo radicular, haciendo que la planta sea más resistente en épocas de sequía, ya que si la densidad de pelos absorbentes es mayor, la captación de agua también lo será. K: Es el macronutriente cuyo símil encontramos en el sistema inmunológico de animales superiores. Se puede decir que aumenta la resistencia de la planta ante ataques de parásitos, plagas y enfermedades; estrés hídrico, deformaciones por el viento…Cuanto más resistente y fuerte se encuentre una planta menos probabilidad tiene de verse afectada por el ataque de patógenos. Dependiendo de lo que deseemos mejorar o cultivar, emplearemos un abono con un porcentaje más elevado en uno u otro componente, si deseamos plantar variedades de hoja (lechuga, espinaca, rúcula, acelga…) emplearemos uno con un porcentaje más elevado en nitrógeno; si queremos que nuestras rosas y crisantemos florezcan bien, o nuestros tomates produzcan más,  aplicaremos abono con un porcentaje en fósforo más elevado… MICRONUTRIENTES: En un menor porcentaje, pero igual de importantes, existen una serie de nutrientes vitales para el desarrollo de las plantas. Entre ellos destacamos: calcio, boro, hierro, molibdeno, magnesio, níquel, azufre… Pero no sólo se dan necesidades a nivel nutricional, establecen también una serie de relaciones alelopáticas con otras especies, como se ha demostrado en numerosos estudios, en los que se ha documentado cómo ciertas plantas liberan sustancias para comunicarse con otras plantas o incluso otros organismos, como micorrizas, para inhibir o activar crecimiento, informar sobre cambios de temperatura, falta o exceso de humedad, presencia de depredadores, parásitos…formando un gran entramado interconectado a modo de red, con una gran complejidad en los ecosistemas más estables. 1.6.3. ¿Cuál es el mejor abono? Hablemos de abonos sintéticos y abonos orgánicos Cuando compramos un abono, en la etiqueta aparecen unos números, tres concretamente (ver imagen). Indican el porcentaje en N, P, K. Así por ejemplo, si en nuestro saco de abono de 50 kg pone 21-3-20, quiere decir que aportará 10,5 kg de N (el 21% de 50 kg), 1,5 kg de P (el 3% de 50 kg) y 10 Kg de K  (20% de 50 kg). Ya sabemos cuánta cantidad aportamos por superficie, sólo tendríamos que pesar la parte proporcional de abono que aplicamos, pero: ¿realmente mis plantas van a absorber todo lo que les eche? ¿cuánto tiempo tardará en absorber todo y tendré que volver a  abonar? ¿todas las plantas necesitan los mismos porcentajes de estos macronutrientes? Respondamos a estas preguntas haciendo comparativas entre los abonos sintéticos (sintetizados en laboratorio) y abonos orgánicos (procesados tras el compostaje y reciclaje de materia orgánico) Velocidad de liberación y contaminación Los abonos sintéticos tienen una velocidad de liberación muy rápida (por ejemplo la urea, que tiene un porcentaje NPK de 46-0-0, tarda entre 15 a 30 días en liberarse). Esto hace que cuando aplicamos químicos tengamos que abonar con mucha más frecuencia. Ocurre que las plantas se ven bombardeadas con una cantidad ingente de nutrientes que no les da tiempo a asimilar, ya que se volatilizan o lixivian muy rápido, con lo cual, van a parar a la atmósfera y a los acuíferos, contaminandolos, y en el caso concreto de las aguas, contribuyendo a su eutrofización. Es como si nos dieran comida para 50 personas para consumirla en media hora, sería imposible, comida “para tirar”. Estamos tirando el dinero y además, contaminando el medio. Además, los sintéticos poseen alta concentración de sales, variando la concentración de hidrógenos y con ello el pH del suelo. Al principio, cuando aplicamos el abono químico, el pH sube muchísimo, pero al poco, cae en picado, acidificando mucho el terreno. Ante estas grandes variaciones, las plantas se estresan y provocan enfermedades. De hecho, si nos pasamos de cantidad de urea, por ejemplo, quemamos las plantas. En cambio, en los orgánicos la liberación es muy lenta (el estiércol de caballo, con un NPK en torno a 1-2-1,  puede llegar a tardar más de dos años en liberar sus nutrientes). Las plantas tienen la cantidad que requieren disponible durante mucho más tiempo, haciendo que la posibilidad de contaminación por exceso de nutrientes sea prácticamente nula. Al aplicar estos abonos, nos dará igual el pH del suelo, su temperatura, el lugar donde lo aplicamos, el clima…porque las proporciones de nutrientes son muy bajas, la liberación muy lenta y, por lo tanto, no tendrá efectos negativos. Materia orgánica, fibra y micronutrientes Los abonos sintéticos sólo aportan macronutrientes en grandes cantidades, pero ni micronutrientes, ni materia orgánica ni fibra. Esto hace que el aporte de estructura al suelo sea nula y continuamente tengamos que estar aplicándolos. En el caso de los abonos orgánicos, la diversidad de nutrientes es enorme, cuanto más variado sea el material de compostaje mejor. En el mismo existe mucha fibra, que mejora cualquier suelo, independientemente de su composición. Diversos estudios revelan que suelos con un porcentaje en torno al 5% de materia orgánica tienen cantidad suficiente de nitrógeno para abastecer a nuestras plantas una temporada. Las plantas que son abonadas con químicos, pierden esos nutrientes, que como ya hemos dicho, se liberan en muy poco tiempo, ya que se han volatilizado o lixiviado. Al no disponer de ellos, el hortal se vuelve enfermizo, lo cual es un imán para patógenos. En este momento las grandes industrias químicas nos ofrecen otros tratamientos químicos (insecticidas, acaricidas, antifúngicos…), para “arreglar” el desaliño, provocando un gasto económico adicional y, lo que es peor, un daño en nuestro suelo y entorno catastrófico: pérdida de fauna auxiliar, pérdida de biodiversidad, desequilibrios en nuestro microecosistema, contaminación atmosférica, de acuíferos, posibles intoxicaciones en población humana… Tras estas líneas, dejamos entrever que abogamos por los abonos orgánicos, por ser más económicos, diversos, fuente de reciclaje de materiales de nuestro entorno, respetuosos con el medio ambiente y más completos para nuestros cultivos. Pero: ¿Pueden usarse directamente estiércoles frescos? ¿Qué estiércol es más adecuado? ¿Qué tipo de materia puedo añadir a mi compostera? Para resolver estas incógnitas, te proponemos el siguiente vídeo  que nos propone el canal de una bióloga brasileña,  “Mi jardín en el desierto”. Aquí (27 min 33 s) ¿Qué factores son los que hemos de tener en cuenta para valorar si un estiércol es o no “bueno”? A esta pregunta y otras, responde el canal de la Tanina, como siempre corroborado por estudios científicos que avalan sus conclusiones. Aquí (34 min) Abonos verdes. Otros abonos muy interesantes, y de tipo orgánico, son los abonos verdes, que consisten en sembrar especies combinadas tipo crucífera, leguminosa, cereal en camas de cultivo que no vayamos a cultivar esa temporada. Suelen sembrarse en primavera y otoño, aprovechando las lluvias y las temperaturas medias más suaves. Los cereales aportan materia orgánica (compensando la poca que producen las leguminosas) y fijación para leguminosas, que trepan por ellas alejándose del suelo y evitando enfermedades fúngicas. Especies: avena, trigo, cebada, centeno, Festuca sp… Las leguminosas presentan unos abultamientos en las raíces (nódulos) repletos de bacterias que fijan el nitrógeno atmosférico, lo cual supone un aporte importante para nuestro suelo (abono gratis). Especies: alfalfa, almorta, esparceta, guisantes, altramuces, habas forrajeras, veza, lupulina, trébol, tirabeques… Las crucíferas tienen la ventaja de desarrollarse muy rápido, que por una parte asfixia a las hierbas no deseadas, y por otra, son útiles para usar en camas que no tenemos pensado tener en barbecho mucho tiempo. Aparte de materia orgánica, tiene uso biofumigante para algunos hongos y nematodos patógenos, debido a que liberan compuestos azufrados. Especies: mostaza, colinabo, colza, nabo forrajero… Los abonos verdes se han de segar a ras de suelo, dejando las raíces, justo antes o al inicio de su floración, para que no extraigan del suelo los nutrientes que han aportado.  Se dejan varias semanas sobre el mismo lugar para aportar materia orgánica y acolchado. Nunca enterrarlos en fresco, fermentarían anaeróbicamente (sin presencia de oxígeno) surgiendo sustancias inhibidoras para las raíces y perdiendo parte de ese preciado nitrógeno por lixiviación (arrastre e infiltración por agua de riego o lluvia) hacia capas inferiores. Muy interesantes son también algunas borragináceas, como la facelia (Phacelia sp.), que es muy melífera (atrae a abejas y otros polinizadores) y genera mucha materia orgánica. Mención especial para la consuelda (Symphytum sp.), de la cual hablaremos en el apartado de purines. Recogemos a continuación las funciones más importantes que ofrecen el uso de estos abonos en nuestra huerta: Fertilizar Mejorar la estructura y textura del suelo Controlar el crecimiento y propagación de hierbas adventicias (cuando se siembra de modo denso). Rentabilizar el barbecho del terreno Favorecer el control de parásitos Dar refugio y alimento a la fauna auxiliar Evitar la erosión de los suelos Aumentar la retención de agua 1.6.4. Tipos de compostadoras y ubicación Para compostar no es necesario disponer de una compostera, pueden realizarse la compostación en recipientes pequeños o en montones. Lo que sí es importante es que mantenga humedad, sin estar encharcado, que esté oxigenado (pretendemos realizar una fermentación aeróbica) y que esté ubicado en una sombra y quitado de los fuertes vientos. Si nos decidimos por una compostera, podemos comprarla o fabricarla con materiales reciclados, como: palés; mallas gallineras; vallados viejos de brezo, cañizo, caña…; macetas viejas; cubos de basura; tiestos… Podemos compostar muchos materiales, en función de cuáles y la cantidad en la que obtengamos nos decidiremos por colocar desde un simple vermicompostero dentro de un bancal a un compostador con palés. Si te atreves, te proponemos un vídeo del canal “Mi jardín en el desierto” para construir una vermicompostera con tubos de PVC. Aquí (14 min 33s) 1.6.5. ¿Existe un modelo a seguir de compostación? Son infinitas las clases de compost y las fórmulas para conseguirlo y usarlo. Daremos unas nociones básicas, aunque no son inapelables. La mejor receta es la que nos da la experiencia; hay que aprovechar los recursos que nos rodean, y cada zona nos ofrece unos diferentes. Es importante compensar la proporción carbono/ nitrógeno. El carbono es aportado por la materia seca (marrón) y el nitrógeno la materia verde. Con un alto porcentaje C/N tenemos, por ejemplo las ramas de árboles trituradas, la paja, las virutas de madera; con un porcentaje bajo de C/N las leguminosas verdes, el estiércol fresco con cama y excrementos de animales. El porcentaje ideal es entre 25 y 30, es decir, entre 25 a 30 partes más de C que de N. Debemos controlar la temperatura, que puede pasar los 90ºC, (al pasar los 70ºC debemos voltear nuestro material). Esto suele suceder cuando empleamos el método del montón, ya que al ser mucho mayor la pila de compost, la fermentación genera un aumento de la temperatura del material en poco tiempo, manteniéndose durante varios días, para luego comenzar a descender (para más información,  ver el vídeo enlazado más abajo: “fases del compostaje”). A continuación, expondremos los métodos más viables en centros escolares, los que ya hemos puesto en práctica y nos han funcionado. Es interesante emplear el compostaje en superficie, no requiere compostera, ya que es la misma cama de cultivo la que actúa como tal. En frutales y cultivos plurianuales es viable esparcir bajo su copa materia orgánica en superficie, y que se vaya degradando poco a poco. Si optamos por cultivar cereal y leguminosa combinados, podremos obtener una doble cosecha sin tener que abonar, dejando los restos de follaje  in situ. Esta se irá degradando y generará un suelo muy fértil (es la base de los abonos verdes). Otra opción es realizar un acolchado en los bancales de nuestras hortalizas bien con estiércol maduro, hojas, paja, restos orgánicos…; bien sembrando leguminosas que no crezcan mucho en altura, como alfalfa, consiguiendo cubrir el suelo, retener agua y evitar evaporación de la misma, además de fijar nitrógeno al suelo. Si nos animamos con el compostaje en un montón requerimos de cantidades mayores de materia orgánica, pero nos permite controlar el proceso en todas sus fases, disponiendo de diferentes materiales para usarlos en momentos y fines concretos. Así: Compost  fresco o poco descompuesto. Abarca aquel que ha comenzado su descomposición o acaba de empezar su fermentación. Lo ideal es aplicarlo en superficie, ya que en profundidad la fermentación es anaeróbica, favorece la aparición de enfermedades fúngicas y algunos parásitos (el estiércol es un imán para larvas de escarabajos que devorarán las raíces de nuestro hortal. Se emplea también para la realización de semilleros de cama caliente, en los cuales, sobre una capa de estiércol fresco se dispone compost maduro y se siembra. El calor liberado durante la fermentación en los meses más fríos es más que suficiente para desencadenar la germinación de los almácigos que preparamos en invierno de cara al huerto de la temporada de primavera - verano. El compost descompuesto, es aquel que tiene entre dos y cuatro meses de composta. Es de rápida absorción, por este motivo se emplea para rellenar las capas altas donde se realiza la siembra o plantación. Para conseguir este compost se requiere entre cinco meses a dos años, en función del tipo de materia orgánica a compostar. Compost maduro o mantillo, tiene mínimo un año de compostado y es usado como acolchado (interesante en huertas con abundancia de caracoles y babosas, casos estos en los que no se aconseja acolchar con paja), como sustrato para semilleros y hortal sensible a compost poco maduro, como lechugas, alubias o zanahorias. Té de compost, consiste en el macerado aeróbico constante (hay que remover la mezcla con un compresor de aire tipo acuario, para evitar la aparición de microorganismos anaeróbicos) durante uno o dos días en agua de compost o estiércol para la obtención de una enmienda húmica (de color negruzco) que se diluye en el agua de riego (en tormo a un 3%) para nutrir de forma rápida y vigorizante a nuestras plantas. En cuanto a su dosificación, hemos de tener en cuenta el grado de compostado del mismo, ya que si empleamos uno relativamente fresco y lo mezclamos con el sustrato de la cama de cultivo enterrándolo a cierta profundidad, desencadenará una serie de fermentaciones anaeróbicas tóxicas para la microbiota del suelo, produciendo desequilibrios y debilitando nuestros cultivos, haciendo que sean más vulnerables a enfermedades y plagas. Es preferible aportar estos materiales aún no maduros en superficie, sobre todo en cultivos que toleran o requieren gran cantidad de materia orgánica, como las solanáceas: tomates, patatas, pimientos, berenjenas; cucurbitáceas, como: calabacines, melones, calabazas, pepinos; y algunas compuestas como cardos y alcachofas. Concluímos que la dosis dependerá del tipo de compost, su tiempo de maduración y la especie a cultivar. Fases del proceso de compostaje Para conocer mejor el proceso del compostaje has de visualizar el siguiente vídeo realizado por la bióloga Samantha Klein, en su canal, “Mi jardín en el desierto”.  Aquí (16 min 29 s) Para identificar los organismos macro y microscópicos que transforman en humus nuestra pila de compost, visualizar el siguiente vídeo. Aquí (25 min 58 s) AMPLIACIÓN Si realmente estás interesado en el tema del compostaje, te proponemos que eches un vistazo a los siguientes enlaces: “Cómo hacer compost” Canal la Tanina. Aquí (37 min) “¿Cómo ocurre el compostaje?” Samantha Klein. Aquí (16 min 29 s) “Tres formas de compostar” Winnie Walbaum. Aquí (32 min 49s) 1.6.6. Aceleradores de compostaje Como exponía Samantha Klain en su anterior vídeo, se asocia un tipo determinado de organismo a cada fase de compostaje, pero podemos acelerar este proceso añadiendo una serie de productos. Existen a la venta sustancias para tal fin, pero podemos disminuir el tiempo de compostaje con algunos trucos: Es importante triturar la materia orgánica lo más posible, para facilitar la acción de los organismos descomponedores. Es imprescindible que la pila esté bien oxigenada y que el reparto de los diversos materiales, cuanto más variados mejor, sea homogéneo. De este modo el proceso de compostaje se realizará más parejo. Al remover, debemos echar el material de los bordes al centro y el del centro a los bordes, para conseguir una degradación uniforme en la medida de lo posible. Ciertas sustancias, debido a su contenido en azúcares, levaduras y bacterias aeróbicas, también aceleran el compostaje, algunas de ellas son: la cerveza, la orina humana (por su alto contenido en urea y potasio, no usar si se toman antibióticos), purines como el de ortiga (también aplicada fresca, tienen un alto contenido en nitrógeno), estiércol fresco o con cierta madurez, té de compost, té de consuelda… 1.6.7. Beneficios del compost El fin del compostaje es obtener una serie de compuestos conocidos por el término de humus, un material resultante de la descomposición de una equilibrada materia orgánica bajo la acción combinada de microbiota, agua, calor y aire. El compost es el nexo que une todos los elementos de los ecosistemas, conecta con la materia viva, recicla la materia orgánica, los desechos y materia orgánica” muerta” con la parte inorgánica del suelo, es el motor del ciclo de la materia. Es mucho más complejo que un simple abono, es un acondicionador de vida. Entre sus bondades, destacamos las siguientes: Estructurante del suelo. Las arcillas, limos y arenas que forman parte del suelo se combinan con el compost formando agregados. Los suelos arcillosos son muy pesados, creando agregados excesivamente compactos, los arenosos apenas pueden lograrlo. El humus es rico en bacterias, que en su metabolismo, liberan una especie de gomas que facilitan la formación de esos agregados. También las hifas de los hongos crean una red de filamentos que ayuda al mismo fin, haciendo que nuestro suelo sea más estable. Entre los agregados quedan una serie de poros y huecos, generando un entramado a modo de miga de pan, poroso, lleno de oquedades que facilitan la infiltración de agua y aire. Estas propiedades jamás las conseguiremos empleando abonos sintéticos, en los cuales la mayor parte de los nutrientes se volatilizan o se pierden lixiviados, por la alta velocidad de liberación y porque no son absorbidos por las plantas en ese corto periodo de tiempo en que están disponibles. Mitiga la sequía. Debido a esa textura “miga de pan”, el compost retiene mucha agua, acumulándola entre las fibras sin producir el encharcamiento, interesante pues en climas secos y húmedos, se calcula que en 45 kg de humus se pueden albergar hasta 90 litros de agua. En suelos secos, ese agua produciría la erosión, ya que ésta arrastraría las capas superficiales, y más fértiles, del suelo. Con esta práctica contribuiremos al buen uso y aprovechamiento del que es cada vez un recurso más limitado, el agua.  