MÓDULO 1. MODELO HIP Qué es y de dónde surge
- MODELO HIP Qué es y de dónde surge
- La base teórica del modelo HIP
- Innovación y transformación
- El ecosistema bosque: los vectores en la naturaleza
- Modelo HIP
MODELO HIP Qué es y de dónde surge
El HIP (Hexágono de la Innovación Pública) es un modelo para acelerar el cambio sistémico de las organizaciones que concibe la innovación como redes de conversaciones: deseos, visiones y afectos compartidos.
El modelo HIP (Hexágono de la Innovación Pública) es la propuesta final incluida en el informe Instituciones que Aprenden, elaborado por Raúl Oliván Cortés por encargo de la SEGIB (Secretaría General Iberoamericana) para la XXVII Cumbre de Jefes de Estado, con el objetivo de promover agendas de transformación institucional y cambio sistémico en la región, basadas en gobierno abierto e innovación pública.
La base teórica del modelo HIP
El modelo HIP nace enfocado especialmente en las organizaciones del sector público que quieren innovar: gobiernos, ayuntamientos, departamentos, servicios, centros educativos, institutos tecnológicos, bibliotecas.
Cada vez más personas integradas en esas organizaciones nos hacemos preguntas como estas: ¿cómo innovar en mi equipo?, ¿cómo transformar mi organización?, ¿cómo abordar retos complejos?
Para abordar la innovación en las organizaciones necesariamente tenemos que pensar en ecosistemas. Los ecosistemas son comunidades de comunidades y las comunidades son segmentos de red con alta densidad conectiva. Es decir, personas que se relacionan con muchas personas y tienen muchas conversaciones productivas. Podríamos concluir con la idea de que los ecosistemas son esas conversaciones.
A partir de este momento podemos visualizar las organizaciones como redes, como sistemas de relaciones, de conversaciones, formados, según nos explica la ciencia de redes, por nodos y enlaces, que representamos mediante puntos y líneas en una hoja de papel.
Nos hacemos estas preguntas en muchas ocasiones porque formamos parte de organizaciones o sistemas jerárquicos, verticales, que dificultan las conversaciones entre personas, y no sabemos cómo empezar a cambiar esto.
Las instituciones que aprenden, las que innovan, están organizadas como un rizoma. Un rizoma es un tallo subterráneo con varias yemas que crecen de forma horizontal.
Así, podemos visualizar las organizaciones innovadoras como una red abierta y distribuida, que simboliza este cambio de paradigma que el modelo HIP pretende inspirar.
En las organizaciones que trabajan de forma abierta, en las que entran las ideas y se liberan los datos, es donde germina la ética hacker, que tiene que ver con alterar flujos, con el derecho a saber y a decidir de las personas; y con valores como: la libertad, el libre acceso a la información, el valor social, la accesibilidad…
La ética hacker nos ayuda a entender la perspectiva de cómo tienen que ser las organizaciones que innovan y la ciencia de redes nos ayuda a entender y visibilizar cómo son los ecosistemas y cómo podrían ser.
Con base a todo esta base teórica, el modelo HIP propone a las instituciones ( gobiernos, ayuntamientos, departamentos, servicios, centros educativos, institutos tecnológicos, bibliotecas) los laboratorios de innovación, como el mejor ejemplo de un rizoma institucional, que promueve la creatividad y abre las organizaciones, permitiendo una conversación bidireccional.
Un ejemplo de laboratorio es el propio LAAAB. Laboratorio de Aragón [Gobierno] Abierto.
El LAAAB como espacio de pruebas de innovación social
Es un laboratorio para fomentar la participación ciudadana en el diseño de políticas públicas. El LAAAB es una herramienta de innovación democrática y un espacio de encuentro entre la administración y la sociedad civil, un lugar donde cooperar, reflexionar y experimentar juntxs sobre los desafíos comunes.
Innovación y transformación
El modelo HIP pretende que las personas que queremos innovar en nuestras organizaciones podamos reproducir las condiciones de los lugares donde se innova para que podamos comenzar a saber responder a las preguntas que nos hacíamos al principio: ¿cómo innovar en mi equipo?, ¿cómo transformar mi organización?, ¿cómo abordar retos complejos?
Con el propósito de poder transformar las organizaciones en ecosistemas de innovación y creatividad, el modelo HIP, que como hemos visto ya, se inspira en la ciencia de redes (nodos, enlaces, hubs, sincronía, cluster...) y en la ética hacker; analiza además 105 metodologías de las agencias más innovadoras del mundo.
Como síntesis de todo ello, propone seis vectores clave que caracterizan a estos ecosistemas (conversaciones en su unidad más básica) y que nos permiten repensar las organizaciones (también los centros educativos) como redes y como comunidades de aprendizaje.
Estos seis vectores son: OPEN_ que se refiere a lo abierto, TRANS_ a lo transdisciplinar, FAST_ a lo ágil, PROTO_ al trabajo sobre modelos y pruebas, CO_ a lo colaborativo y TEC_ a lo tecnológico o digital.
Cada vector está conectado con algunas de las propiedades de red que se describen como conducentes a un ecosistema innovador: multiplicar la conectividad, intensificar la densidad hacia dentro, crecer la red hacia fuera, reforzar lazos, reducir distancias, favorecer la sincronía, propiciar visiones compartidas, trazar itinerarios transversales (bypass a las arterias críticas), e incrementar el potencial productivo de las conversaciones.
El ecosistema bosque: los vectores en la naturaleza
Para entender las propiedades de red que se conectan con cada uno de los vectores HIP, es muy útil mirar hacia la naturaleza.
Animales, plantas y ecosistemas completos sobreviven gracias a que funcionan como redes colaborativas (este es el caso de los estorninos o el caso de los insectos y las flores); como sistemas abiertos (que permiten el intercambio de energía y materia de la célula o la fotosíntesis de la hoja); ágiles (adaptadas a sus necesidades como vemos en ejemplos tan extremos como el del caracol o el guepardo); que prueban (cómo el pájaro cuando hace su nido cada temporada, aprendiendo por imitación y a base de prueba y error); que se mezclan e hibridan (como los diferentes magmas del granito); y se comunican (como la planta en un bosque, que constituye una estructura modular, colaborativa, distributiva y sin centros de mando).
Probablemente bastaría con aplicar las soluciones que las plantas adoptan para solucionar muchas de las dificultades que observamos en las organizaciones.
Esta sería la metáfora más bella de lo que sería un ecosistema HIP: el de las micorrizas que se encuentran en el suelo de los bosques. Estas son la simbiosis entre un hongo y las raíces de una planta.
La planta recibe del hongo principalmente nutrientes minerales y agua, y el hongo obtiene hidratos de carbono y vitaminas. Y lo más sorprendente es que sirven de nexo de unión entre las plantas por lo que estas pueden comunicarse y protegerse entre sí. El sistema que se crea en el subsuelo es llamado el “internet de las plantas” y responde a la lógica de los vectores del modelo HIP.
Recurso: “La fascinante red de comunicación entre árboles que se esconde bajo tus pies”. Vídeo de BBC News World.
Modelo HIP
A continuación tienes los enlaces que introducen el modelo HIP y el contexto en el que se propone en los siguientes apartados del ANEXO del informe Instituciones que Aprenden.
Aprender haciendo
Pensarse rizoma
Antes de la pandemia: Gobierno Abierto e Innovación Pública
Líneas centrales del informe