Skip to main content

2. Si lo ve aburrido, pase al siguiente

La educación se ha convertido en un escenario virtual, un espacio en el que participar, en el que se nos escucha y se nos demanda respuesta (sea inmediata o no).

Un espacio en el que interactuar para poder construir, para poder aprender, ya sea de forma síncrona o asíncrona. 

Todo ello, a nuestro ritmo, sin ataduras, de un modo accesible e inclusivo. Posibilitando así, un cambio metodológico en lo que al sistema pedagógico se refiere, cercano a la teoría del aprendizaje conectivista de Siemens (2004) y al social-constructivista, en los que sus pilares son la intercreatividad y la interculturalidad (Osuna-Acedo et al., 2017). 

Los estudiantes se convierten en dueños de su propio aprendizaje, son autónomos. Su rol cambia y el del docente, también.

GIPHY

El alumnado puede empezar y terminar de realizar algo cuándo y dónde quiera. Siemens et al. (2012) aconseja dicho procedimiento, “si lo ve aburrido, pase al siguiente” (te proponemos el mismo procedimiento para este curso).

Con este sistema, el aprendizaje (y por tanto, los resultados del mismo), serán distintos y variables según la persona, puesto que, al ser un sistema inclusivo y personalizado, éste producirá estudiantes empoderados e interactuantes (Castells, 1998).

Por otro lado, el docente se convierte en guía, en mediador, en facilitador y no en eje central del aprendizaje del alumnado, constructor de esos contenidos educativos digitales y conductor del aprendizaje.

Escaño (2013) especifica que “la construcción comunitaria del conocimiento está vinculada directamente a una perspectiva determinada de la comunicación, la cual está asociada a las corrientes críticas de la pedagogía”. Esa hibridación de conocimiento que se produce en la actualidad es una construcción cultural de conocimiento en forma de compromiso social, por el procomún, para la mejora social, a través de la interactividad y la reciprocidad entre aquellos que participan.

Todo ello produce que estos escenarios virtuales, estos espacios participativos se alejen de la educación bancaria tan anquilosada en el pasado y de esa violencia simbólica de Bordieu (2018), acercándose poco a poco a la comunicación como eje vertebrador de la misma, tal y como nos pide Kaplún (1998) por medio de la creación de contenidos educativos digitales actualizados y útiles.

De ahí, la gran importancia que como docentes conozcamos todas las posibilidades que nos ofrecen los contenidos digitales, cómo utilizarlos y cómo administrarlos de forma responsable y útil en nuestra práctica docente diaria.