El cambio climático ya está aquí, desequilibrando cada vez más el reparto de este bien por las diversas zonas del mundo, ¿por qué no aportar nuestro pequeño montoncito de compost? Airea el suelo. Esta aireación permite que el desarrollo de las raíces de las plantas sea óptimo; además, favorece la existencia de bacterias aerobias (en presencia de oxígeno) que se asocian con hongos beneficiosos facilitando y promoviendo la absorción de potasio a los cultivos. Recordemos que el potasio es un macronutriente que actúa como “agente inmune”, reforzando la salud de la planta y haciéndola resistente ante enfermedades y plagas. Neutraliza toxinas. Existen algunos iones, como el aluminio, que son fitotóxicos, es decir, producen enfermedades en las plantas, ya que en su presencia, éstas no pueden absorber fósforo. El humus bloquea al aluminio, haciendo posible la absorción de este macronutriente aún en su presencia. Ocurre algo parecido con otros compuestos también tóxicos como; metales pesados (plomo), exceso de sodio (en zonas salinas), etc., por lo que es muy útil para la recuperación de suelos en zonas mineras, en áreas donde se han producido vertidos tóxicos, superficies castigadas por el uso que insecticidas y otros químicos sintéticos, etc. Se sabe además, que algunos de los microorganismos que forman parte del compost, son capaces de producir antibióticos que mantienen a raya e incluso fulminan a otros microorganismos patógenos como los hongos responsables del damping off o el tizón en solanáceas. Efecto tampón, neutraliza pH suelos. El compost tiene efecto buffer, ya que neutraliza el pH de suelos ácidos y básicos, haciendo posible que las plantas amplíen su rango de pH en los diferentes sustratos. Así, aunque nuestro suelo sea básico, podremos cultivar hortalizas que requieran pH no tan básicos si añadimos compost a nuestra cama de cultivo. Es muy importante el mantenimiento de este parámetro para el desarrollo de las plantas, ya que si el pH no es el adecuado, ciertos minerales no pueden ser asimilados por éstas. En otras ocasiones, estas variaciones provocan la aparición de ciertas enfermedades, como la bacteria Streptomyces scabiei en patatas cuando los suelos superan un pH de 5,2. Contribuye a la distribución de nutrientes. Los microorganismos presentes en el compost transportan los nutrientes hasta las plantas, más allá del alcance de sus raíces. Si a esto sumamos la lenta liberación de nutrientes, reforzamos de nuevo la gran acción nutritiva de este compuesto sobre nuestro hortal. Facilita el intercambio de iones. El humus tiene una gran capacidad de intercambio de iones entre la raíz y el suelo. Elementos como el calcio, el magnesio, el boro, el hierro…entran en el juego del trueque de nutrientes. La arcilla también tiene esta capacidad, pero a una escala muchísimo más pequeña. El compost además, ofrece un entramado de oquedades donde quedar retenidos, evitando su pérdida por volatilización o lixiviado, permaneciendo durante mucho más tiempo disponibles para las plantas. Al fenómeno en el cual los fluidos y otras sustancias pasan lentamente a través de materiales porosos  se le llama percolación. Actúa como imán para las lombrices de tierra. Las lombrices de tierra se sienten atraídas por el compost, ya que se alimentan de sus detritus. En su actividad vital, defecan el preciado lombricompost y excavan numerosas galerías, lo cual contribuye a la oxigenación, aireado y estructuración del suelo. El acolchado con humus, además de las muchas propiedades que aporta cualquier mulch, controla especialmente la temperatura de nuestras camas de cultivo, lo cual posibilita la permanencia en capas altas de nuestras lombrices, independientemente de si la temperatura exterior es excesivamente baja o elevada. Frena la erosión del suelo. Se han realizado estudios en EEUU y se ha comprobado que en las explotaciones de agricultura intensiva se pierde más del 69% de suelo fértil, por el continuo movimiento de tierra y nulo aporte de materia orgánica. El compost hace que la estabilidad del suelo sea mucho mayor, generando suelos permeables y cohesionados a la vez, desarrollando en su interior  un entramado de raíces Importancia del acolchado o mulching En cualquier suelo, la parte más fértil es la capa superficial, es donde la materia orgánica es transformada en humus por los microorganismos. Es muy sensible a la actividad humana y fácilmente erosionable si no se acolcha con algún material. Si está desprotegido, con las gotas de lluvia se pierden las partículas más ligeras, resecando y perdiéndose poco a poco ese preciado horizonte superficial. Es preferible tener el terreno cubierto de “malas hierbas” que totalmente al descubierto y desprotegido. Las raíces de las plantas retienen el suelo, agua y dan alimento a bacterias, lombrices, hongos… Hay que emplear materiales a los que tengamos acceso: recopilar las hojas de los árboles caducos de nuestro patio escolar, cartones, paja, virutas de madera (no tratada y que sea gruesa), cáscaras de peladuras de almendras, cañas trituradas, segaduras de césped, restos de podas triturada… Es importante no sólo acolchar las zonas de cultivo, sino también las zonas de paso, idealmente con corteza de pino o pinaza, ya que favorece la red de hifas de todo el subsuelo de nuestra huerta. Evitar este tipo de acolchado dentro de la superficie de cultivo, ya que al tener un alto porcentaje en carbono, actúa como “secuestrador” de nitrógeno, lo cual repercutiría en las especies a cultivar (excepto leguminosas). Además, tardan bastante más tiempo en descomponerse que otros tipos de acolchado. Para conocer las bondades de esta técnica, cuándo y con qué realizarla, debes visualizar los siguientes videotutoriales: Acolchado Toni, desde su canal, La huertina de Toni, nos explica dos aspectos muy importantes: “Cómo y por qué poner acolchado” Aquí (5 min) “Siete acolchados gratis: ventajas y desventajas” Aquí (10 min 55 s) AMPLIACIÓN Para ampliar sobre este aspecto, os aconsejo que veáis el siguiente vídeo del canal de La Tanina, sobre “El mejor acolchado para el huerto” Aquí (28 min) Herramientas y aperos de labranza En cada zona se confeccionan herramientas diferentes, es un bien artesanal y cultural. Nosotros destacaremos las más empleadas. El acopio de éstas, dependerá del tipo de sistema de cultivo que vayamos a emplear, ya que en el caso de emplear uno tradicional, la inversión será bastante más elevada; motocultor, azadas, palas, rastrillos, picos…En el caso de jardineras o bancales elevados, no serán necesarias herramientas muy grandes. También habrá que tener en cuenta el tamaño de los grupos de alumnos que participarán simultáneamente en cada actividad, la disposición para su almacenamiento, su peligrosidad (en función de la edad y características de nuestro alumnado) y del reparto de tareas en tiempos, para no tener que comprar muchas herramientas iguales, podemos planificar tareas diferentes simultáneas, invirtiendo en variedad, no en cantidad. AZADA Sirve para cavar tierra, cortar malezas, hacer hoyos para plantar árboles, realizar los surcos para el riego por inundación. Es bastante útil en la huerta, una de las básicas para el huerto tradicional. Si nuestra huerta es en bancales, la emplearemos sólo en su inicio. Para el mantenimiento de los mismos, ya no la usaremos, ya que no interesa remover la tierra. PALA Empleada para retirar y repartir materiales como: estiércol, tierra, compost…Las de punta cuadrada tienen más capacidad que las que acaban en pico, pero también suponen más esfuerzo físico. RASTRILLOS Ayudan a recoger hojas en el caso de que las púas estén juntas. El caso del rastrillo de cuatro púas es ideal para suelos pedregosos, realizando una labor parecida al de la azada en suelo arcilloso. También se emplea para igualar la superficie de cultivo, para allanar, se arrastra invertido con los dientes hacia arriba. HORCA, LAYA Y HORCA DE DOBLE MANGO Empleado para voltear el compost, recoger paja y hierbas con pinchos o urticantes, airear verticalmente nuestros bancales. Para este último fin, la laya de doble mango es perfecta. CARRETILLA Muy útil para transportar material pesado o que se disperse fácilmente. Imprescindible todo el año, tanto para el abonado como para el relleno de bancales, recolección de cosechas… CULTIVADOR MANUAL Muy interesante en huertos escolares, ya que es una herramienta de fácil manejo, poco peso y baja peligrosidad. Empleada para escardar, desherbado incipiente de hierbas no deseadas, despedregado… TIJERAS DE PODAR Las hay de muchas medidas, para emplear con una o dos manos, que abarcan más o menos altura; pero todas nos ayudan a controlar el crecimiento no deseado de setos, hortalizas, frutales, etc.También se emplean para cosechar grandes frutos como: calabazas, melones, sandías… SULFATADORAS DE PRESIÓN Las hay de mochila, manuales y de grandes dimensiones. A nosotros nos interesan las dos primeras, aunque si nuestro huerto es pequeño, con la manual nos podemos apañar. Se emplean para aplicar purines, abonos y otros productos, idealmente orgánicos e inocuos para la fauna y el medio ambiente. Trataremos estos “potingues” en módulos posteriores. REGADERAS Aunque dispongamos de riego automático, es bueno tener una a mano, para el riego de plántulas y siembra, incluso para aplicar algunos tipos de abonos e infusorios. Si disponemos de dos iguales, nos ahorrará más de un viaje y además, al transportarlas llenas andaremos más equilibrados. DESBROZADORAS, BIOTRITURADORAS, CORTACÉSPED, MOTOCULTORES Son útiles accesorios, si se dispone de ellas bien, pero no son imprescindibles. Nos ayudan a mantener a raya las hierbas no deseadas (dejando una cobertura y las raíces “trabajando” en nuestro terreno), preparar el terreno y triturar y segar especies que formarán parte de nuevo de nuestro suelo tras su compostación. Es importante trabajar la tierra en tempero, es decir, con cierta humedad, ni demasiado seca ni demasiado húmeda. Si está excesivamente seca supone mucho más esfuerzo físico. Si el terreno está demasiado húmedo, los aperos sufren y se oxidan, además, el suelo se apelmaza e impide la oxigenación de las raíces de nuestros cultivos. Si nuestro clima es muy frío y el suelo permanece helado a menudo, se puede trabajar con maquinaria pesada, ya que el hielo impide su apelmazamiento y con el deshielo los cúmulos de tierra se desmoronan solos, consecuencia de la dilatación del agua de helada (gelifracción). MANO VERDE Como escribe Mariano Bueno en su libro “El huerto urbano familiar” “haciendo y deshaciendo se va aprendiendo”, para referirse a las manos de los horticultores como la mejor de las herramientas, a cómo con ellas hemos comenzado a labrar la tierra de cero y cómo la experiencia y tras los “supuestos fracasos”, cada vez somos más hábiles. Es conocido además, que el contacto directo de nuestras manos con la tierra produce en nuestro cerebro la liberación de  serotonina, la hormona de la felicidad y el bienestar. ¡Otra excusa más para ponernos manos a la obra! CUIDADO DE LAS HERRAMIENTAS Hay que cuidar el mantenimiento de nuestras herramientas: evitar que se oxiden, engrasarlas, resguardarlas, ordenarlas en un mismo sitio siempre para facilitar su localización y evitar accidentes, sobre todo con los alumnos más vulnerables. Riego. Junto con la tierra, la luz y el aire, el agua es elemento imprescindible para el desarrollo de la vida: es el medio conductor de nutrientes, el componente prioritario de la savia bruta y elaborada, estimula la proliferación de microorganismos, favorece la permanencia y avance de micorrizas en nuestras zonas de cultivo, produce el engorde de frutos… Es conocido que es un recurso mal cuidado, su  reparto desigual y su contaminación está poniendo en jaque a ciertos métodos agrícolas. Es por ello que será un buen hilo conductor para tratar con nuestros alumnos muchos temas medioambientales. 1.9.1. Técnicas de riego: tipos, con sus ventajas y desventajas. Son muchas las técnicas que se han empleado a lo largo de la historia de la agricultura, resaltaremos aquellas más factibles en los centros educativos. Para la instalación de uno u otro tipo, debemos tener en cuenta aspectos como si existe o no una toma de agua, distancia de la misma al área de cultivo, disponibilidad y acceso durante todo el año, pendiente del terreno, desnivel  de la toma de agua con respecto al huerto, etc. Riego con regaderas: Es el más barato y permite la observación detallada de cada planta que regamos, detectando posibles problemas como aparición de enfermedades, plagas, falta de suelo… Se aconseja sólo al sembrar o plantar, siempre controlado y con poca fuerza (se consigue aproximando la alcachofa de la regadera lo máximo posible al suelo, para que la altura no se traduzca en el desmoronamiento del sustrato que rodea nuestras plantas). Pero no es un método práctico, ya que no siempre se dispone de tiempo suficiente para llevarlo a cabo y si, además, la superficie de nuestro huerto es grande, invertiremos todo el tiempo en regar y no podremos dedicarnos a otras labores. A esto unimos, que si la fuente de abastecimiento es lejana o está dentro de un pavimento enlosado, pueden surgir accidentes. Riego por goteo: Aunque su instalación inicial es costosa, económica y temporalmente, es una de las más valoradas, ya que permite el acoplamiento de temporizadores de riego seguros y baratos, en los que se puede programar frecuencia, tiempo e intensidad en función de las necesidades que nos convengan, solucionando el problema durante las vacaciones, puentes y fines de semana. Los tubos para riego pueden ser de diversos tipos, pudiendo optar por: Tubos de polietileno. Suelen emplearse los de un diámetro de 16 mm, ya que la mayoría de los accesorios (codos, empalmes, conectores, grifos…) tienen esa medida (aunque los hay de otras, es la más adecuada para huertos escolares). A ellos hay que acoplar goteros. Una de sus grandes ventajas es que podemos decidir dónde nos conviene más disponer la salida de agua, en función de los recovecos de las camas de cultivo y de los marcos de plantación de cada especie. Tubos de polietileno con goteros incorporados o interlínea. Presentan una serie de goteros fijos incorporados a una distancia periódica unos de otros. Presentan la ventaja de no tener que acoplar los goteros, pero en contra encontramos varias pegas: Son más caros Los orificios se atascan muy fácilmente (y más con la elevada concentración en sales de la mayoría de las aguas de nuestra comunidad autónoma)  y al no ser extraíbles, no se puede retirar la cal fácilmente. Los puntos de salida de agua son fijos, con lo cual, si en ciertas zonas no nos interesa tener riego (zonas de paso, por ejemplo) o nos conviene que hubiese más (en cultivos con marcos de plantación pequeños) no podemos modificarlo. Estos goteros incorporados no son regulables, con lo cual el caudal va a ser siempre el mismo. Microtubos, son tubos de un diámetro interior muy pequeño, los más frecuentes son de 4 mm, que se conectan a la red de tubos de polietileno para llegar a zonas muy concretas donde no llega la vía principal. Tienen también sus propios conectores. Al final de cada microtubo, se acopla un gotero. Para solventar el problema de la obturación de goteros por la dureza del agua, pueden retirarse, sumergiéndose en agua concentrada en vinagre, ya que este ácido (ácido acético) reacciona con las sales precipitadas en los goteros (normalmente carbonato cálcico) disolviendo y liberando dicho material. Los goteros que mejor resultado nos han dado son los que disponen de una membrana que regula el riego por igual a toda la red de riego, es decir, sale la misma cantidad de agua por toda la zona de instalación. Además, es conveniente que sean los que disponen de rosca, que son regulables para cantidad caudal, no los fijos, ya que podremos abrir más o incluso cerrarlos en función de necesidades hídricas. A veces, asociamos cultivos que requieren bastante agua con otros que no, de este modo podemos solventar temporalmente el problema. También existen unos goteros que producen pequeños puntos de aspersión, no los aconsejamos, ya que, como dispersan los chorros de agua a cierta altura pueden mojar la superficie de las hojas de cultivo y, o bien quemar las mismas si el riego se hace en presencia de sol fuerte (efecto lupa), o bien debilitan la planta favoreciendo la aparición de enfermedades, como los temidos hongos patógenos. Riego por exudación: Se emplean tubos de exudado, que  son tubos confeccionados mayoritariamente con poliéster tejido, cuya superficie es porosa y exuda agua de forma continua por toda sus superficie, generando un caudal continuo alrededor de su circunferencia. Es un sistema donde la humedad se reparte de forma uniforme por toda el área de cultivo, la pérdida de agua por evaporación es mínima y el ahorro máximo. El problema es que con aguas duras, se atascan los poros impidiendo el riego, en cuestión de meses incluso. Además, son muchísimo más caros que los anteriores. Riego por inundación: Ha sido el más empleado a lo largo de la historia, pero no lo aconsejamos para centros escolares. Se pierde mucha agua, requiere de un mantenimiento continuo de los surcos, calculando desniveles para que el riego llegue a todas las zonas por igual y está asociado al método tradicional de cultivo en caballón, con un labrado continuo con lo que ello supone para pérdida de biodiversidad de nuestro suelo. Tiene una serie de desventajas, como son: No se puede programar, por lo que requiere que alguna persona se encargue durante las épocas no lectivas del mismo. En el caso en el que se realice con mangueras, si estas son muy largas, en su manejo, los alumnos pueden rozar, tumbar y tronchar el hortal. Si el caudal es fuerte y no lo regulamos, levantaremos y erosionaremos el suelo, incluso pudiendo llegar a dejar las raíces de nuestras plantas expuestas al aire y al sol, debilitándose e incluso favoreciendo la aparición de enfermedades y ataque de plagas. Otros Existen zonas donde el agua es realmente un bien muy escaso. En la India, Brasil y algunas zonas de África, se emplea el riego bajo tierra. Consiste en excavar un agujero en la zona que queremos cultivar, colocar un recipiente de barro (sin lacar y sin agujeros) llenos de agua y tapado para evitar evaporación. Por la porosidad del material y requerimientos de las raíces, el agua irá difundiéndose hacia el suelo poco a poco. Es un método que puede probarse como miniproyecto entre nuestro alumnado y comprobar si es o no efectivo en nuestra zona y con qué plantas es suficiente o no. Riego en profundidad Iván, en su canal de la huerta de Iván, nos explica paso a paso la instalación de este sistema de riego. Ver aquí (9 min 9 s) El riego por aspersión es muy empleado en grandes superficies, que no es nuestro caso. Además, este tipo de riego tiene muchos inconvenientes, los cuales ya hemos mencionado en el apartado de riego por goteo al hablar de los tipos de goteros. 