Educación Sexual y por supuesto afectiva
- 1. Expresión de las emociones y génesis de la violencia
- 2. Aprendizaje masculino de la prostitución y pornografía frente a la igualdad
- 3. Sexo, micromachismos y machismos de la tercera ola
1. Expresión de las emociones y génesis de la violencia
¿Cómo es la o las Sexualidad/es?
En teoría libre y diversa, por eso tenemos el poder sobre los cuerpos y podemos decidir en el maco de una sociedad patriarcal creada por y para los hombres. En la práctica un cúmulo de límites y miedos donde el más mínimo gesto cambia nuestro poder por fracaso y nuestra virilidad por impotencia.
Socialización de los sentimientos
Ser hombre implica seguir las reglas sociales, las normas de comportamiento impuestas por el colectivo y por la tradición cultural, pero también pensar y sentir de una forma determinada. Los hombres aprenden a sentir como varones, a vestir como varones, a no expresar debilidad, miedo o todo aquello que se siente. Aprenden que la comunicación desde el corazón es peligrosa, que la razón y el pensamiento deben guiar sus actos y que expresar lo que sienten y no lo que deben sentir es de débiles.
Antes de nacer, el feto identificado como varón por descubrir en la ecografía unos genitales masculinos, genera ya unas expectativas: “Qué patadas pega, es muy fuerte, seguro que será futbolista”, diferentes a las creadas por otro feto identificado como mujer: “Pega pataditas suaves, qué inquieta va a ser esta nena”. Al nacer se confirman algunas expectativas y se generan otras: “¿Ves? Es fuerte como un toro y con ese paquete que tiene seguro que crea estragos entre las mujeres”.
A lo largo de toda la socialización se siguen modelando los sentimientos y el comportamiento del varón patriarcal:
- En la primera infancia: “No llores”
- Al llegar a la escuela: “Tienes que ser el mejor”
- En la adolescencia: “Deberías salir más con chicas”
- Desde el lenguaje: “Dile a los hombres que vayan sentándose en la mesa que la comida ya está”
- Frente al amor: “No te enamores, que es una locura”
- Frente a las mujeres: “Todas las mujeres te quieren cazar”, “Todas las tías son unas putas”
- En el trabajo: “Tienes que ganar mucho y ser famoso”
- En el matrimonio: “Tú llevas los pantalones, tú decides”
El modelo de masculinidad patriarcal que predomina modela una serie de sentimientos y los trasforma para reforzar la identidad del varón frente a cualquier atisbo de debilidad. Desde la apariencia la tristeza y el dolor deben convertirse en fortaleza y contención, y luego quizá en rabia, pero un hombre no puede sostener la tristeza porque no sabe, el miedo lo invade, solo le enseñaron a negarla, no a atravesarla. Desde la fortaleza y la rabia es imposible la comunicación en igualdad, el intercambio y los vínculos en clave de paz y, por tanto, también el placer y la sexualidad.
El varón adolescente expresa sus sentimientos a través de la contención y de la violencia, y presenta graves dificultades relacionales debido a la necesidad social de representar un modelo de hombre que no desea ni comparte.
Resulta fundamental crear un espacio de reflexión entre varones y de creación de una conciencia crítica. Por medio de intervenciones programadas en los centros se puede propiciar la creación de estos espacios:
- MODELO DE LA MASCULINIDAD PATRIARCAL
- TRANSFORMACIÓN DE LOS SENTIMIENTOS
- CONFLICTO RELACIONAL
- INTERCAMBIO
- PLACER
- IGUALDAD
- DEBILIDAD
- ALEGRÍA
- AMOR y MIEDO
- DOLOR y TRISTEZA
- FORTALEZA Y RABIA.
