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1.3.1. Evaluación de la práctica digital.

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El uso de las tecnologías digitales para el desarrollo de la práctica profesional docente está totalmente normalizado y extendido a día de hoy. Pero, ¿realizamos una conveniente reflexión, individual y/o colectivamente, sobre el uso de dichas herramientas, su aportación al proceso de enseñanza-aprendizaje, contraste de resultados obtenidos respecto al uso de las mismas y estar, por lo tanto, en situación de incorporar mejoras en el mismo? De eso vamos a tratar brevemente en este apartado.

Deberíamos sistematizar este proceso de reflexión sobre el uso de las tecnologías digitales e incorporarlo a nuestros actuales mecanismos de evaluación sobre nuestra propia práctica docente. 

Esta reflexión debe tener como objetivo analizar el uso e impacto de las tecnologías digitales en el desarrollo de una actividad educativa concreta y/o en el uso que hacemos de ella de forma generalizada en un conjunto de actividades afines. Esta actividad educativa sobre la que vamos a poner el foco, puede ser cualquier tarea, proyecto, situación de aprendizaje o materia que se haya desarrollado utilizando herramientas tecnológicas. 

Cada docente o equipo que vaya realizar dicha observación y análisis, establecerá los indicadores que desea evaluar con respecto al uso de las tecnologías digitales. Los indicadores a evaluar deberían atender a aspectos pedagógicos, técnicos y funcionales.

Los apartados que se nombran a continuación sólo tienen el propósito de servir como posibles aspectos a considerar.

  1. Objetivos propuestos: ¿Se han alcanzado los objetivos propuestos para la actividad educativa en cuestión? Descripción de los objetivos y cómo se han alcanzado o no.
  2. Mejora en el desarrollo de la actividad: ¿En qué medida ha mejorado el desarrollo de la actividad educativa el uso de tecnologías digitales? ¿Ha facilitado la tarea y/o la comprensión de los contenidos trabajados por parte de los alumnos.
  3. Alternativas al uso de tecnologías digitales: ¿Se podrían haber alcanzado los objetivos propuestos sin el uso de tecnologías digitales al mismo nivel? Descripción de las alternativas que se hayan considerado o podrían considerarse, haciendo una breve valoración de las ventajas del uso de tecnologías digitales.
  4. Herramientas utilizadas: ¿Qué herramientas se han utilizado? ¿Han resultado adecuadas para el propósito de la actividad educativa?
  5. Dificultades encontradas: ¿Qué dificultades han surgido durante el desarrollo? ¿Se habían considerado previamente como una posibilidad y se tenía diseñada una alternativa? Descripción de las dificultades y cómo se han solventado.
  6. Facilidad para el alumnado: ¿Ha sido fácil para el alumnado utilizar las herramientas digitales? ¿Se han proporcionado recursos adecuados para su aprendizaje?
  7. Planificación del uso de las tecnologías digitales: ¿Se ha realizado una buena planificación para el uso de las tecnologías digitales? ¿Ha sido efectiva esta planificación?
  8. Preparación del alumnado: ¿El alumnado estaba suficientemente preparado para el uso de las tecnologías digitales? ¿Necesitaron algún tipo de orientación o formación previa?
  9. Impacto en la evaluación del alumnado: ¿En qué medida ha afectado el uso de las tecnologías digitales a la evaluación del propio alumnado? ¿Ha supuesto algún cambio en la manera de evaluar?

Se recomienda elaborar una rúbrica para evaluar de manera más precisa el uso e impacto de las tecnologías digitales sobre la tarea o proyecto educativo.

La reflexión sobre el uso de las tecnologías digitales no debería contemplar únicamente los datos obtenidos de la observación, seguimiento y evaluación por parte del profesorado, sino que se hace necesario tener en cuenta también las aportaciones del alumnado, destinatario final de cualquier actividad pedagógica. Esa información se puede recabar mediante la escucha activa al alumnado, a través de entrevistas, encuestas, fomento de la coevaluación, etc. La retroalimentación del alumnado puede resultar imprescindible, en ocasiones, para que el proceso de reflexión adquiera toda su potencialidad y resulte verdaderamente útil. 

Con todo ello, el docente o el equipo, dispondrá de la información necesaria para incorporar mejoras en su planteamiento de uso de las tecnologías digitales en su labor docente y reconducirlo, si es necesario.

Dependiendo del tipo de actividad, proyecto, situación de aprendizaje, etc. sobre el que se esté realizando el proceso de evaluación y reflexión en lo que respecta al uso de tecnologías digitales para su desarrollo, puede ser muy útil (e incluso rentable y extensible a otros proyectos o materias), la realización de un análisis DAFO-CAME.

Lo ideal sería su realización previa para mejorar el planteamiento desde el inicio, pero también cabe la posibilidad de utilizarlo como una herramienta de evaluación a posteriori, para la mejora de posteriores implementaciones.

Se trata de valorar y hacer explícitas las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades que el uso de las tecnologías digitales supondrían para el desarrollo de la actividad (etc.) en cuestión. Y, a su vez, estudiar el cruce de las mismas para decidir la forma de trabajo más óptima.

dafocameador ejea.jpgImagen: Adaptación de la herramienta para el análisis DAFO-CAME de las mentorías digitales del Centro de Profesorado de Ejea de los Caballeros para la elaboración de los Planes Digitales de Centro.