1.9.2. Instalación de riego automático. Requiere de cierta pericia, pero es muy sencillo. Es interesante la adquisición de un perforador de tubos de riego para el acople de goteros y una guillotina especial para cortar ortogonalmente los tubos (ver foto, hay muchos modelos, son bastante económicos). Para el manejo de los tubos es aconsejable estirarlos al sol para que vayan perdiendo la curvatura y calentando la goma, para facilitar su instalación. Es importante que no se doblen al manipularlos, ya que esas dobleces se hacen “crónicas” y pueden provocar la pérdida de riego de las zonas de cultivo posteriores a las mismas, En el siguiente enlace, Luis Carlos Galán en su canal de youtube, nos explica qué materiales y cómo diseñar e instalar el riego por goteo. También nos muestra el funcionamiento del programador de riego. Ver aquí (18 min 20 s) 1.9.3. ¿Cuándo regar? Dosificación y periodicidad La frecuencia y momento de riego depende de muchas variables: tipo de suelo, clima, época del año, variedad de cultivo…Tan malo es un defecto de riego como un exceso, quizá incluso es más peligroso este segundo, ya que cada vez que regamos los nutrientes y materiales inorgánicos son lixiviados (arrastrados) hacia capas inferiores de nuestro suelo, donde algunas de las plantas no llegarán con su sistema radicular para devolverlos al ciclo de la materia. La observación directa y el ensayo-error son los mejores consejeros en estos menesteres, por norma general, es sabido que variedades de hojas más anchas requieren más sombra y riego que otras de hoja más pequeña, por ejemplo, ahí tenemos las copiosas variedades de albahacas, salvias, jaras… Podemos establecer varios supuestos: Estación del año: Invierno: en Aragón, en esta estación no suele ser necesario el riego, ya que las pérdidas por evaporación son mínimas y la humedad por nieblas, lloviznas y fusión de heladas aporta humedad al suelo. Sí que será necesario en el caso que plantemos o sembremos. El momento es indiferente, aunque quizá lo más adecuado sería a mediodía, evitando el atardecer en zonas frías debido a la posibilidad de heladas si el agua no es absorbida por la tierra, llegando a causar daños en los cultivos. Verano: Nunca regar a mediodía, ya que la irradiación solar es máxima, pudiendo llegar a crear un efecto lupa que quemará nuestras hortalizas, y provocará un choque térmico, nefasto para las plantas. El hacerlo a primera hora de la mañana tiene la ventaja de que la temperatura que quedó en los tubos de riego (si es este nuestro sistema) no está a altas temperaturas, pero lo ideal es hacerlo al atardecer, evitando al máximo la evapotranspiración. Riego en plantas que han sufrido estrés hídrico: Algunas veces se nos ha olvidado o no hemos podido regar a tiempo o el día ha salido demasiado soleado y nuestros cultivos, los de hoja principalmente, se marchitan, inclinando sus tallos en la jornada y sus frutos y flores caen. Hay que intervenir rápidamente, sombreando la zona y regar directamente a intervalos regulares y cortos, esperando entre aplicación y aplicación a que el suelo absorba el agua. Sistema de riego Riego por goteo y exudado: al encontrarse  el agua tan próxima al suelo, la preocupación de horario de riego es baja, y más si la superficie está acolchada, ya que la temperatura de sustrato y agua está bastante equilibrada, siendo el choque térmico prácticamente inexistente. Períodos de fuertes vientos: En nuestra comunidad hay ciertas zonas muy azotadas por el cierzo, aunque hayamos protegido nuestro huerto con ciertas estructuras (setos, muros, barricadas…) hay que evitar el riego por aspersión y tener en cuenta que este agente reseca mucho la superficie de las zonas de cultivo, sobre todo si el huerto se dispone en bancales elevados. Tipo de suelo Suelos arcillosos: son muy poco permeables, son tendentes al encharcamiento, quedando los poros de aire anegados de agua, lo cual provoca podredumbre de las raíces y aparición de enfermedades fúngicas. Suelos muy pedregosos y/o arenosos: son excesivamente permeables, no se encharcan, pero pierden agua por infiltración rápidamente, es por ello, que hay que aumentar el riego y su mayor regularidad. Estadío fisiológico de la planta No es lo mismo la necesidad de agua de una semilla germinando, que al fructificar. Al igual que en ciertas especies no es aconsejable regar al final de su ciclo (ajos, patatas) por podredumbre principalmente, otras requieren riego constante (hortalizas de hoja) ya que si no, pueden estresarse y subirse a flor, (lo cual también tiene que ver con la exposición solar y temperatura), cosa que no nos interesa (coliflores, lechugas, acelgas, espinacas…). 1.9.4. ¿Cómo podemos ahorrar agua? Acolchado y materia orgánica Si añadimos un buen acolchado orgánico, facilitamos la retención de agua, ya que ejerce una acción como de esponja. Este método resulta útil para enmendar suelos de todo tipo, tanto arcillosos como arenosos o pedregosos, ya que aporta textura a nuestro suelo. Especies autóctonas La selección de especies autóctonas, adaptadas al terreno en que nos encontramos, así como variedades aclimatadas a determinadas épocas del año, nos darán un plus, ya que estaremos fomentando la biodiversidad de especies cultivables, vitales para la conservación de otros muchos seres vivos que forman parte de nuestro particular agroecosistema. Así, la acelga asilvestrada que nos nace “sola” por los pasillos del huerto, con muchos menos requerimientos y cuidados, sigue adelante, con menos plagas y enfermedades que la acelga comprada en el vivero. Hay cultivos de secano, variedades típicas de ciertas zonas con requerimientos hídricos verdaderamente bajos, quizá deberíamos ir pensando en ampliar nuestro abanico gastronómico y tirar de nuestros mayores para conocer plantas silvestres comestibles. (Este aspecto será abordado en otro módulo de este curso). Densidad de plantación Es cierto que si disminuimos los marcos de plantación el hortal puede verse afectado por la competencia, siempre y cuando nuestro suelo no esté bien abonado. Pero si tenemos un terreno equilibrado y enriquecido con materia orgánica, humus y compost, esa densidad cubrirá totalmente el suelo, el cual no quedará expuesto al sol, liberando menos carbono a la atmósfera en forma de CO2. Se pierde menos agua por evapotranspiración y conseguimos sombras que protegen unas plantas a otras. Escogiendo combinaciones adecuadas, este sistema puede ser muy interesante. Una de las principales consecuencias directas de esta densificación es el ahorro y reducción en la periodicidad de los riegos. Sombreo Con el sombreado logramos evitar la pérdida de agua por evaporación y evapotranspiración de las hojas. Podemos crear sombras con otras plantas, con estructuras artificiales (mallas de sombreo, cañizo, brezo, cañas…), planificando correctamente la orientación de ciertas plantas con respecto a otras. Por ejemplo: aprovechar la sombra de unas tomateras en verano para cobijar lechugas y evitar que suban a flor y amarguen antes de cuenta. Instalación sistemas recogida lluvia Dependiendo del presupuesto y de lo manitas que seamos, podemos instalar una serie de estructuras de retención de agua de lluvia, bien en las cercanías de nuestro hortal, bien en la misma huerta. Es conocida la colocación de cubos y otros materiales en los días de lluvia. Hay que acordarse de verter su contenido en bidones o depósitos y taparlos, por varios motivos: Evitar su pérdida por evaporación Impedir la entrada de determinados insectos, principalmente mosquitos, quienes ponen allí sus larvas y nos acribillarán en los atardeceres y amaneceres desde marzo a octubre. Evitar la proliferación de algas y otros microorganismos que pueden contaminar el agua y nuestros cultivos. Las algas además, pueden atascar los sistemas de riego si es que tenemos los tubos conectados al mismo (de ahí la importancia de colocar filtros al inicio del mecanismo de riego). El agua de lluvia es muy interesante, ya que no contiene cal y su pH es ligeramente ácido. El agua de la mayor parte de Aragón son aguas duras o calcáreas. Es sabido que  las que superan un pH de 8, bloquean la capacidad de absorción de ciertos micronutrientes como el hierro, produciendo clorosis. (Este problema puede solucionarse añadiendo quelato de hierro). Puede acoplarse un sistema de recolección de agua a las canaletas de las instalaciones del centro, haciendo que lleguen directamente al depósito. AMPLIACIÓN Para mayor información sobre recolección de aguas de lluvia, visualizar aquí (6 min 14 s) Materiales para la planificación y visualización del diseño de espacios. Es muy clarificador ver en un plano a escala la superficie de nuestro patio, con las zonas que vamos a destinar a cada fin, visualizar espacios, sombras, tomas de agua, orientación...Con estos planos podemos calcular superficies y sobre ellas establecer marcos de plantación de cada especie a cultivar, asociar con plantas con exigencias hídricas y luminosas parecidas, establecer rotaciones de cultivos para planificaciones posteriores, etc. Y como una imagen vale más que mil palabras, en los siguientes enlaces os comparto algunas ideas de cómo realizar estos planos: Debemos llevar anotados todos nuestros planes, éxitos y fracasos, en un diario del huerto. La idea romántica del diario a papel y pluma es muy práctica, pero también podemos hacerlo en un ordenador, aunque nos lleve más tiempo nos resultará más sencillo encontrar anotaciones y hacer búsqueda de palabras que si lo tenemos en una libreta. En Plantea tienes a tu disposición muchos recursos didácticos (calendarios de siembra mensuales, fichas de asociaciones, cómo comenzar tu huerto urbano en tu balcón y otras guías útiles) completamente gratis al suscribirte.  Si quieres hacerlo para acceder a ese material pincha  Aquí Diseño gráfico y planificación de la huerta. Aquí (8 min) A continuación, os enlazamos dos ejemplos reales de organización de huertos escolares en Aragón. CEIP Infanta Elena Aquí IES Ángel Sanz Briz Aquí Sería muy interesante ir rellenando un diario del huerto, incluso dedicar una sección de la web de nuestro centro, para ir colgando todas las actividades relacionadas con el huerto que se vayan realizando a lo largo del año. Para ver un ejemplo real, pinchar en el siguiente enlace a la web del departamento de Biología y Geología de un centro educativo de Aragón, aquí. De este modo, favorecemos el interés de nuestros alumnos y familias, desarrollando habilidades orales (realización de cortos, radio, entrevistas, cortos…), escritas (noticias en la web, artículos, concursos), sociales (unimos generaciones acercándonos a los que más saben, nuestros abuelos y abuelas), …¡y mucho más!Inversión económica inicial. ¿De dónde y cuánto dinero? La dotación económica de la que partimos en los centros no suele ser muy boyante, es inevitable desmoronarse tras habernos empapado de ideas y proyectos muy atractivos y darnos cuenta de que no son factibles. Pero, como dijimos al inicio del curso, no hay peor proyecto que el que no se empieza, por ello, aunque sea mínimo, debemos plantearnos pequeñas metas cada curso académico, convertir las flaquezas de nuestro huerto en virtudes, seleccionando técnicas sencillas, haciendo acopio de materiales que se suelen desechar y nos ahorrarán mucho dinero…Aragón es una comunidad con “mucho campo”, seguro que algún familiar tiene ganado y nos puede dar estiércol, o podemos hablar con el ayuntamiento y que nos guarden las segaduras de césped de los parques, o pedir a la cafetería que nos guarde los posos del café y a los restaurantes y fruterías que nos reserven los productos que se hayan echado a perder para hacer nuestro propio compost, o seguramente alguna empresa nos done algunos palets para fabricar nuestros bancales y composteras…Es cuestión de voluntad y creer de veras que este proyecto escolar bien merece la pena. Sería estupendo hacer un listado con toda esta información, por qué no, pasar un cuestionario a inicio de curso entre el alumnado para ver grado de implicación y conocimientos en horticultura, ganadería, albañilería, carpintería, fontanería…todo vale. Una vez hayamos detectado de qué partimos, podremos escoger el sistema de cultivo que más nos conviene y priorizar los materiales que nos son imprescindibles para invertir en ellos. Si la superficie es grande, es mejor ir poco a poco, controlando qué superficie podemos atender de forma correcta, mejor poco y bien, que mucho y mal atendido, porque eso creará frustración, que es la peor plaga de un proyecto. En el siguiente enlace tenéis un ejemplo de planificación de cálculo de inversión económica en el cambio de un huerto de jardineras de palets a bancales de hormigón, se trata de un ejemplo real en un centro de Aragón, aquí. El mejor momento para comenzar un huerto es YA, ¿a qué esperas?MODULO 2. HORTICULTURA “No hay que temer a los fracasos, son nuestra fuente de aprendizaje.” Nociones básicas sobre las familias botánicas más comunes Consideramos muy importante el dar unas nociones básicas sobre grandes familias botánicas de las especies más frecuentes cultivadas en nuestros huertos. De este modo, se comprenderán mejor las necesidades de cada planta, su ubicación en el huerto, cuidados, reconocimiento e identificación, propiedades... y facilitará el planteamiento de la rotación de cultivos. Para conocer las familias más representativas en nuestra huerta escolar debes visualizar el siguiente vídeo. Aquí (9 min 44 s) Asociación de cultivos Es conocido que no todas las especies de plantas “se llevan” igual de bien. De hecho hay algunas combinaciones de cultivos que se favorecen mutuamente, lo cual contribuirá a que nuestras plantas estén más saludables y les afecten menos enfermedades.  Algunas son tan buenas vecinas que hasta repelen las plagas y parásitos de las otras, consiguiendo así, además de aumentar la biodiversidad de nuestro huerto, fomentar la lucha biológica. Para planificar esas asociaciones hemos de intentar asociar plantar con diferentes necesidades nutricionales, de desarrollo espacial (si se desarrollan en altura, bajo tierra, se expanden en superficie…), si necesitan más o menos riego (ya que irán en el mismo bancal), necesidades de iluminación… Otras plantas son indiferentes con sus vecinas, pudiendo asociarse siempre y cuando sus marcos de plantación y tiempos sean compatibles. Lo que hay que evitar en la medida de lo posible es repetir cultivos de la misma especie, ya sea del mismo tipo (raíz, hoja o fruto) o familia (mencionadas en el apartado anterior), ya que pueden continuar su ciclo las posibles plagas de la temporada anterior y, si no se abona correctamente, agotar el suelo con esos nutrientes que ya fueran extraídos del suelo por la generación anterior. Diferenciamos, a muy grandes rasgos, tres tipos de cultivos según sus necesidades nutricionales: Cultivos de hoja. Demandan gran cantidad de nitrógeno, ya que lo que consumiremos es la hoja. Son cultivos relativamente cortos, ya que no hay que esperar a que su ciclo vital se complete. Ejemplo: lechugas. acelgas, espinacas, coles chinas, escarola… Cultivos de raíz. Son exigentes en potasio. Ejemplos: zanahorias, rabanitos, remolacha, Cultivos de flor/ fruto. Son las que más tiempo estarán en nuestros bancales, ya que hemos de esperar a que su ciclo esté muy avanzado. Requieren gran cantidad de fósforo. Ejemplos: tomates, sandías, berenjenas, pimientos, fresas… Muy aconsejable es el intercalar dentro de los mismos cultivos plantas aromáticas y flores, ya que éstas, además de dar aún más belleza a nuestro huerto y aportar biodiversidad, atraerá a fauna auxiliar, polinizadores y también actuará como repelente de parásitos, ya que con su olor, confundirán al “depredador” camuflando el olor de su planta “presa”. Es importante no incluir dentro de la zona de cultivo plantas invasivas, como las de la familia de las mentas (hierbabuena, menta, melisa…), ya que será muy difícil luego controlar su crecimiento. También hay que tener en cuenta qué tipo de flores asociar, así por ejemplo, si nuestro cultivo crece a ras de suelo emplearemos flores altas para evitar que las asolen, como las zinnias, los girasoles, los cosmos…En cambio, si el cultivo crece en altura, debemos plantar flores que no crezcan mucho y en la cara donde les llegue la luz. Sería el caso por ejemplo de caléndulas, clavel chino, albahacas… Muchas de esas plantas aromáticas y acompañantes, tienen propiedades medicinales, dando mucho juego en la realización de talleres y proyectos: extracción de aceites esenciales, maceraciones, jabones, pomadas, ungüentos…Pudiendo entrar la tradición oral de nuestros ancestros, teniendo cabida alguna anécdota, pero siempre haciendo ver al alumnado, que no se deben tomar a la ligera y que si tenemos alguna dolencia debemos acudir al médico especialista. Además, algunas plantas pueden resultar alérgenas o tóxicas para nuestro organismo. Son conocidas y demostrada la eficacia de la combinación de maíz, judías y calabazas (milpa o asociación precolombina); la asociación de puerros o cebollas con zanahorias (que se repelen mutuamente plagas por dípteros); apio y coles: tomate, albahaca, cebolla y lechuga; ajos y zanahorias; patatas con tagetes, caléndulas y capuchina…Pero os animamos a que sigáis probando, aunque la teoría diga que no, a ver qué pasa. Otro proyecto interesante a realizar con los alumnos, ¿no os parece? Para conocer asociaciones favorables y desfavorables entre los cultivos más frecuentes propuesta por María Inés Elorza.  