Apreciaciones globales
Se confirma que existe un conflicto abierto entre mujeres y hombres por y desde la desigualdad y la jerarquía de género: por una parte una igualdad no lograda, simbolizada y teorizada pero no trascendente hasta lo cotidiano, por otro, una masculinidad patriarcal persistente sin modelos alternativos todavía. El resultado de los cambios iniciados por la mujer hacia una cultura igualitaria resulta insuficiente, y lo conseguido hasta ahora precisa de una revisión y modificación de las ideologías que sustentan las masculinidades sin espacio para la crítico y el cambio. Estamos en una sociedad en tránsito que se adapta a las exigencias del feminismo, pero que no modifica las bases del conflicto social. A cada paso el patriarcado se filtra en las ideologías que sustentan la vida cotidiana y solo existe una apariencia de cambio e igualdad. Mientras esta situación no evolucione hacia un cambio más coherente y real, el horizonte social de la igualdad entre géneros será solo una farsa, una pantomima, un teatro de apariencia. Del estudio y el trabajo de intervención se derivan tres tendencias de pensamiento expresadas por medio de las ideologías o las concepciones espontáneas:
1- Un porcentaje pequeño de los adolescentes mantienen y defienden una ideología patriarcal y machista con relación a las masculinidades (sobre todo varones). A esta tendencia la denominaremos Tradicional- Patriarcal.
“Un hombre jamás debe fregar un plato pudiendo hacerlo una mujer”
2- Otro pequeño porcentaje, sobre todo de adolescentes mujeres, opta por una tendencia feminista que reclama un cambio y rechaza la masculinidad en su expresión tradicional, tanto teóricamente como en la práctica cotidiana. Sería una tendencia feminista-progresista que choca con la realidad.
“Mujeres y hombres pueden fregar los platos”
3- Por último una tendencia mixta representa a la mayoría de los adolescentes, se expresa desde el eslogan del cambio y la igualdad pero tiene un trasfondo de comportamientos cotidianos patriarcales y tradicionales no puestos en duda. Es un sí al cambio y un no a la modificación de las estructuras sociales que sustentan la definición de género actual.
“Un hombre puede ayudar a fregar los platos sin dejar de ser hombre”
La encrucijada entre los dos modelos genera un momento de crisis para la masculinidad tradicional y para las masculinidades individuales, pero no de cambio. Los varones necesitan también un cambio, pero es preciso que descubran las ventajas de ese cambio.
El modelo mixto provoca que, a pesar de la evolución social de los varones en otros aspectos, haya una gran dificultad a la hora de expresar y canalizar las emociones. Deben seguir manteniendo el tipo y ser nuevos hombres, pero sin conectar consigo mismos y sin expresar con libertad aquello que sienten, sin miedo y sin contención. La contención genera tensión y esta a su vez da lugar a rabia y agresividad, fáciles de expresar para cualquier hombre.
Si los hombres no pueden mostrar ninguna característica tradicionalmente femenina ni tampoco mostrar emociones o sentimientos más allá, de la rabia:
- ¿Qué y cómo pueden aprender una sexualidad sana, igualitaria y desde el cuidado?
- ¿Qué sexualidad les es permitida y será potenciada desde su socialización de género?
2. Aprendizaje masculino de la prostitución y pornografía frente a la igualdad
Nadie mejor que Peter Pzil para explicar la infame conexión entre prostitución, pornografía y violencias machistas.
https://feminicidio.net/articulo/los-hombres-la-pornograf%C3%ADa-y-la-prostituci%C3%B3n
El daño que la prostitución genera en los hombres, podríamos resumirlo en estos cinco apartados:
- La pornografía separa la sexualidad de los hombres tanto de los sentimientos propios como de las relaciones cotidianas y, de esta manera, contribuye a la disociación como rasgo dominante del modus vivendi masculino.
- La pornografía contrarresta la igualdad y el acercamiento entre los hombres y las mujeres.
- La pornografía fomenta la irresponsabilidad reproductiva de los hombres.
- La pornografía fomenta la aceptación e incluso el uso de la violencia en las relaciones entre los sexos. Cuando muchos años más tarde comencé a prestar atención a la problemática de la prostitución, tuve que añadir un punto más a la lista de los daños ocasionados por la pornografía:
- La pornografía es el marketing de la prostitución.
También Rosa Cobo en “El placer del poder” apoya esta tesis de Peter Pzil.
"La pornografía es la pedagogía de la prostitución"
Además es parte estructural del modelo de explotación capitalista que se sostiene sobre las mujeres y los espacios de cuidado y atención a otras personas, y en concreto en este caso, dirigido a sostener la virilidad masculina en esencia. Tal es el ejemplo de dominación sexual como eje de las sociedades patriarcales.
