2. ¿Qué podemos probar?
Pensemos que el uso de plataformas digitales facilita la comunicación entre los alumnos. El alumnado es nativo digital y está muy acostumbrado (o va a estarlo) a este tipo de comunicación.
Se pueden elaborar tareas que impliquen el trabajo en equipo y donde la evaluación tenga un apartado donde ellos mismos evalúen el trabajo de sus compañeros, sean conscientes de su trabajo y de esfuerzo del resto del equipo (coevaluación).
Rúbrica Coevaluación
Este tipo de rúbricas te da una visión de qué es realmente lo que ha sucedido dentro del grupo
El trabajo por proyectos tiene muchas ventajas, como hemos dicho en el módulo 3, su evaluación es más compleja. Se debe evaluar tanto el proceso como el producto final presentado. El producto final se puede evaluar con rúbricas que se ajusten al producto final entregado, sea vídeo, presentación o dossier. Evaluando tanto el trabajo en grupo como la parte individual de cada participante. Para la evaluación del proceso se pueden utilizar herramientas como los diarios de aprendizaje, o la coevaluación, de la que acabamos de hablar.
Otra herramienta que se puede probar son los filtros antiplagio, algunas plataformas ya lo tienen incorporado como “classroom”, otras son de pago o gratuitas incorporando publicidad.
Aquí os dejamos un artículo al respecto
8 programas antiplagio
No obstante, lo ideal es elaborar actividades que sean imposibles de plagiar. Modificando datos iniciales o pidiendo actividades donde entre en juego la creatividad.
Los exámenes a distancia son difíciles de supervisar y no se puede asegurar el trabajo individual. Desde este curso abogamos por dar menos peso a estas herramientas y más al trabajo diario y la entrega de dossieres ya sean de trabajos propuestos o productos de ABP. Los exámenes presenciales pueden ser una nota que acabe de pulir la nota recibida, no formar parte del grueso de la calificación.
Detecta las actividades que mantienen activa solo a una parte del alumnado y evítalas.
Si optas por quitar peso a los exámenes, ten en cuenta que el alumnado lleva años trabajando y realizando exámenes. Define con claridad las tareas y cómo se van a calificar. Al tratarse de una manera distinta de trabajar es muy necesario invertir tiempo en definir la tarea y transmitir qué es lo que se espera del alumnado. El desconocimiento, la falta de transparencia y la inercia a volcar todo el esfuerzo en el examen pueden llevar presentar dossieres de baja calidad. No obstante, es lo habitual en las primeras ocasiones.
Debemos evitar que las fechas y formatos de exámenes a realizar o proyectos a entregar sean inflexibles.