Aquí Para más información y ejemplos prácticos de asociaciones que funcionan, te recomendamos la lectura de los siguientes libros de la serie “Fertilidad de la tierra”: Asociar cultivos en el huerto ecológico. Plantas compañeras en el huerto ecológico. Rotación de cultivos, ¿siempre es necesaria? En los manuales de horticultura, y en la agricultura tradicional, se han empleado barbechos y rotaciones de familias de plantas en las camas de cultivo. Si seguimos el método del no volteado del suelo y aplicamos tras cada temporada (dos veces al año)  una cantidad de compost de unos 5 cm sobre nuestro sustrato, estaremos aportando al suelo las necesidades que requieren nuestras hortalizas y flora auxiliar, con lo cual, la rotación no será necesaria desde el punto de vista nutricional. Sí sería oportuno hacerlo para evitar la aparición de ciertos parásitos, plagas y enfermedades, ya que, en el suelo, pueden permanecer esporas o estadíos larvarios que atacarán a nuestro plantel llegada la época favorable para su desarrollo. Es el caso del escarabajo de la patata, por ejemplo. Para conocer más sobre la rotación de cultivos, visualiza el siguiente vídeo propuesto en el canal de “La horteta de Bussy” aquí (13 min 38 s) Cultivos más frecuentes Son miles las especies y variedades a cultivar, pero hemos de ser conscientes de que si cultivamos las variedades propias de nuestra zona, las cuales llevan adaptándose específicamente a esas condiciones, nos ahorraremos muchos disgustos. Debido a lo vasto del tema, y a que son unos contenidos que consultaremos muy a menudo, os proponemos varios enlaces donde se detallan las necesidades hídricas, exposición solar, duración de ciclo vital, marcos de plantación, fechas de siembra, trasplante, etc. de algunos de los cultivos más frecuentes. “Agromática” en su blog, ofrece un listado de las hortalizas más comunes, así como otras más novedosas, frutales, aromáticas y también, alude al cultivo de setas. Aquí Extraído de Jesús María Cantero y José Manuel Gutiérrez (2004) “VAMOS A HACER UN HUERTO. MANUAL PRÁCTICO PARA EL HUERTO ESCOLAR ECOLÓGICO”(Bilbao), enlazamos un pdf con información básica para cultivos frecuentes en huertos escolares.  Aquí Como libro de consulta para el cultivo de especies de hortal, aconsejamos el libro de Mariano Bueno, el “Huerto familiar ecológico”. Es muy completo, de lectura amena y con muchísima información. Dedica un capítulo completo a explicar en detalle el cultivo de hortalizas. Siembra y plantación Planificarse con antelación según nuestros intereses y proyectos Es muy importante contar con un calendario de la zona donde se recojan datos como; última y primera helada nocturna, temperaturas mínimas y máximas anuales, pluviometría, etc. Con esta información podremos planificar cuándo comenzar a realizar nuestros semilleros, cuándo trasplantar nuestros almácigos al exterior con protección, cuándo quitar esas cubiertas protectoras, hasta qué fecha poder alargar los cultivos, qué variedades cultivar en cada momento y lugar, etc. Tenemos que tener también en cuenta la duración de cada cultivo desde que se siembra o planta hasta su recolección y uso. Por ejemplo:  si queremos recolectar calabazas en octubre para talleres de artesanía, cocina, decoración para Halloween, etc., tenemos que sembrarlas en abril/ mayo, con lo que implica el estar dos meses de vacaciones y con arduas temperaturas y posiblemente sin nadie que las cuide. Una vez realizado un guión con las especies a cultivar para los proyectos programados, consultaremos la duración de sus ciclos y “encajaremos” ese tiempo en nuestro calendario térmico. Para consultar esos datos, podemos preguntar a los lugareños (o nuestro alumnado mediante encuestas), revisar nuestro diario de huerto de otros años, consultar registros meteorológicos, etc. Si queremos cultivar tomates, por ejemplo, y queremos que los alumnos recolecten antes de las vacaciones de verano, tendremos que adelantar el cultivo cubriéndolo para protegerlo de las últimas heladas del invierno (marzo e incluso abril, dependiendo de las zonas) y emplear variedades pequeñas, tipo cherry, que maduran en mucho menos tiempo que las variedades de mayor tamaño. Al igual sucede con las variedades de otras especies, como pimientos, calabacines, calabazas, zanahorias, rabanitos, etc. Dependiendo del margen en que se muevan las temperaturas en las semanas y los rangos de tolerancia de los cultivos en cuestión, podemos plantear varios ciclos productivos en la misma temporada. Por ejemplo; si las heladas en nuestra zona comienzan en diciembre y acaban en febrero, podríamos plantearnos el hacer una doble cosecha de patatas, una sembrada a fines de febrero y cosechada a finales de mayo/ junio y una segunda remesa en junio y cosechada en noviembre/ diciembre. Existen variaciones mucho mayores de lo que pensamos en cuanto a temperaturas de nuestro centro al pueblo más próximo e incluso dentro del mismo enclave. Variantes como: orientación, pendiente, cercanía a un curso de agua, existencia de muros…son cruciales para el éxito y supervivencia de nuestras especies en el hortal. Discusión sobre la idoneidad de seguir los calendarios de siembra y plantación. Los calendarios son aproximados, pero nadie mejor que el hortelano que lleva cultivando en la zona varios años para informarnos cuándo comenzar a sembrar, plantar o recolectar. En la sociedad actual nos regimos  por el calendario gregoriano, que a su vez procede del romano. Pero en las sociedades antiguas se regían por el calendario lunar para planificar diversas tareas, entre ellas, las agrícolas. Trataremos de dar unas orientaciones básicas en los apartados que siguen, para comprender lo complejo del tema, ya que no se trata de aplicar una fórmula matemática, son muchos los factores que afectan al desarrollo de las plantas y siempre pueden surgir cambios meteorológicos bruscos, llegada de plagas, etc. que no podemos controlar. Calendario Lunar de siembra, cosecha y plantación. No cabe duda que nuestro satélite ejerce una acción sobre los seres vivos que habitan la Tierra. Debido a su proximidad, ejerce una atracción más o menos fuerte de los fluidos corporales e interfiere en los ciclos circadianos, por las variaciones de luz reflejada durante la noche en cada fase lunar. Esto produce alteraciones en la conducta de ciertos animales y, se piensa, que también afecta al flujo de savia en las plantas, entre otras muchas cosas. Pero los últimos estudios revelan que realmente la influencia es ínfima Para aquellos que queráis entender los motivos por los que este mito se ha prolongado en el tiempo, pasando de generación y generación, analizaremos en qué se han basado. Tres días y medio antes y después de la luna nueva (7 días total):  El flujo de la savia baja y se concentra en las raíces. Se aconseja  la siembra y/o trasplante de cultivos de hoja: espinaca, lechuga, acelga, borraja, habas forrajeras…También es favorable para desherbar plantas adventicias. Tres días y medio antes y después del cuarto creciente (7 días total): El flujo de la savia comienza a ascender y se concentra en tallos y ramas. Son fechas donde se estimula el desarrollo foliar y el crecimiento vertical de la planta. Tres días y medio antes y después de la luna llena (7 días total):  El flujo de la savia continúa ascendiendo y se concentra en la copa, en la parte más alta de la planta: ramas, hojas, flores y frutos. Se aconseja la siembra y/o plantación de cultivos de fruto: tomates, pimientos, frutales…La luna llena se asocia a la fertilidad. También es fecha para voltear el compost, cortar las cañas para tutorizar las hortalizas o cosechar los tomates de colgar. Tres días y medio antes y después del cuarto menguante (7 días total): El flujo de la savia comienza a descender y pasa de los tallos y las ramas hacia los troncos y las raíces. Es el período del desarrollo y estimulación de raíces y laboreo. También se puede tener en cuenta el apogeo y perigeo (puntos de mayor y menor proximidad a la Tierra respectivamente). Así, el perigeo es la fecha menos favorable para trabajar la tierra y las plantas. Hemos de decir que no hay que frustrarse si plantamos, sembramos o podamos en una fase lunar "no idónea", ya que no siempre disponemos del plantel, semillas o herramientas en el período favorable. Como dicen irónicamente algunos agricultores: “el viernes siempre es buena luna”. Sería un buen proyecto de investigación el estudiar las fases lunares y su influencia en nuestra huerta a nivel de nuestro alumnado. Poniendo en marcha el método científico para demostrar si nuestras hipótesis son o no correctas. Para consultar el calendario lunar y qué hacer en cada periodo, existen muchas web en internet, nosotros solemos consultar la siguiente: Aquí. También existen aplicaciones gratuitas para descargar en el móvil donde dan la misma información, por ejemplo: “Luna &  jardín”. Para ver corrientes que desechan los argumentos aportados anteriormente, ver este vídeo: Aquí (11 min) Cuándo comenzar Es muy importante conocer las fechas del período de heladas en nuestra zona, ya que será determinante para llevar a cabo el trasplante de nuestros semilleros o los del vivero. Para consultarlas, lo más adecuado sería llevar un control anual, anotando temperaturas máximas, mínimas, noches de helada, pluviometría…, lo cual sería una actividad muy interesante desde Infantil hasta Bachillerato o Ciclos Superiores, ofreciendo la dificultad deseada en cada caso. Algunas fuentes para obtener esta información irían desde preguntar a los agricultores de la zona hasta consultar en algunas webs meteorológicas como por ejemplo: Atlas climático de Aragón. Aquí Meteoclimatic. Para consultar temperaturas máximas, mínimas, humedad, velocidad del viento en las estaciones de Aragón en tiempo real. Aquí Meteorología en Aragón (Aemet). Aquí Sistema de clasificación bioclimática mundial, donde se pueden observar climogramas de todo el mundo por estaciones meteorológicas. Aquí Meteored, Foro de las fechas de las primeras y últimas heladas. Aquí Aplicación práctica: Si por ejemplo, en nuestra zona la última helada se produce la primera semana de marzo, y sabemos que en nuestros semilleros, el tomate cherry tarda de cinco a seis semanas en estar listo para su trasplante, hemos de adelantar como mucho su siembra en semillero a mediados de enero. Así, podremos pasarlo al huerto sin riesgo  de que las heladas maten nuestros plantines. En caso de plantación directa, esperaremos un margen de una semana desde la fecha habitual de la última helada para plantar. Y para responder al “¿hasta cuándo podré sembrar o plantar este cultivo?”,  debemos saber el tiempo que tarda en desarrollarse por completo desde su siembra o plantación y ajustar esta última fecha antes de las primeras heladas en nuestra zona. Por ejemplo, si queremos alargar el cultivo de pepino hasta el máximo, y sabemos que las primeras heladas en nuestra zona se dan a mediados de noviembre y que la variedad de nuestro pepino es de 70 días desde su siembra, no lo sembraremos más tarde de la última semana de agosto/ primera de septiembre. Calendario de siembra De mano de Toni, en su blog y canal de youtube “La huertina de Toni”, os dejamos un enlace como guía de consulta orientativa de lo que podemos sembrar cada mes. Hay que tener en cuenta que su huerta está en Asturias, donde la climatología no es la misma que en Aragón. Discierne entre lo que se puede cosechar y sembrar, además al clicar en cada especie, se abre una nueva pestaña donde se dan los detalles de su cultivo.  Aquí Otros calendarios de siembra: calendario biodinámico Existen otros calendarios que se aplican para guiarnos sobre cuándo plantar y sembrar. Destacamos el calendario biodinámico, sin duda una buena herramienta para organizar y potenciar las tareas comunes de laboreo en la huerta. Se basa en estudios científicos complejos, requiriendo cierta base previa sobre aspectos como la microbiología, fisiología vegetal, bioquímica, edafología…Es por esto, que aconsejamos se emplee sólo en cursos superiores, al menos si se van a aplicar los fundamentos científicos de sus principios en el aula. Aún así, hemos de consultarlo como una ayuda extra y nunca como un condicionante que nos impida realizar mencionadas tareas agrícolas. En el siguiente enlace, puede consultarse este calendario para la siembra, plantación de cultivos y otras labores relacionadas con la huerta en España. Aquí. Semilleros Para tratar el tema de los semilleros, debes acceder a una presentación donde  se tratan los aspectos más relevantes: tipos de semillas, obtención de las mismas, realización y material necesario para semilleros, errores más frecuentes, planificación… Esperamos os sea de gran utilidad, experimentando con vuestros alumnos cada uno de ellos y sacando vuestras propias conclusiones. Para acceder a la presentación, pincha Aquí Técnicas de siembra y plantación Son  numerosas las técnicas para la siembra y la plantación. Trataremos de enumerar las más empleadas y eficientes en los siguientes apartados. Cómo se siembra De todos es conocido que la teoría dice que hemos de enterrar nuestra semilla de dos a tres veces su diámetro. Esto es muy básico, pero muy importante, ya que si nos queda demasiado profunda “no llegará a ver la luz”, y si queda demasiado somera, es muy probable que se desplace al añadir el riego o que, si llega a germinar, las raíces queden expuestas al aire y la luz solar. La sabiduría popular nos dice que hay algunas semillas a las cuales les va bien un hidratado previo para acelerar el proceso de germinación, sobre todo cuando son semillas grandes. Existen otras que necesitan un desgaste previo para que lo hagan (nenúfares); otras han de someterse a ácidos (ya que se activan al transitar por el tubo digestivo de algunos animales); otras requieren de un periodo de bajas temperaturas para germinar (amapolas) para asegurarse que los meses fríos del invierno ya han pasado (podemos meter las semillas en el frigorífico durante varios meses); otras necesitan altas temperaturas para germinar (jaras); etc. Es interesante pregerminar semillas, el “método del plato” comentado en la diapositiva 9 de la presentación enlazada en el punto 5.3. es muy eficaz. Con él nos ahorraremos mucho sustrato, semilleros y espacio; asegurándonos que la semilla que introducimos en tierra tenga un altísimo porcentaje de éxito. Cada cultivo puede presentar muchas variantes en su sembrado, por ejemplo, en el caso de la patata se puede introducir completa o a trozos con “ojos” (yemas que brotan del tubérculo); también se puede practicar con el método de Ruth Stout, hay gente que asegura que si se introduce en sacos o estructuras verticales a las que se le va añadiendo tierra aumenta su producción (hecho este totalmente incierto, es uno de los muchos mitos que rulan por internet). Método de Ruth Stout para la siembra de patata. En el canal  del “Huerto de Obie” se explica el origen de este método, así como el procedimiento a seguir para poner en práctica esta técnica. Aquí (10 min) Aunque no podemos hablar de plantación en sí, ni de siembra, el caso de las patatas es bastante curioso. Lo más frecuente es que se arranque este cultivo desde el tubérculo o parte de éste (cortando la patata en varios trozos que contenta los ojos y sus yemas), haciendo una reproducción asexual de la planta. A continuación, visualiza el vídeo sobre la “siembra” de la patata. Ver aquí. Para visualizar los tres métodos más comunes de siembra, te enlazamos el siguiente vídeo:  pinchar aquí (1 min 45 s). Actividad en el huerto “Tiras de semillas” Desde el canal de La Tanina nos enseñan una nueva forma de realizar la siembra de pequeñas semillas, entretenida y práctica, donde realizaremos un pegamento no tóxico para realizar tiras de semillas en papel con los marcos de plantación. Súper útil para ahorrar semillas y evitarnos trabajo de aclareo posterior. Aquí (10 min) Cómo se planta Cuando partamos ya de un almácigo, la plantita que nos venden en el vivero o que vamos a trasplantar de nuestro propio semillero, hemos de escardar el lugar donde la vamos a emplazar y enriquecerlo con humus de lombriz o cualquier otro tipo de abono (si es estiércol, que esté compostado y maduro). Existen algunas plantas a las cuales es mejor no añadir estiércol, aunque sí humus, como es el caso de las leguminosas, ya que las hace más apetecibles para plagas como los pulgones y además ellas mismas son capaces de fijar el nitrógeno que necesitan a través de una relación de simbiosis con bacterias nitrificantes que se alojan  en unos nódulos en el sistema radicular de la planta. (Aunque no todas las leguminosas tienen esta capacidad). Haremos un agujero con una profundidad tal que el cuello de la planta quede a la misma altura que tenía en el semillero. Aunque existen algunas excepciones, en el caso de los tomates, es conveniente introducir el tallo hasta el primer par de hojas, ya que las pilosidades (pelillos) que presenta, se transformarán en raicillas que potenciarán el vigor de nuestra tomatera en un futuro. A continuación, un ejemplo práctico y visual de cómo plantar almácigos, en este caso, una tomatera. Ver aquí Marcos de siembra y de plantación Cada planta tiene un margen de desarrollo, unas priorizan en altitud, como las trepadoras (guisantes, judías verdes, maíz, girasol…) y otras abarcan grandes superficies (melones, sandías, calabazas), llegando a desmadrarse y convertir nuestro huerto escolar verdaderamente en una selva impenetrable. Para evitar competencia nutricional, falta de luminosidad y otros factores, se establecen unos marcos de plantación estándar para cada variedad de cultivo, pero dependerán mucho de las características de nuestro suelo, evidentemente, si este es pobre los marcos deberán de ser mayores que si se trata de suelo bien estructurado y rico en materia orgánica. Para hacernos una idea de estos marcos, es aconsejable consultar bien la etiqueta de las semillas (si es que las hemos comprado) o bien informarnos en las miles de webs dedicadas a horticultura. Para hacernos una idea y orientarnos en este sentido, visita el siguiente vídeo. En el canal de youtube “En 20 metros, Huerto Urbano”, nos dan unas nociones básicas para aplicar los marcos de plantación de los cultivos más comunes.  