“Entre las funciones atribuidas hoy a las mujeres en las sociedades patriarcales occidentales, la de atraer y complacer sexualmente a los hombres ocupa un lugar primordial. En el ámbito de las relaciones heterosexuales, las mujeres encarnan ΄el sexo΄. Los hombres utilizan el término ΄mujeres΄ como indicativo de un objeto que se puede degustar y consumir, de un placer mundano que se puede disfrutar, al mismo nivel que la comida o el vino. El cuerpo femenino ha sido objetualizado, erotizado, sexualizado.”
http://mujereslobby.org/events/prostitucion-liberalismo-sexual-y-patriarcado/
Carmen Vigil y Mª Luisa Vicente
Sin embargo es necesario ahondar sobre el lugar de los hombres frente a la prostitución y ante la pornografía en especial de los adolescentes, pero también crear no solo la abolición de ambas sino la reconsideración de porque y desde donde existen. Dicho de otro modo el problema no es solo la venta y la cosificación del cuerpo o una pornografía violenta y machista sino quien consume y por qué y desde donde frente a la sexualidad y a las mujeres. El palabras de Cristina Garaizabal (2020):
“La censura no puede ser un instrumento de lucha feminista, y el Código Penal no es un buen aliado de las mujeres”
https://ctxt.es/es/20200302/Politica/31266/sexo-deseo-feminismo-codigo-penal-cristina-garaizabal.htm
“Ese oscuro objeto de deseo”
La pregunta que no podemos dejar de hacernos es cuanto hay de juego y cuanto de realidad, cual es nuestro lugar no moral sino ético frente a determinadas prácticas sexuales y si el problema en es cómo vivimos la sexualidad o más bien desde construimos y proyectamos nuestro deseo. Un ejemplo de lo que digo es muy habitual en consulta cuando algunas mujeres y algunos hombres acarrean un profundo sentimiento de culpabilidad por excitarse con la fantasía de una violación o la de un acto sexual con un cierto grado de violencia. El problema no es jugar con la fantasía y el deseo. Quizá el problema está en la falta de contenido crítico de un hombre adolescente que ve porno y proyecta sólo un tipo de fantasías o que vivencia un aprendizaje moral donde las mujeres son virtud pero deben asistir obedientes a su deseo y poder masculino.
Debate feminista sobre de la sexualidad:
https://www.facebook.com/watch/live/?v=251182556114448&ref=watch_permalink
3. Sexo, micromachismos y machismos de la tercera ola
Micromachismo se refiere a una propuesta del psicólogo Luis Bonino Méndez, que comprendería un amplio abanico de maniobras interpersonales y se señalaría como la base y caldo de cultivo de las demás formas de la violencia de género o violencia machista: maltrato psicológico, emocional, físico, sexual y económico, que serían normalizados. Se trataría además de prácticas legitimadas por el entorno social, en contraste con otras formas de violencia machista denunciadas y condenadas habitualmente.
https://elpais.com/elpais/2017/04/27/eps/1493244356_149324.html
Los micromachismos en la cama empiezan por querer controlar como hombre incluso el placer de las mujeres, y ser los conseguidores de sus orgasmos en lugar de compañeros en el placer sin competición alguna. O quizá también en esa obsesión “pene-céntrica” y coitocéntrica que prácticamos sin rubor porque es lo visto como normal desde siempre.
También aparecen modos de dominación sutil cuando exigimos a nuestras parejas (mujeres u hombres) cumplir con el estándar de belleza del momento, la ropa erótica o los juguetes de la moda japonesa o del Hentai (machista por excelencia) pero luego como hombres de verdad no respondemos ante ningún estándar de cuerpo o similar. La virilidad sigue de moda pero se expresa de formas más invisibles pero no necesariamente menos dañinas.
En la pareja, se manifestaría como formas de presión de baja intensidad, con las que las personas intentarían detentar el poder y conseguir beneficios, en todos o en algunos ámbitos de la relación.
Neomachismos de nueva ola.
Sabías que:
Las sexualidades son la última prueba de fuego de la igualdad y que muchos hombres que se muestran en la igualdad desde lo cotidiano, en las tareas, en el trabajo y en el espacio público, no son capaces de elaborar una vida de placer desde la igualdad.