Aquí (13 min) Observar el espacio que ocupa una mata de capuchinas en una jardinera de un metro cúbico. Otras consideraciones En cuanto a las prioridades a tener en cuenta a la hora de agrupar y asociar cultivos, entre las que destacamos: necesidades hídricas, nutricionales, horas de luz, tolerancia al sol directo, duración de ciclos vitales…Comprender que es un compendio de todas ellas, que: Hay cultivos que nutricionalmente se asocian bien, pero no requieren la misma cantidad de riego; por lo cual puede darnos problemas a la larga. Presentan ciclos muy diferentes y al extraerlos del bancal, perjudicaremos al que permanece. Por ejemplo si asociamos patatas y entre medias se siembran judías; tener en cuenta que al cosechar las patatas removemos el suelo donde han de seguir estas leguminosas. Si queremos poner en marcha la asociación precolombina, hemos de sembrar el maíz mucho antes que las judías, para que la estructura tutorizante esté más avanzada que el enrame de la leguminosa. Etc. El huerto medicinal Entendemos por huerto medicinal aquel espacio destinado al cultivo de especies que contienen unos principios activos capaces de mejorar nuestra salud. El uso de las plantas medicinales ha de tomarse muy en serio, ya que muchas plantas contienen sustancias que pueden resultar fatales; su uso no ha de tomarse a la ligera y debemos cuidar qué conocimientos transmitimos a nuestro alumnado sobre su consumo. No podemos querer “jugar a ser médicos” ni que el consumo de estas plantas suponga el sustitutivo de asistir a los verdaderos especialistas en materia. Pensemos en: - Las alergias alimentarias: hay personas que son alérgicas a muchos alimentos aparentemente inofensivos para la mayoría de la gente. Si es la primera vez que se prueba una planta, no se sabe si somos o no alérgicos a la misma. - Las circunstancias temporales de cada persona. Hay sustancias abortivas, otras que producen diuresis, otras hipertensión, otras alteraciones cardíacas, otras son anticoagulantes (cuidar su uso durante la menstruación)…Hemos de cuidar a quién ofrecemos probar y el qué. - El padecimiento de dolencias y enfermedades. Debemos conocer el cuadro médico de nuestro alumnado, si un día un alumno presenta diarrea, no podemos proporcionarle plantas con efecto laxante, por ejemplo. Si entre nuestro alumnado hay diabéticos, hemos de cuidar el consumo de higo, uva o sandía, por ejemplo. - La medicación que se esté tomando. Eventualmente o de modo crónico, algún alumno puede estar tomando medicación sobre la cual pueda reaccionar el principio activo de una planta, generando interacciones indeseadas. (No somos farmacéuticos tampoco para conocer estas posibles reacciones adversas). - Y otros muchos factores que se nos escapan y podemos desconocer, pueden resultar fatales. Para enlazar con el siguiente apartado, una anotación y una reflexión: Anotación: Hemos de entender el huerto medicinal no sólo hacia la especie humana, sino también hacia las propias plantas de nuestro huerto. La naturaleza es sabia. Reflexión: La dosis diferencia un remedio de un veneno. Plantas medicinales Tipos de preparados; infusiones, macerados y extractos Hemos de recordar que las plantas no son seres indefensos, llevan en la Tierra desde hace más de 400 millones de años. Tras tantos milenios de evolución siguen presentando y afinando mecanismos de defensa contra las enfermedades y plagas que las embisten. Con la aplicación de preparados no pretendemos obtener un resultado milagroso, que todo lo cura, sino potenciar el estado de salud de nuestro hortal. Gracias a los extractos tenemos la capacidad de reformar mecanismos latentes en las mismas y todo esto sin afectar a la fauna auxiliar, tan valiosa. No olvidemos que esos pequeños saqueadores suponen la base alimenticia de esos otros “bichejos” que nos ayudan a controlar sus poblaciones. No se pretende acabar con toda la población de parásitos, sino mantener unas poblaciones estables, que no lleguen a suponer una plaga. Nombraremos algunas de las ventajas del uso de estos preparados: Nunca pierden efectividad ni crean las temidas resistencias. Debemos estar atentos y aplicar los extractos estimulantes de modo preventivo, para evitar que la patología vaya a más. Una vez establecido el parásito, se aplican otro tipo de extractos. Son fitofortificantes. No sólo debilitan las plagas, sino que, simultáneamente, refuerzan a las plantas, aportandoles micronutrientes y oligoelementos. Son económicos. El material a emplear se suele tener al alcance, ¿quién no tiene un balde y un palo para remover? Alguna planta “rara” para adquirir y otras bien cerca de casa. Son entretenidos de preparar. ¿A qué niño no le gusta hacer potingues? Añadir ingredientes a una pócima e ir explicando el para y por qué se hace… Aprovechamiento de plantas acompañantes y adventicias. Cola de caballo, ortigas, malvas, tanaceto, milenrama, dientes de león, consuelda…No sólo no nos van a suponer un engorro verlas en los márgenes del huerto, sino que las buscaremos y desearemos su presencia. Con ellas tenemos la base de nuestros “potingues”. Respetuosas con el hortal. Los fitosanitarios sintéticos buscan el “remedio” inmediato y se focalizan en eliminar el problema, PERO el problema seguirá si no remediamos lo que ha causado ese debilitamiento en la planta. Un mismo preparado puede surtir un efecto nutritivo, potenciador hormonal y antibiótico. Son biodegradables totalmente. Tras su aplicación, si se lixivian, no suponen la contaminación de las aguas subterráneas, que surten pozos y riego de otros hortales o consumo humano. No dejan residuos, por lo que estaremos bien tranquilos si nuestros chicos y chicas consumen una lechuga o fresa tras haber tratado con un extracto “oloroso”. Apto para todos los públicos. Para llevar a cabo los preparados hemos de: recolectar una planta, conocer sus propiedades, reconocer los fenómenos físicos y químicos producidos durante el proceso, uso de pulverizadores y otros enseres, contra qué plaga o enfermedad se aplica, etc. Durante el desarrollo de todos estos procesos estamos inculcando a nuestro alumnado conocimientos: químicos, físicos, botánicos, entomológicos, etológicos…Y lo más importante: es un proceso que requiere su tiempo, hay que entrenar la PACIENCIA, no es un “¡aquí, ahora y ya lo tengo!”. Valorarán el esfuerzo y la satisfacción del trabajo bien hecho. Pero, ¿ qué tipo de preparados existen? ¿Cómo y cuándo se elaboran? ¿Suponen riesgo su elaboración y manejo para nuestro alumnado? A continuación, damos unas nociones básicas sobre la preparación y diferencias entre cada uno de ellos. EXTRACTOS FERMENTADOS: Consiste en la fermentación de plantas en agua de manera controlada. Lo ideal es hacer estos preparados con agua de lluvia entre 15 a 25ºC, evitar que suba de esta temperatura, ya que se producen compuestos no deseados. Si se emplea agua de grifo hay que esperar unos días a que se evapore el cloro y así éste no acabe con los microorganismos que producirán las fermentaciones. Si el agua es muy dura, tiene mucha cal, estos podrían taponar los estomas, intentar evitarla. El recipiente idealmente ha de ser de plástico. Las dosis irán en función de si la planta es seca o fresca (mejor fresca), del tipo de actividad que queremos realizar (si es refuerzo o tratamiento) y de la especie en concreto. Pero aproximadamente, se calculan ¾ partes de planta cortada por volumen del recipiente y cubrir con agua. (Vicent Maziére recomienda en ortigas unos 800 gr por cada 10 litros de agua). Durante el proceso pueden producirse olores desagradables, para eliminarlos puede añadirse un puñado de angélica troceada, salvia o polvo de basalto, cuando empiece a oler (que será al cabo de los 4-5 días). Los extractos filtrados pueden conservarse durante varios meses. Hay quien dice que la maceración ha de hacerse con luna descendente y en creciente (entre luna nueva y media luna), una oportunidad perfecta para la clase de astronomía, ¿no os parece? DECOCCIONES: Se obtienen al hervir las plantas. Se cortan en trozos y se dejan a remojo a temperatura ambiente 24 horas. Pasado ese tiempo, se introduce en un recipiente de acero inoxidable y se lleva a ebullición. Se deja a fuego suave entre 20 a 30 minutos TAPADO, para evitar la pérdida de sustancias volátiles, muy útiles en las propiedades finales de la decocción. Dejar enfriar sin levantar la tapa. Una vez enfriada la mezcla, se filtra y se emplea, como tarde, no más de dos horas. Se emplean como preventivo o curativo contra parásitos y enfermedades. También como fortificante vegetal y abono foliar. INFUSIONES: En estos preparados se sumerge en agua fría la planta y se lleva a ebullición, justo en ese momento retiramos el calor (a diferencia de lo que ocurre en las decocciones). Se tapa y se deja enfriar, aunque a veces se aplica a una temperatura de 45ºC con la intención de achicharrar a parásitos (como pulgones), ya que a esa temperatura, la planta no se ve afectada. Tampoco se pueden almacenar, como mucho dos o tres días en el refrigerador. MACERACIONES: Consiste en trocear las plantas y sumergirlas en agua a temperatura ambiente durante 24 horas. También se denominan extractos en agua fría. Suele emplearse 1 kg de planta por cada diez litros de agua, excepto el ruibarbo (500 g por cada 3 litros). Pasado ese tiempo, se filtra y se pulveriza sin diluir. No se debe almacenar, ya que de ser así, fermentaría. Suelen tener propiedades antifúngicas o estimulantes, pero su acción es suave. A continuación, hemos confeccionado una tabla con los preparados más empleados y su acción. Tabla con algunos ejemplos de plantas empleadas para preparados. (Basado en “Plantas para curar plantas”de Bertrand, Collaert y Petiot, 2013). Especie Tipo de preparado Acción Ajenjo (Artemisia absinthium) Extracto fermentado Insectífuga: gusano col y carpocapsa Fungicida: roya Ajo (Allium sativum) Decocción Macerado aceitoso Insecticida Fungicida Capuchina (Tropaeolum majus) Infusión Fungicida: chancro frutales Insectífugo: mosca blanca Cola de caballo (Equisetum arvense) Decocción Extracto fermentado Insectífuga Fungicida preventivo Consuelda (Symphytum sp.) Extracto fermentado Estimulante microbiano del suelo y las plantas. Favorece la floración, el desarrollo foliar y es acelerador del compost. Diente de león (Taraxacum officinalis) Extracto fermentado Estimulador del suelo y las plantas. Enebro común (Juniperus communis) Decocción Repulsivo carpocapsa manzano y mosca de los establos Helecho (Pteridium aquilinum) Extracto fermentado Insecticida y repulsivo Hinojo (Foeniculum vulgare) Decocción semillas Dificulta la proliferación de pulgones en leguminosas, rosales y orugas defoliadoras. Hiedra (Hedera helix) Extracto fermentado Insectífuga e insecticida contra mosca blanca, pulgones y ácaros. Lavanda (Lavandula officinalis) Infusión Extracto fermentado Insectífuga e insecticida Melisa (Melissa officinalis) Infusión Insectífuga para pulgones, mosquitos, mosca blanca y hormigas) Menta (Mentha piperita) Infusión Extracto fermentado Insectífuga e insecticida sobre pulgón verde, negro y ceniciento. Milenrama (Achillea millefolium) Extracto en frío Acelerador compostaje. Potencia los preparados fungicidas. Orégano (Origanum vulgare) Infusión Preventiva contra hongos y repelente de insectos. No tratar con calor ni mezclar con otros extractos. Ortiga (Urtica dioica) Infusión Extracto fermentado Potenciador defensas planta, abono foliar, favorece el compostaje y activa a su microbiología, fortificador vegetal… Ruda (Ruta graveolens) Extracto fermentado Repulsiva (babosas, hormigas, ratones…) e insecticida (pulgones). Rumex (Rumex obtusifolius) Infusión Fungicidas del chancro de frutales de pepita (manzano y peral). Salvia (Salvia officinalis) Infusión Extracto fermentado Insecticida y fungicida Tanaceto (Tanacetum vulgare) Extracto fermentado Infusión Insectífugo, insecticida, fungicida (roya y mildiu) Valeriana (Valeriana officinalis) Extracto en frío Estimulante biológico para el compost. Pulverizado protege las flores de las heladas. Antes de preparar estos “brevajes” hay que informarse bien sobre el proceso a emplear, dosis, momento de aplicación, cuidados para su almacenaje (si es que se puede conservar), interacción con otros preparados (se aconseja realizarlos por separado y luego combinarlos y no al contrario), etc. Para ello, además de la bibliografía detallada a continuación, sólo hay que consultar canales de youtube con cierto rigor científico. Para ampliar mucho más sobre los preparados en la huerta, te aconsejamos la siguiente bibliografía: “El ABC de la agricultura orgánica”. Jairo Restrepo. En este enlace se puede obtener en pdf gratis. Aquí. “Plagas y enfermedades en hortalizas y frutales ecológicos. Prevenir, identificar y tratar con métodos ecológicos”. Xavi Fontanet y A. Vila. “Cuidados naturales de los árboles. Para tratar sin químicos frutales y otros árboles”. Éric Petiot. “Plantas para curar plantas”. Serie: La fertilidad de la Tierra. Bernard Bertrand, Jean- Paul Collaert y Eric Petiot. Biocosmética natural Es frecuente que, a raíz del arranque de esta temática en los centros, sean muchas las familias que despierten su interés por cultivar aromáticas y plantas medicinales en pequeñas macetas en su huerta, patio o balcón.  Es este uno de los aspectos que más salida tienen y llaman la atención al alumnado, el cómo hacer nuestra propia cosmética con productos que podemos cultivar fácilmente mediante procesos bastante fáciles y económicos. Aconsejamos la elaboración de: Jabones caseros con aceite usado de cocina (cuidado con la sosa cáustica) Extracción de aceites esenciales Elaboración de inciensos y ambientadores (romero, lavanda, cítricos, tomillo, espliego…) Elixires bucales y pasta de dientes (la menta, la salvia y la estevia son ingredientes básicos). Cremas hidratantes, exfoliantes, calmantes…(caléndula, aloe vera, malva…) Repelentes insectos Hidratantes labiales Alcohol de romero como descontracturante muscular y tratamiento capilar. Tratamientos faciales Perfumes Elaboración y uso de esponjas naturales (luffa) Desodorantes libres de benceno. Siendo ésta una sustancia química conocida por ser cancerígena, está presente en más de la mitad de 108 lotes de aerosoles corporales antitranspirantes y desodorantes de 30 marcas diferentes. (Para conocer más sobre esta noticia consultar el enlace. Aquí) Al dejar un hueco en nuestra huerta para estas plantas, aumentaremos la  biodiversidad de cultivos, atraeremos a fauna auxiliar, conoceremos sus aplicaciones, los principios activos y sus efectos fisiológicos en el organismo, etc. Será muy interesante hacer una comparativa entre los productos que oferta el mercado y los nuestros, analizando la composición química de los primeros y sus efectos secundarios en el ser humano y medio ambiente. Vemos que es un tema que va más allá de elaborar un perfume; es una temática que remueve conciencias y nos hace replantearnos, aunque sea por un tiempo breve, qué aplicamos en nuestro cuerpo; qué supondría el abrir nuevas salidas laborales en la zona, al cultivar estas especies en zonas baldías y/ o abandonadas y darles uso de nuevo; qué importancia tiene el reciclaje de productos y subproductos que podrían suponer un grave riesgo ecológico; entre otros. Fomentemos ese espíritu crítico Añadimos alguna webgrafía al respecto: Canal de youtube de Consuelo Zacares. Aquí Vídeo para principiantes: jabón casero con aceite usado. Aquí (1h 21 min) Extracción de aceites esenciales. Cortos “Made in Aragón Empresa. Elaboración de cosmética natural”. Aquí (1 min 31 s) Aprovechamiento y usos de plantas silvestres catalogadas como “malas hierbas” Como todos sabemos, el etiquetaje de las plantas, como el de otras muchas cosas, las hacemos las personas. Encasillamos en bueno o malo, en función de si es o no útil para nosotros. Es cierto que es un engorro que en la explosión primaveral nuestra espalda nos recuerde lo poco oportuno de la aparición de ciertas plantas entre nuestras parcelitas. Con este apartado, pretendemos hacer ver que a veces en el problema está la solución. Muchas de esas plantas son en realidad más nutritivas que las propias que cultivamos, más resistentes a plagas y enfermedades y, en ocasiones, remedios para combatir estos mismos. En el siguiente enlace accederás a una presentación con algunas plantas adventicias, herbáceas anuales principalmente, que nos acompañan en las jornadas huerteras. Se trata de una selección ínfima, hay todo un mundo para investigar, como en todos los campos. Visualiza la siguiente presentación, aquí. Tradición culinaria Es interesante dar a conocer a nuestro alumnado cómo se han preservado los alimentos a lo largo de la historia. Es curioso ver sus caras cuando recapacitan sobre cómo sería nuestro día a día sin electricidad: sin frigorífico, congelador, luz, ¡¡internet!! Tradicionalmente, se ha cultivado de más durante la época favorable para conservar el excedente y consumirlo en los meses de escasez. Es muy recomendable dedicar algunas sesiones a explicar qué procesos pueden emplearse para hacer estas conservas: qué especies se conservan con cada método qué cuidados hemos de tener durante las elaboraciones qué materiales necesitamos posibles enfermedades caducidad y almacenaje de las conservas El método de conservación depende del producto y la zona. Así, en las zonas donde el calor es extremo en los meses de verano, tradicionalmente se han desecado los tomates en lugar de conservarlos con otros métodos. También es interesante la fabricación de estructuras como secaderos y hornos solares, aprovechando la energía solar y aportando nuestro granito de arena a la conservación del medio ambiente (y nuestro bolsillo). Dentro de las metodologías más empleadas, destacamos. Conservas en frío: congeladas o refrigeradas. Hay hortalizas, como las patatas y las cebollas, en las que se desaconseja este método. En cambio hay otras, como las judías verdes, que no pierden apenas sus propiedades durante el congelado. Conservas en calor: esterilización, deshidratación. Son conservas sometidas a altas temperaturas: bien para extraer el agua de su interior (higos, tomates, uvas…) o bien para eliminar microorganismos que pudieran existir y proliferar en nuestra conserva, echándola “a perder” junto con todo el tiempo empleado en su elaboración. Conservas en azúcares. Mermeladas, compotas, membrillos; un dulce modo de preservar las frutas y hortalizas. Si el azúcar que empleamos es de caña y no refinado, mucho mejor. Fermentaciones:  Podemos emplear estos procesos catabólicos con fines biotecnológicos, es decir, haciendo que los microorganismos, hongos y bacterias principalmente, transformen productos de nuestra huerta (semillas y harinas de cereales, frutos y otras partes vegetales) en alimentos. Hablamos de las fermentaciones láctica  y alcohólica. Fermentación alcohólica: Elaboración de pan, bizcochos, masas para hojaldre, pizza, etc. a partir del almidón de las harinas de diversos cereales. Podemos investigar sobre la celiaquía y la elaboración de productos para personas con esta dolencia. Elaboración de bebidas alcohólicas (cerveza, vino, sidra, pacharán, licores de hierbas, orujos), por supuesto no para su consumo en el centro, pero sí para conocer cómo se fabrican. En nuestra comunidad autónoma hay una gran tradición vinícola, sería interesante, en función de la etapa de nuestro alumnado, el analizar: los compuestos volátiles aromáticos que liberan los caldos, el rendimiento de las diversas variedades de uvas, la aportación enológica de los materiales de construcción empleados para las barricas, la dotación microbiológica que contienen los  fermentos empleados para su elaboración y, por supuesto, el cultivo a pequeña escala en nuestra huerta de las variedades de uva de la zona, como la garnacha tinta y blanca, el alcañón, la parraleta, la cariñena, el vivadill o la moristel. Fermentación láctica: Es un proceso curioso el del cuajado de la leche. Aprovechando si tenemos alcachofas, cardos o cítricos en la huerta, podremos hacer una práctica para la elaboración de cuajada y quesos frescos en el laboratorio. También está de moda hoy día la elaboración de chucrut, en la cual se fermentan zanahorias, repollo, coles… Elaboración de alimentos probióticos: chucrut y kombucha. Aquí (7 min 37 s) Encurtidos. El vinagre aporta un medio ácido nada apetecible para la mayoría de los microorganismos causantes de la putrefacción de los alimentos. Aparte de aceitunas, pepinillos, pimientos, alcaparras y cebollas, podemos innovar haciendo encurtidos de semillas verdes de capuchina y cucamelon o sandía ratón. Conservas en aceite de oliva. Para conservar tomates, pimientos, aceites aromáticos (ajo, especias…), etc. Si eres manitas y te atreves, podríais construir un horno o un secadero solar. A continuación, algunos consejos y formas de hacerlos: Cómo construir un horno solar.  Aquí (17 min 15 s) Cómo construir un secadero solar. Aquí (21 min 28 s) MÓDULO 3. INTEGRACIÓN DEL HUERTO A NIVEL DE CENTRO Y EN SU ENTORNO “Haciendo y deshaciendo, se va aprendiendo” Organización y reparto de tareas Comenzamos este bloque con una frase: “La huerta ofrece un MEDIO para mejorar el paisaje escolar y su calidad ambiental y UN ESPACIO para descubrir, experimentar y aplicar diversos conocimientos cotidianos y científicos.” (LEHEN HEZKUNTZA, 1998). La primera cuestión a resolver, por muchas ganas que tengamos de hacer ciertas prácticas y poner bien bonito nuestro huerto, es contar con personal con ganas y tiempo. Hay que definir claramente las funciones de cada persona implicada, adjudicando tareas concretas y haciendo el reparto en función de las cualidades que destaquen en cada individuo. Así, necesitaremos personas con conocimientos cuanto más diversos mejor: en horticultura, meteorología, idiomas, medios informáticos, bioquímica, botánica, geología, edafología, física, zoología, etc. No es necesario ser ecólogo para conocer las redes tróficas que se dan en nuestra huerta, ni matemático para calcular el volumen que necesitamos para rellenar un bancal, ni fontanero para poner una instalación de riego o albañil para reparar un murete de piedras. Necesitamos gente con ganas que aporte sus conocimientos y su tiempo. Es interesantísimo contar con diversidad de habilidades;  a algunos se les dará muy bien el conseguir ciertos recursos (proveedores), otros tendrán más poder de convicción, otros aportarán muy buenas ideas, otros serán hábiles ejecutores, otros innovadores, mediadores, científicos…¡Todos tenemos cabida! Este es un proyecto bien inclusivo, a todos los niveles. Todo el proyecto de huerta escolar va encaminado a lograr los siguientes OBJETIVOS: Sensibilizar al personal implicado ante distintas problemáticas ambientales. Concienciar sobre las repercusiones de nuestras acciones sobre el equilibrio del entorno. Progresar en la comprensión de conceptos básicos para entender el funcionamiento del medio. Trabajar valores y actitudes como la convivencia, la autonomía, la solidaridad, el trabajo cooperativo. Fomentar lazos afectivos con el medio, con los miembros de la comunidad educativa y los que participan y colaboran en el proyecto educativo desde “fuera”, valorando su trabajo, sus aportaciones y conocimientos. Desarrollar las habilidades necesarias para planificar, resolver  y prevenir consecuencias derivadas de nuestras acciones a lo largo del proyecto. Incentivar la iniciativa y responsabilidad, el trabajo en equipo y las relaciones con las personas del entorno cercano. Para facilitar el desarrollo del proyecto, podría comenzarse con proyectos no muy ambiciosos, acotándose a trimestres o como mucho, a cursos escolares, aumentando la complejidad conforme vayamos adquiriendo soltura y conocimientos. En el proyecto a llevar a cabo diferenciaremos tres fases: FASE INICIAL: Planificación del proyecto: Confección del diseño de la huerta, organización y reparto de tareas en función de los objetivos que pretendamos conseguir, las áreas y departamentos implicados, la temporalización de las unidades didácticas (objetivos, contenidos de cada materia), la disposición de recursos y acopio de los mismos para la puesta a punto del conjunto. Incluiremos aquí también el acopio de materiales; contacto con ayuntamiento, vecinos, familiares y demás personal implicado. Es quizá la más difícil y de la cual dependerá el resto de fases. Han de ser partícipes los departamentos implicados, para que la visión sea más completa y enriquecedora. No debe demorarse en el tiempo, debiendo estar preparada en junio para dar unos pequeños retoques en septiembre, ya que la plantilla del profesorado siempre varía de un curso escolar al siguiente, como todos sabemos. Planificación y diseño de huerto en bancales de hormigón en el IES Ángel Sanz Briz de Casetas (Zaragoza). Para más información, pinchar aquí. DESARROLLO ACTIVO DEL PROYECTO: Plan de trabajo A lo largo del desarrollo del proyecto, hay que anotar todo en un diario del huerto: actividades llevadas a cabo, metodologías empleadas, cupo de alumnos y otro personal implicado, meteorología, temporalización empleada para cada tarea, herramientas manejadas… Es aconsejable el uso de rúbricas donde ir anotando en detalle toda esta información, también la toma de fotos y vídeos para publicaciones y análisis posteriores. Se hace imprescindible el uso de documentos compartidos entre los diferentes miembros, donde poder consultar e ir haciendo modificaciones de las actividades, materiales, temporalizaciones, grupos que trabajan en cada momento, etc. EVALUACIÓN Y PROPUESTAS DE MEJORA: Llega el momento de analizar el proyecto, sus pros y contras y anotar propuestas de mejora de cara a futuros proyectos. Sería muy adecuado el elaborar un listado de cosas que funcionaron y cosas que no, con el motivo que pensamos los produjo. Estamos ante un método de aprendizaje continuo, de ensayo-error, clave en el éxito del método científico aplicado, más que el resultado final (bueno o no), es el aprendizaje el que queremos potenciar ¿no? Este será un material de consulta muy valioso de cara a planificaciones posteriores, ya que sin duda, aprenderemos más de los errores que de los aciertos. Ver ejemplo de rúbricas propuesto por Lehen Hezkuntza en su publicación “Huerto escolar”, 1998. Aquí Coordinación Para integrar el huerto en el diseño del centro escolar, una vez definidos los objetivos que se pretenden conseguir en el proyecto en cuestión, ha de elaborarse el plan de trabajo (mencionado en el apartado anterior). De su confección se encargará la figura del coordinador del huerto, quien además ha de potenciar la conexión entre todos los miembros que integren los proyectos puestos en marcha en torno a este recurso, mediante reuniones periódicas presenciales y/o tablas organizativas, accesibles en cualquier momento en que se requiera su consulta. Los proyectos han de ser realistas, adaptados a la disponibilidad de recursos, factibles y que no supongan una fuente de frustración para sus participantes. Es importante pautar las actividades, con objetivos concretos, recogidos en fichas y proponiendo recursos y materiales. Existirá un equipo de coordinación de huerto constituido por: Un docente coordinador (ya explicitado con anterioridad). Al igual que existen otros coordinadores de varias actividades en los centros como son: los COFO, los coordinadores de igualdad o coordinadores TIC, debería existir la figura de coordinador de huerto escolar, con cierta liberación horaria, aunque el tiempo empleado, no nos engañemos, supondrá muchísimo más. Por esto, el coordinador ha de ser una persona que realmente esté convencida y motivada con  su función. Jefes de los departamentos que colaboran en los proyectos propuestos. Un técnico  en el tema (horticultor) Puede o no ser externo al centro. Alumnos representantes de cada grupo/clase implicados en los proyectos. Elaboración de UD e inclusión en el PEC Para organizar proyectos en torno a la huerta escolar ha de existir coordinación continua entre los integrantes implicados, pero es imprescindible especificar qué actividades y objetivos se impartirán en cada materia y curso, siguiendo un orden de tareas y contenidos lógicos, evitando solaparse entre nosotros o dejando cabos sueltos. Sin  duda, la mejor herramienta para modular esta temática es la aplicación de unidades didácticas elaboradas con suficiente antelación y, a poder ser, lo más interdisciplinares posibles. Cada unidad didáctica ha de contener los siguientes apartados: Alumnado al que va dirigida la actividad . En función de la edad, el nivel de madurez y las características del grupo, se marcarán unos objetivos más o menos detallados, se emplearán unas herramientas u otras, se realizarán técnicas más o menos elaboradas… Recursos humanos: Profesores implicados de cada materia Otros: personal externo al centro, incluyendo aquí posibles ponentes sobre  temáticas tratadas en nuestra UD. Habrá que coordinar fechas e incluirlas en el calendario según horarios y necesidad de recursos materiales. Objetivos Serán concretos y marcarán la inclusión de determinados contenidos y actividades posteriores. No olvidemos que en cualquiera de los proyectos que realicemos, hemos de conseguir eso que tanto cuesta en estos tiempos: enganchar, motivar, ilusionar y fomentar la actitud emprendedora de nuestros pupilos. El trasfondo de nuestra profesión, quizá una de las más vocacionales, es lograr que nuestros alumnos, independientemente del nivel que cursen, puedan por sí mismos: Descubrir una salida profesional Desarrollar unos hábitos saludables y de autoabastecimiento importantes Conectar con el entorno en el que viven y acercar generaciones Objetivos que cuando se logran, aunque sólo sea en uno de nuestros alumnos, es la razón de seguir innovando y dándonos fuerzas y ganas para afrontar los ratillos menos buenos de nuestro día a día, desbancando  la monotonía de nuestro camino. Contenidos a tratar. Si pertenecen a diversas materias será mucho más enriquecedor. Enlazar contenidos de varias materias para que el enfoque sea conjunto y más completo. El alumnado ha de tener una visión de un “todo”, entendiendo que las áreas están interrelacionadas estrechamente. Actividades con las que pretendemos lograr objetivos y contenidos. Han de estar coordinadas por todos los miembros de las áreas implicadas, para evitar duplicaciones o deleciones. Además, han de estar planificadas con tiempo, para que tengan un sentido y sepan por qué realizan cada actividad y con qué fin. Calendario de ejecución. Explicitar tiempos y actividades en el aula y en el huerto. Hay que tener en cuenta las tareas que se pueden realizar en el interior, ya que no siempre tendremos un tiempo meteorológico adecuado para estar con el alumnado en el huerto. Si el grupo es numeroso, se pueden hacer desdobles en las sesiones, unos quedarse en el aula o laboratorio realizando unas actividades y otros salir al huerto y realizar otras. Aconsejamos que la parte teórica no sea muy extensa, a poder ser sólo un breve guión, y que los niños sean los que vayan marcando sus inquietudes conforme avanzamos en la actividad. Algunas actividades que se pueden llevar a cabo en el interior relacionadas con el huerto pueden ser: realización de test de germinación; elaboración de jabones caseros; extracción de esencias aromáticas, análisis de suelo; observación de muestras de suelo, fauna y flora con microscopios y lupas binoculares; realización de pliegos botánicos; extracción de pigmentos vegetales, cromatografías, determinación de pH, hoteles de insectos… Recursos disponibles. Hay que ser prácticos e intentar ser lo más autosuficientes posible, aprovechando los recursos a los cuales tenemos fácil acceso y evitar comprar material innecesario o prescindible.  Sería estupendo que el alumnado indagara sobre cómo realizar tal o cual herramienta, estructura; materiales alternativos y, a poder ser, reciclables. Es un modo de aprendizaje muy positivo y satisfactorio. Presupuesto. En los centros el presupuesto suele ser bajo. Se ha de hacer un mantenimiento mínimo en la huerta anual: mejora del suelo, reparaciones, ampliaciones…Suelen salir proyectos de innovación en los cuales dan dotaciones económicas o materiales, sería muy recomendable participar e invertir en este recurso. Resultados. Sería estupendo que los niños realizaran pequeños artículos científicos con las conclusiones sacadas; si se dispone de radio escolar encuestar y dar salida a los resultados obtenidos; publicarlo en la web del centro; realizar un blog sobre estas temáticas; que se hiciera un diario de huerto donde ir incluyendo todo lo relacionado con las actividades realizadas… Miles de ideas cuya elección dependerá del nivel de nuestros alumnos. Daremos así cabida a todo el alumnado, todos tienen que aportar sus buenos haceres, todos se sentirán motivados al delegar en ellos labores tan variopintas, y no sólo académicas. Evaluación: del alumnado, de los medios, técnicas, idoneidad de las fechas en que se ha llevado a cabo y autoevaluación del propio proyecto y UD. Muy importante este punto, ya que será el mejor “libro” donde consultar las bases de proyectos futuros.Promoción de actividades interdisciplinares Es indudable que a mayor número de personas implicadas, más enriquecedora será la actividad. Aunque también es cierto que la coordinación será más compleja. Una manera de implicar a los diferentes departamentos puede ser la realización de concursos con temática en torno al huerto. Es una forma de dar rienda suelta a la creatividad de nuestro alumnado, así como el uso de nuevas tecnologías, es lanzar concursos relacionados con las diferentes temáticas y proyectos que se estén realizando en nuestra huerta: diarios de campo, vídeos explicativos para subir a la página del centro, sección huertera en nuestro programa de radio, paneles explicativos con códigos QR por el patio escolar, diseñar etiquetas para los productos de conservas de hortalizas… Imágenes: ejemplos de diseño de paneles botánicos y etiquetado de hierbas aromáticas culinarias para su venta en mercadillo solidario. Para hacerlas más prácticas se pueden elaborar esquemáticamente en planillas, de este modo se visualizarán todos los contenidos de la UD de un sólo vistazo. Os proponemos el visionado de los siguientes proyectos. A continuación, dos casos prácticos de proyectos interdisciplinares llevados a cabo en centros de secundaria de la provincia de Zaragoza, donde se puede ver un ejemplo de cómo coordinar, organizar y dinamizar la huerta escolar. Caso práctico  PANELES INFORMATIVOS Todos los niveles Áreas implicadas: Tecnología, Biología y Geología, EPV, Lengua, Física y Química, Matemáticas, Inglés, Francés, Latín y Griego, Geografía e Historia Ver proyecto en líneas generales Aquí. Caso práctico  Huerta Solidaria/ Recreos huerteros Todos los niveles Actividad interdisciplinar, en colaboración con PIEE y Ayuntamientos Temporalización: Dos recreos semanales de un trimestre. Factibilidad: Actividad realizada durante el curso escolar 2021/2022 en el IES Ángel Sanz Briz con bastante éxito. Organización general y coordinación de todos los departamentos. Aquí. Organización y planificación de un departamento en concreto con el coordinador. Aquí Actividades realizadas durante los recreos; ver fichas  Aquí. Proyección de actividades relacionadas con el huerto fuera del centro Todas las actividades que se llevan a cabo en los centros tienen una repercusión en el entorno. No cabe duda que las que realicemos en torno al huerto, serán acogidas con interés por familiares, ayuntamiento y comercio más próximo. A mayor número de personas y sectores implicados, más ideas y aportaciones de todo tipo tendremos. Seguramente, hasta el alumnado más “rebelde” verá con buenos ojos que su retoño aprende sobre el folklore popular, las tradiciones y costumbres de laboreo, refranes, vocablos de medidas y herramientas centenarias, preservación del acervo y patrimonio gastronómico, necesidad de preservación de especies y variedades autóctonas agrícolas y ganaderas…Valorando lo que tenemos y estamos perdiendo, y aprendiendo a respetar todo eso que tanto aprecian las generaciones anteriores a la suya. Nuestra huerta será el eje vertebrador que hará trabajar codo con codo a: Ayuntamientos AMPAs para llegar a las familias Comercios Mercadillos solidarios Programas intercentros Conexión con bancos de semillas Conexión con centros de estudios superiores y trabajadores en el sector agrícola Con todo esto, la intención es promover el éxito educativo, abriendo nuevas puertas y salidas laborales, evitando el despoblamiento rural y acercarnos a las gentes de las zonas rurales. No se cuida ni se puede admirar aquello que se desconoce, ¿no crees? MÓDULO 4. PROBLEMAS HABITUALES y ALTERNATIVAS “A veces, el problema es la solución” ¿Cómo controlar las “malas hierbas”? Hemos de recordar que las plantas silvestres que van surgiendo entre nuestros cultivos y aledaños son parte de los ciclos de vida de ciertos organismos. Éstos a su vez, formarán parte de una maraña de relaciones con otras especies a las que denominamos redes tróficas. Si producimos desequilibrios en esas redes y anulamos especies, con la consiguiente pérdida de biodiversidad, los problemas están servidos. Recordemos también que muchas de esas supuestas “malas hierbas” tienen más propiedades que las especies “domesticadas” que queremos cultivar. Esas plantas forman parte del acervo cultural del lugar y antaño se empleaban como medicinales, se usaban como remedios y muchas además, se pueden consumir e incluso son más saludables que las que introducimos. (Tema tratado en el módulo anterior). Algunas de estas plantas generan una serie de beneficios para nuestra huerta, ya sea de modo directo o indirecto, así: Actúan como cultivos trampa, atrayendo insectos dañinos y manteniéndolos alejados de los cultivos principales. Proporcionan, manteniendo poblaciones o estadíos latentes de fauna auxiliar específicos de una plaga. Emiten repelentes químicos, por ejemplo, es sabido que las crucíferas emiten sustancias que ahuyentan a ciertas especies de nematodos. Proporcionan néctar y polen para atraer a los polinizadores mucho antes que los cultivos que nos interesan florezcan. Evitan la erosión del suelo, favorecen la retención de agua , las especies con sistema radicular profundo descompactan el suelo. Para eliminar las plantas perennes/plurianuales como: grama, juncia, amor del hortelano, correhuela Se pueden emplear las medidas tradicionales de desherbado, con las que lo que conseguiremos es agotarnos de quitarlas una y otra vez, ya que al cortarlas lo que estamos haciendo es propagarlas aún más. Además, muchas poseen formas de resistencia en forma de rizoma que puede encontrarse a profundidades de hasta un metro y ser viables si se dan las condiciones Otra solución bastante efectiva es optar por su cubrición por varios meses con plásticos (a poder ser negros) de al menos 6 galgas. Al cabo de un tiempo, estas plantas se agotarán por no tener acceso a la luz, cubriendo entonces  con capas de cartón grueso (limpio de plásticos, tintes, barnices y grapas) y añadiendo compost o sustrato libre de semillas o formas de resistencia de estas plantas pudiendo cultivar sobre la misma. El cartón es rico en componentes como la celulosa que atraen a las lombrices. Además, se trata de un material biodegradable, en cuestión de meses se habrá incorporado al suelo y añadiremos capas sucesivamente cada temporada, agujereando la zona donde emplazaremos el cultivo. Para eliminar las plantas anuales sin estructuras de resistencia Una opción bastante efectiva y enriquecedora para el suelo es sembrar un acolchado vivo, como leguminosas de bajo porte. Al desarrollarse, cubren los huecos que quedan entre los marcos de plantación de los cultivos y llevan a cabo funciones tan interesantes como: ahogamiento de las posibles plantas adventicias no deseadas, retención de la humedad, conforme van muriendo aportan estructura al suelo (abono verde), aportan biodiversidad en nuestra huerta. El acolchado vivo puede entenderse también si reducimos los marcos de plantación de los cultivos, no dejando “huecos” disponibles para las plantas que no queremos, pero para ello, el suelo ha de estar bien nutrido y estructurado. También se puede proceder al acolchado de la superficie de cultivo (tratado en el módulo I), teniendo en cuenta: El material más adecuado: el más barato y que tengamos a mano, que sea biodegradable, que no se vuele con el viento (regarlo tras su colocación), etc. Y la época del año, ya que en invierno la tierra puede no calentarse lo suficiente y en otoño y primavera los acolchados con paja pueden producir una proliferación excesiva de moluscos gasterópodos, como babosas y caracoles. Huerto durante los días no lectivos Aunque la llegada de la etapa de descanso es muy esperada (y necesaria para recargar batería), a  todos nos aterra el dejar la huerta del centro en la época más bonita y que más trabajo requiere. Nos abordan las dudas y empezamos a preguntarnos cómo y quién va a regar, recolectar, reparar posibles fugas… Preparando la huerta para nuestra ausencia A la hora de planificar los cultivos, es aconsejable seleccionar aquellos que soporten mejor las condiciones climáticas del tórrido verano y particularidades propias de nuestro enclave. También de apostar por las variedades más tempranas o más tardías, en función de nuestro propósito, evitando que su cosecha máxima se produzca en el mes de agosto. Una opción estupenda es instalar el riego automático con un programador, muy útil también durante el periodo lectivo. Hay que llevarla a cabo con tiempo, para ir ajustando los tiempos de riego en función de nuestro tipo de suelo y cultivos. En cultivos que requieran entutorado o podas, intentaremos dejarlos lo más acondicionados posibles justo antes de nuestra partida, aunque a la vuelta la selva está asegurada. Intentar en la medida de lo posible agotar el ciclo vital de las plantas de las cuales queremos extraer y guardar semillas, hay que ir pensando en que a nuestro regreso, el huerto nos ofrece trabajo, pero también muchos talleres con el alumnado. ¿Quiénes pueden ocuparse de la huerta esos días? En los centros educativos, el equipo directivo suele permanecer varias semanas de julio, si no el mes completo, en el centro. Podrían ser ellos los que, en menos de cinco minutos, den un vistazo rápido y detecten posibles problemas. De este modo sólo habría que “salvar agosto”. Si el conserje vive en el centro y amablemente se ofrece, sería una baza importante. Además, a nadie le desagrada  consumir productos orgánicos y ecológicos. No es mala idea sugerir antes de la temporada de verano el preguntarle qué variedades o cultivos le gusta consumir, con gusto todo se hace mucho mejor. Otra alternativa, es que se establezca un calendario por turnos de los familiares que han participado a lo largo del curso escolar en las jornadas huerteras. Esto será posible siempre y cuando el acceso al patio sea factible.Parásitos, plagas y enfermedades Es prácticamente imposible hacer un curso de huertos sin hablar de plagas y enfermedades. También lo es pretender suplir varios años de estudios universitarios y años de experiencia para condensar tanta información en un pequeño apartado de un módulo del mismo. Para hacerlo más dinámico y práctico, os proponemos abordar el tema con una serie de enlaces donde poder consultar algunos de los parásitos y enfermedades más frecuentes que aparecerán en nuestras huertas escolares al poco tiempo de arrancar con ellas. Una vez aparezcan, lo primero es identificar el agente causante, para luego indagar sobre las causas que han hecho posible su presencia y acción para tratarlo o  al menos, evitar que esquilmen nuestros cultivos. Siempre es mejor prevenir que curar, por ello, la observación diaria es fundamental. Recalcar la importancia que cada una de estas especies tiene en el ecosistema de la huerta, y de que cada una tiene su papel en la misma, siendo la base de alimentación de otras especies que “nos caen mejor”. Sin unas, las otras no podrían existir. La idea no es arrasar y acabar con ciertas especies, sino mantener sus poblaciones en unos límites que no supongan el fin de nuestra huerta. A mayor biodiversidad, mayor estabilidad. A continuación, trataremos de manera muy básica los principales agentes causantes de plagas y enfermedades, dando al final del apartado algunas web de interés para su correcta identificación y tratamiento. A) Enfermedades producidas por déficit o exceso de elementos físico-químicos. Se trata de enfermedades que debilitan a la planta pudiendo ser causa directa de la muerte de la misma o del debilitamiento y posterior ataque de parásitos y plagas. Incluímos entre ellas el exceso o falta de riego; la ausencia o exceso de micro o macro nutrientes; las heladas; el exceso de insolación; el exceso o defecto de drenaje en suelos; etc. Muchas veces, las prácticas inadecuadas en el manejo de los cultivos son las causantes de un porcentaje muy elevado de los problemas de la huerta. El tipo, método y frecuencia de riego; el abonado del suelo y la elección de especies, ubicación y temporalización inadecuados, son los principales causantes de la aparición de estos tipos de enfermedades. B) Enfermedades causadas por microorganismos: Bacterias, hongos, protozoos. A consecuencia del debilitamiento de las plantas por las causas mencionadas anteriormente, algunos microorganismos aprovechan la ocasión para atacarlas. Muchas veces estos agentes biológicos forman parte del suelo, pero no suponen un problema si la planta está sana. C) Identificación de fauna potencialmente dañina para el huerto. Para comenzar este apartado, hemos confeccionado un pequeño vídeo donde se recogen los invertebrados más corrientes que podemos encontrar en un paseo rutinario por nuestras huertas. Has de visualizarlo aquí. (18 min) Dentro de las principales especies de animales que pueden convertirse en plaga en nuestro hortal, podríamos diferenciar dos grandes grupos: Invertebrados Nematodos. Moluscos: Caracoles, caracolas y babosas. Especialmente dañinos en plantas pequeñas y brotes tiernos. Para combatirlos, el método más efectivo es el fosfato férrico. Además de no dañar a ningún otro grupo de animales de la red trófica, es un fertilizante. Este producto está permitido en agricultura ecológica. Artrópodos: Arácnidos: araña roja Insectos: Isópodos: cochinilla Lepidópteros: carpocapsa, orugas rosquilla Áfidos: pulgones Dípteros: mosca blanca, mosca fruta, mosca minadora hoja Himenópteros: hormigas Hemípteros: chinche verde, Dermápteros: tijeretas Coleópteros: gusano del alambre, escarabajos sanjuaneros, gorgojos, escarabajo de la patata… Vertebrados: aves y mamíferos. No suele hablarse de plaga cuando los individuos son de cierto tamaño, pero sí que pueden producir grandes daños en la huerta si acuden a ella. Gatos: A veces, cuando la tierra está al descubierto, no pueden reprimir la tentación de defecar y orinar en ella, moviendo la tierra y desenterrando semillas y plántulas. Más peligroso es la transmisión de enfermedades como la toxoplasmosis. Para evitarlos, se puede acolchar el bancal. Son buenos ahuyentadores de aves y para mantener las poblaciones de roedores. También puede optarse por el uso de plantas repelentes en aquellas zonas donde no queramos que retocen, como la ruda. Aves devoradoras de brotes y frutos. Un remedio eficaz y curioso es la colocación de serpientes de goma para disuadir a las aves del consumo de plántulas. Hemos de cambiarlas de lugar y postura cada cierto tiempo, ya que como se dice: los pájaros no son tontos”. En ocasiones es preferible evitar siembra directa, por el consumo de semillas directo, tras es escarbe. Si se hace, es aconsejable echar en la superficie una fina capa de paja u otro material, para dificultar la visión de los germinados (además de aportar un grado de humedad extra a esas semillas). Recordad que dentro de cada uno de estos grandes grupos taxonómicos también hay muchas especies beneficiosas para nuestra huerta. La idea es tener en ella la máxima biodiversidad posible y para que se establezcan especies depredadoras de parásitos y plagas ha de haberlas, si no es así, se irán o morirán. En el siguiente enlace podréis descargar de forma gratuita manuales de identificación de las plagas, enfermedades y parásitos más frecuentes en horticultura y fruticultura. Acceso gratuito a más de 1000 manuales y libros sobre agronomía. Aquí Todo un mundo donde identificar enfermedades, parásitos y plagas en explotaciones agrícolas; así como tratamientos para combatirlos y prevenirlos. D) Principales plagas y enfermedades en hortalizas. A continuación, recogemos en una tabla las principales enfermedades y plagas que afectan a los cultivos más frecuentes. (Basado en el libro: “Plagas y enfermedades en hortalizas y frutales ecológicos”  La fertilidad de la tierra, Xavi Fontanet y Andreu Vila). Familia botánica Especies representativas Plagas y enfermedades más frecuentes Compuestas o Asteráceas Cardos, lechuga, Achicoria, escarola, alcachofa Pulgones, pulgones de las raíces, orugas defoliadoras, barrenador de la alcachofa, caracoles, babosas… Mildiu, oídio, blanqueta, moho gris, podredumbre de cuello, verticilosis… Virosis Subida prematura flor Crucíferas Col, coliflor, brócoli, coles de Bruselas, berzas, col china, nabo, rábano, colirrabano, colinabo,  mostaza Harinoso de la col, orugas, mosca blanca, mosca de la col, chinches de las crucíferas, pulguilla de las crucíiferas Mildiu, hernia de la col, podredumbre negra Subida a Flor prematura Cucurbitáceas Melones,  sandías, calabazas calabacines, cucamelon, pepinos, luffa Pulgones, araña roja, trips de las flores, orugas, mosca blanca, mosca minadora Oídio,  mildiu, podredumbre gris, podredumbre blanca de cuello, podredumbre de cuello y raíz Virosis Chupado de frutos, ennieblado de frutos, planchado de frutos, agrietado de frutos Fabáceas,  Papilionáceas o Leguminosas Algarroba, judías, alubias, habas, guisantes, tirabeques,  altramuces,  veza,  latiro, alfalfa,  garbanzos, lentejas,  tréboles Polilla del grano, mosca de los sembrados, pull, mosca, orugas, araña, araña, mosca, trips, sitonia Rabia o antracnosis, roya podré podredumbre,, new, por podredumbre, hoy, grasa de la judía Virus Jopo Caída, amarilleo y marchitamiento de la judía Gramíneas Maíz Araña roja, pulgón, orugas, carbón, mal llenado de mazorcas Liliáceas Puerro, cebolla, ajo, calsots La cebolla, trips de la cebolla, tiña o polilla del puerro Mildiu, roya,  subida a flor prematura o encañonado Quenopodiáceas Amaranto, acelga, espinaca, remolacha, quinoa Pulgón negro, orugas, mosca minadora, pulguilla de la remolacha Mildiu, cercospora. Rosáceas Fresas. fresón Mosca de los pequeños frutos, pulgones, arañas, trips de, oruga Oídio, podredumbre, podré podredumbre, verticilosis Clorosis férrica Solanáceas I Tomates y pimientos Tuta, Heliothis o gusano del tomate, pulgones, mosca, araña, araña, vasates, mosca minadora, trips Mildiu, oidiopsis, chica o tristeza del pimiento,, alternariosis, podredumbre de cuello y raíz,, fusariosis, mancha negra bacteriana, Nematodos Virus Necrosis Asolado o planchado de frutos, agrietado de frutos, enrollamiento foliar Solanáceas II Patatas y berenjenas Escarabajo de la patata, gusano de gusano de la, gusano del alambre polilla de la patata, verticilosis, viruela de la patata, al alternariosis, común, nematodo del quiste, virus, toxicidad plaguicidas,, enverdecimiento de los tubérculos, ahilado Umbelíferas Hinojo, apio, zanahorias, eneldo, anís, cilantro Mosca de la zanahoria, mosca del apio, gusano de alambre, pulgón, quemadura foliar o alternariosis, picado o cavity-spot, podredumbre, tizón, nematodos,  raíces agrietadas Los planteles de almácigos hortícolas suelen verse afectados, en general, sin ser específicos de la familia botánica a que pertenezcan, de: insectos transmisores de virosis (como los trips), pulgones, gusanos o rosquillas grises y gusanos del alambre. Es muy frecuente el ahilado, por ser la fuente de luz insuficiente o focal. Si el sustrato es inadecuado puede producirse asfixia radicular, salinidad por sobreabonado o caída de plántulas o damping off. Malas Influencias… Las plantas se comunican con otras plantas y otros seres vivos convivientes, estableciendo un entramado de relaciones que pueden ser o no cooperativas. A este fenómeno se le llama alelopatía y es muy interesante contemplarlo, ya que puede ayudarnos a controlar de forma orgánica las plagas y también para evitar competencia e inhibición entre ellas. Principalmente, estas relaciones se llevan a cabo mediante la liberación de sustancias químicas. Existen por tanto, alelopatías positivas (si la relación ayuda a ambas especies) y alelopatías negativas (si una de ellas ejerce una acción depresora sobre la otra). Hemos de tener especial cuidado en la planificación a la hora de escoger plantas acompañantes para nuestra huerta. Es conocido el efecto de inhibición de algunas plantas sobre la germinación y desarrollo de otras. Tal es el caso de: higueras, coníferas, algunas forrajeras (alfalfa), algunas especies de helechos, Solidago sp., Festuca sp., Lolium perenne, Sambucus sp., Rhododendron sp., Prunus laurocerasus, Rhus sp., etc. Un ejemplo de alelopatía positiva sería la generada entre aromáticas, como la albahaca y el orégano, con cultivos como judías verdes, patatas o tomates. Las sustancias emitidas por las aromáticas camuflan el olor de las otras ante los depredadores, que se confunden en un mar de olores y les cuesta llegar a su objetivo. Visualizar el siguiente vídeo sobre la alelopatía entre plantas. Aquí (3 min 49 s) Elaboración de remedios orgánicos: purines, repelentes, trampas, feromonas… Existe un gran elenco de remedios por internet que aseguran tener el remedio infalible contra tal o cual plaga o enfermedad. Es cierto que existen métodos efectivos contra los mismos, pero con un basamento científico y comprobado. Desde la elaboración de diluciones insecticidas (con jabón potásicos, por ejemplo), aplicación de biocidas (virus y hongos que atacan a plagas y parásitos de las especies hortícolas y frutales), suelta y/o cría de fauna auxiliar (crisopas, mariquitas…), etc. En el apartado 6.2. del módulo 2, ya hablábamos sobre la realización de preparados como remediadores orgánicos. Además, existen en el mercado repelentes y/o atrayentes de plagas que nos ayudarán a mantener las poblaciones de ciertos “individuos”. ¿Quién no ha oído hablar de las trampas de cerveza, la tierra de diatomeas, las trampas de feromonas o las botellas colgantes con detergente? Probad la eficacia in situ y comprobad si los consejos que se encuentran en la red son o no mitos, ¿no os parece un buen reto para nuestro alumnado? Despertaremos su actitud crítica y fomentaremos el método científico. Visualiza el siguiente vídeo que nos ofrece Miriam en su canal de “La Tanina” sobre hormigas y hongos, en el que se da una visión generalizada de los bulos que corren por las redes sobre tratamientos casi curalotodo. Además, indican algunos ejemplos prácticos y contrastados sobre el uso de biocidas y la lucha biológica (abordada en el siguiente apartado). Aquí (20 min 13s) Lucha biológica La lucha biológica consiste en un método de control de las poblaciones que pueden llegar a ser plaga mediante la acción depredadora o parasitaria de otras especies. La principal ventaja es la no aplicación de productos fitosanitarios, con los efectos secundarios que esto conlleva. Favoreciendo el entramado que supone la red trófica del ecosistema de nuestra huerta, aumentamos la biodiversidad y con ello el fomento del control biológico. Entre otros beneficios, con la puesta en práctica de este método conseguiremos: Una producción de hortalizas mucho más segura, que evita el uso de fitosanitarios (para lo cual además, hay que tener un curso de manipulador de fitosanitarios, para conocer patologías, tratamientos, dosis, momento y método de aplicación, etc.). Una agricultura respetuosa con el medio ambiente. Priorizaremos el control biológico y cuando este “se agote” (sea insuficiente) aplicaremos sustancias orgánicas biodegradables, que no se acumulen en las pirámides tróficas (bioacumulación). Ahorrar en costes, ya que la inversión es mucho menor que en la que usa agroquímicos sintéticos. Evitar las consecuencias de que las plagas se hagan resistentes a ciertos productos, librándonos también de otras plagas secundarias. Es un método en el cual cada especie controladora es específica de una plaga o parásito. Esta técnica requiere de cierta formación, que incluye: reconocimiento de las especies que provocan los daños, censo mediante trampeo de dichas especies, representación gráfica de sus poblaciones y determinación de cuándo el control es insuficiente. Para conocer más sobre las especies de fauna auxiliar que controlan las poblaciones de parásitos y plagas de nuestra huerta, consulta el siguiente enlace del blog “Fitosofía”. Se detallan especies, acción y, al final, aparece una agrupación de artículos por sectores.  Aquí En el caso que nos atañe, la lucha biológica tendrá un nivel de especialización adecuado al del alumnado. Existen webs de venta de algunas de estas especies, sólo hay que meter el nombre científico del animal en un buscador y darle a “comprar”. Pero consideramos que lo interesante es atraer a la fauna más habitual a nuestro huerto, mediante flores, reclamo de presas y hoteles de insectos. Entre las más comunes: mariquitas, crisopas, hormigas león, lagartijas, salamanquesas, avispas parasitoides, sírfidos, aves insectívoras… Caso práctico  HOTELES DE INSECTOS Y OTROS ARTRÓPODOS A continuación, puedes visualizar una actividad interdisciplinar para llevar a cabo directamente con tus alumnos. Presenta una parte teórica (que puede exponerse en el aula en una sesión de 45 min) y otra práctica, que lleva un ritmo de observación en el tiempo. En la misma, sería interesante realizar un hotel de insectos, ubicarlo en el huerto y observar quién lo va ocupando… Material teórico. Aquí                                       Cuaderno de campo. Aquí Para combatir las plagas y los parásitos, lo principal es la prevención y, si esta es rebasada, la detección temprana. A continuación, os exponemos algunas estrategias a aplicar en la huerta orgánica escolar, siempre: respetuosas con el medio ambiente, seguras, económicas y con un plus, el uso de materiales reutilizables y reciclables. Estrategias de atracción de plagas a un sitio específico de la huerta: Trampas cromáticas. Para detectar la llegada de los primeros ejemplares, antes de que hordas de pulgones, mosca blanca y trips devoren nuestro hortal; podemos colocar trampas cromáticas. Si estas van con una cuadrícula adjunta se puede incluso hacer un conteo de las poblaciones que “van cayendo” en ellas. De este modo es como los agrónomos y biólogos deciden cuándo es el momento adecuado para actuar, antes de que los daños superen la inversión que se hace. Estas trampas se basan en la atracción que tienen ciertos insectos por determinados colores. Cada especie tiene predilección por un color: Las moscas (dípteros) y pulgones (áfidos) tienen preferencia por el color amarillo. El color azul, en cambio, es el preferido por los trips y mosca minador, la verde chinches La roja para palomillas (lepidópteros) y escarabajos. El negro para la tuta del tomate. Blanco: moscas y ácaros. Al detectar esos colores, se sienten atraídos y van al reclamo. Al posarse quedan pegados. Estas trampas pueden elaborarse reciclando y reutilizando envases y aceite de oliva usado. La elaboración es de muy bajo costo, no son contaminantes y el método es muy sencillo. Imagen sacada del siguiente enlace: pinchar aquí Los ejemplares que vuelan son adultos, con lo cual, evitamos que se reproduzcan, reduciendo los estadíos inmaduros, como las larvas y las orugas, que suelen ser las que más daños causan. Estas trampas han de colocarse a una altura parecida a la que se encuentra el cultivo que queremos proteger. Además, hay que orientar una de las caras a la salida del sol, ya que el reflejo producirá un brillo que atraerá aún más a las plagas. La “hora punta” de atracción se da durante el amanecer y el ocaso. Es muy interesante el uso de estas trampas para repasar matemáticas (conteo de ejemplares y estadísticas, crear gráficas de abundancia e incremento de especies…); ciencias naturales (estudio de anatomía de invertebrados, ciclos vitales, taxonomía y uso de claves dicotómicas, redes tróficas…); contenidos con valores medioambientales (reciclaje, reutilización, control sin fitosanitarios…); idiomas y artes (elaboración de diarios de huerto, participación en el periódico escolar, intervenciones en el “rincón huertero” de la radio del centro…); nuevas tecnologías (elaboración de webs, blog, vídeos…); etc. Trampas con atrayentes químicos Existen sustancias que desprenden un olor muy atractivo para los parásitos fitófagos. Tal es el caso del vinagre (para la mosca de la fruta), la levadura de cerveza (avispas) o la cerveza líquida (para algunos invertebrados, entre ellos: babosas y caracoles). Sólo hay que colocar en un recipiente la sustancia y esperar. Pero ojo, les atrae tanto, que son capaces de atravesar grandes distancias hasta llegar a ella, pudiendo crear el efecto contrario al deseado y juntarnos con los caracoles y las babosas de todo el vecindario. Una de las trampas más empleadas se realiza con botellas de plástico de pequeño tamaño. Se recorta la parte superior a modo de embudo, se invierte y se entierra a ras en el suelo. Añadimos el atrayente (cerveza o harina fermentada con levadura y agua) y sólo hay que esperar resultados. Te proponemos visualizar los siguientes vídeos donde se detalla cómo hacer trampas de este tipo, qué cebo usar y cómo y dónde colocar. - Canal  de la “Huerta de Iván”. Trampa para caracoles con botellas de plástico y cerveza. Aquí (4 min 56 s) Trampas cromáticas. Aquí (3 min 58 s) -  Canal “Briocultivo”. Trampa para las avispas. Aquí. (5 min 24 s). - Canal “Aenverde”. Aplicación de trampas cromáticas en invernaderos.  Aquí (1 min 34 s) Trampas con feromonas. A las trampas cromáticas se les puede añadir un plus, un atrayente, las feromonas, aunque estas sustancias atraen por sí solas a los individuos. Las feromonas son unas sustancias químicas volátiles que están relacionadas con la reproducción sexual de los animales. Básicamente, es un reclamo que lanza, normalmente la hembra, para guiar al macho a su encuentro. Esto a veces se emplea como confusión sexual, ya que, si se colocan muchas de esas feromonas, el macho olerá a hembra por muchos lugares y no dará con ella. Del mismo modo, hay que tener cuidado con su uso, ya que los hay muy potentes, pudiendo atraer a especies desde muy lejos a nuestra huerta, y eso, no nos interesa. Se pueden encontrar en tiendas especializadas, y en tiendas que visitamos asiduamente, ya que las trampas atrapa polillas de la ropa o de la harina, funcionan así. Plantas trampa. Son aquellas por las que la plaga tiene debilidad, mientras que la atacan las que nos interesan están a salvo.  Es interesante  plantar especies como entretenta para algún fitófago cerca de la planta que nos interesa proteger de estas plagas. Al haber poblaciones presa, al cabo de un tiempo, acudirán los depredadores naturales. Ej. La capuchina es una buena planta cebo para proteger a las coles de la oruga de la col, ya que priorizan esta segunda para hacer su puesta de huevos. Estrategias de repulsión. Son varios los preparados que pueden emplearse para este fin. Uno de los más efectivos es el apichi, que se hace con cayena extra picante. El fin es que cuando el animal fitófago “muerda” la planta le produzca repulsión. También pueden colocarse especies con olores fuertes como: la ruda, las ortigas, la caléndula, la albahaca, el orégano, las capuchinas o taco de reina, el anís, el perejil, el apio, la menta, la salvia, el cilantro, el ajo, el cebollino…cerca de nuestro hortal. Aumentaremos la biodiversidad y de camino, evitaremos el merodeo de alguno de estos animalejos en nuestra huerta. Estrategias de confusión para evitar que el parásito localice su planta diana: Confusión sexual. Como dijimos anteriormente, las feromonas son el reclamo para atraer a individuos de la misma especie y diferente sexo para fecundarse. Si en lugar de un foco de emisión de olores, existen muchos, el macho no encuentra a la hembra y se frustra la reproducción. Visualiza el siguiente ejemplo práctico de control biológico mediante la instalación de feromonas en la vid para evitar la polilla. Aquí (5 min) Imagen sacada de la web https://agroferomonas.com/ Confusión aromática. Cuando un parásito detecta el olor de la planta que necesita para su ciclo vital, se acerca hacia la misma siguiendo el rastro químico que libera. Si se trata de un monocultivo, la encontrará fácilmente, en cambio, si está asociada con otras muchas especies, le costará más llegar a ella. Existen estudios en los que se ha comprobado que estos animales se posan varias veces en la planta diana para asegurarse que es la que necesita y luego actúa. Si al posarse entra en contacto con varias plantas de diferentes especies, percibirá que no es el lugar que tenía pensado y se irá. Es por ello que es muy importante la prevención y asociación de cultivos durante la planificación de la huerta. Hay que escoger bien los compañeros de nuestras hortalizas. Y para finalizar este apartado, una reflexión. Desde luego la solución no está en “matar al bicho”, sino en indagar el motivo por el cual ha atacado a nuestra planta. De este modo daremos con la clave del origen de nuestros “males”. Como bien dice el refrán: “más vale prevenir que curar”. En este vídeo de la Tanina, donde se habla de las asociaciones de cultivos, se da una visión muy buena de cómo hemos de escoger las plantas compañeras de nuestros cultivos y del motivo por el cual se benefician realmente. Disfrútalo. Aquí (31 min 58 s) En este otro vídeo de la Tanina, se explica la base del control biológico, así como las técnicas que han empleado a lo largo de los años para el control de pulgones en huertas.  Aquí (32 min) Huertos extremos: Altitud elevada Si nuestro centro educativo se encuentra en un enclave con una altitud elevada, las heladas abarcan periodos de entre uno e incluso dos meses más que en zonas más bajas. Se suceden más tempranamente (quizá ya comiencen en septiembre) y se prolongan hasta bien entrado abril. Esto genera ciclos cortos estivales, donde habrá ciertos cultivos a los que no dará tiempo a madurar. Otro handicap serán las precipitaciones en forma de nevadas, que no todas las especies soportan. Os proponemos algunas ideas para solventar este problemilla: Sería aconsejable plantar y sembrar variedades con ciclos más cortos, por ejemplo, si cultivamos tomates, hacer uso de plantel de tomates con fruto de tamaño mediano a pequeño, como los cherry o los tipo pera. Trabajar con sistemas de protección para las heladas, ya sean invernaderos (calefactados), microtúneles (más económicos que los anteriores y móviles), uso de botellas de plástico u otros enseres para cubrirlos durante la noche, etc. Lo ideal es trabajar con especies y variedades locales, adaptadas a las particularidades de la zona, que soporten bien las heladas y nevadas. No todo son desventajas, ya que cultivos, como el ajo o algunos frutales, requieren de períodos fríos para ser más productivos. En pendiente Las desventajas de estas zonas es la pérdida de agua al regar por escorrentía, la erosión y la dificultad a la hora de acceder con el alumnado. La orientación de la pendiente es un factor clave a la hora de escoger los cultivos. La solución más acertada sería la nivelación mediante estructuras de contención perpendiculares a la pendiente, para crear pequeñas terrazas abancaladas con pasillos de infiltración para evitar la pérdida de suelo y agua. En la imagen, se han empleado bloques de hormigón para retener la tierra y se rellenan los pasillos con grava para favorecer la infiltración y evitar el encharcamiento. Es una buena excusa para tratar el tema de la desertización y desertificación, así como la importancia en el uso (y no abuso) del agua en los riegos agrícolas. Poco espacio A veces es la falta de espacio lo que nos hace replantearnos el disfrutar de este gran recurso en los centros educativos, pero…¿realmente no hay ni un huequito en todo el patio y jardines que adornan nuestro espacio de recreo? ¡Por supuesto que existe! Sólo hay que poner ganas; buscar rincones adecuados, con cultivos propicios a las condiciones de la zona y pensar, si no hubiese “tierra”, en instalar jardineras, macetas, sacos…cualquier recipiente óptimo para cultivar. También podríamos atrevernos con un huerto vertical, aunque requiere de más conocimientos y el mantenimiento es algo más tedioso. Huertos en espacio reducido En el canal de youtube de “En 20 metros” nos introducen en el mundillo del cultivo de hortal en espacios tan reducidos como un balcón.  Aquí (12 min 32 s) En el canal “Cosas de jardín” Gabriel nos informa sobre el tamaño mínimo que ha de tener una maceta para cultivar las hortalizas más frecuentes. Aquí (12 min 18 s) Echa un vistazo al siguiente vídeo de la Tanina sobre huertos verticales. Aquí (10 min 7 s) Suelos “complicados”: arcillosos, arenosos, pedregosos…¡incluso sin él! ¡¿Sólo embaldosado o asfalto?! Es frecuente el encontrar huerta donde la profundidad del suelo es mínima. En nuestro afán por aumentarlo, nos ponemos a picar el suelo y lo único que encontramos es la roca madre del lugar, imposibilitando el cultivo de la mayoría de hortalizas. Una solución es construir bancales elevados con una profundidad mínima de 40 cm y rellenarlos con sustrato. Este sustrato puede ser facilitado por el ayuntamiento (suele ser un sustrato poco fértil y pobre en materia orgánica) o se puede comprar, encareciendo , y mucho, la instalación de la huerta en nuestro centro. Lo ideal sería planificarlo con tiempo, poner en marcha el sistema de relleno como “bancal lasaña” (tratado en puntos anteriores). En cualquier caso, hay que ir añadiendo materia orgánica para ir mejorando la calidad de nuestro suelo. Es un proceso lento, pero la paciencia es una gran virtud a poner en práctica entre nuestro alumnado. En el caso de suelos arcillosos o arenosos, ya se comentó su problemática en apartados anteriores, la mejor arma en estos y todos los huertos: añadir compost. En muchos centros ni siquiera se cuenta con parcelas con terreno expuesto, el asfalto o las baldosas tapian y ahogan los suelos que esperan debajo ansiosamente brotar vida. Se puede optar por levantar hormigón o, algo menos drástico, construir bancales elevados sobre esos suelos artificiales. Especial cuidado con la profundidad de los mismos (al menos 80 cm, aunque esto irá en función del tipo de cultivos) y su drenaje. Frío o Calor extremo, baja exposición solar directa En parte tratado en el apartado 4.1., ya atisbamos el frío como un problema a solventar en zonas elevadas. Hay que adaptar el riego, ubicar correctamente cada cultivo en la zona más adecuada: aprovechando sombras para cobijar y pleno sol para cultivos como melones y sandías, cuyo dulzor depende de horas de insolación y exposición a altas temperaturas. Variedades y especies con ciclos cortos, de hoja ancha y raíz, evitando cultivos de fruto, que suelen tener requerimientos de luz directa bastante elevados. Es mejor ubicar la huerta en una zona con buena exposición solar, ya que es fácil crear sombras (con árboles, setos, mallas de sombreo, otros cultivos…), pero imposible hacer llegar más luz a una zona sombría. Existen inventos, cuando menos curiosos y bastante ingeniosos, que se resisten a que la luz solar no llegue a donde queremos, consultar el siguiente enlace, es sólo un minuto, pero puede  ser un nuevo campo de estudio, nunca se sabe. Aquí (1 min). BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA INTERESANTE PARA AMPLIAR Bibliografía Huerto escolar Ayuntamiento de las Palmas de Gran Canaria. El huerto escolar municipal. Escutia, Montse. “El huerto escolar ecológico”. Ed.Grao. Romón, C. (1997) “Guía del huerto escolar” Ed. Popular. Gil, M. 1999. La agricultura en la escuela. Ed. Penthalon. Madrid. Guitart, R. M.: 101 JUEGOS NO COMPETITIVOS. Edi. Graó. C. Francés Tárrega 32-34. 08027 BARCELONA. Hezkuntza, L. 1998. “Huerto escolar. Educación Primaria D.B.H.-ESO”. Actividades ambientales Ingurugiro  Jarduerak. Jares, X: EL PLACER DE JUGAR JUNTAS. NUEVAS TÉCNICAS Y JUEGOS COOPERATIVOS. Ed. C.C.S. C. Alcalá 164. 28028 Madrid. 1992. Otuzi Brotto, Fabio. “Juegos cooperativos”. Ed. 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