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6.1.4. Ejemplos prácticos de la alfabetización mediática en el aula

El papel del educador en el fomento de la alfabetización mediática pasa de profesor a director de proyecto y moderador, ayudando a los alumnos y alumnas a organizar el trabajo y a mantenerse centrados en el objetivo del proyecto. El educador guiará al alumnado en el proceso de aprendizaje y, a la vez, aprenderá él mismo al respecto.

Hoy en día, leemos textos nuevos y de forma diferente: leemos en situaciones nuevas, en otros formatos y otros géneros discursivos. Además de cartas, leemos imágenes, vídeos y diagramas virtuales. Leemos textos de cualquier lugar del planeta. Teniendo en cuenta todos estos cambios, es verdaderamente importante dotar a la enseñanza de la lectura de una dimensión más social y crítica, para que el alumnado aprenda no sólo a comprender un texto sino también a interpretarlo.

Interpretar es ser consciente del tipo de texto que leemos, de las formas en que se utiliza, de los efectos que provoca en las personas, del estatus que adquiere su autor con él, de las opiniones y actitudes que genera en nosotros, los lectores, etc. Daniel Cassany ofrece diez pautas sencillas y ejemplificadas que los profesores pueden utilizar para fomentar la práctica y la enseñanza de la lectura desde una dimensión más crítica, promoviendo la interpretación contextualizada.

  1.  Trabajar la interpretación con todo tipo de textos. Para entender el punto de vista del autor y crear nuestra propia opinión al respecto.
  2. Utilizar textos auténticos, del entorno de aprendizaje o cercanos a los potenciales temas de interés del alumnado.
  3. Utilizar textos paralelos, opuestos o relacionados sobre el mismo tema, para que los alumnos y alumnas los comparen, constaten sus relaciones, similitudes y diferencias, y puedan experimentar los efectos sociales del lenguaje.
  4. Incluir textos multimodales.
  5. Aprovechar las prácticas vernáculas previas. Las llamamos vernáculas para distinguirlas de los académicos y podemos utilizarlas para conectar la clase con el mundo exterior y fomentar así una enseñanza más completa y útil.
  6. Evitar la respuesta única o la corrección convergente. Las tareas de lectura que persiguen una única respuesta, corrección o idea preestablecida por el profesor (el texto del libro o la tradición canónica) matan la interpretación personal y trasladan la falsa suposición de que hay un único significado en el texto, de que todos leemos de la misma manera y que quien ha entendido algo diferente es porque ha leído mal.
  7. Fomentar el diálogo entre los alumnos y alumnas, intercambiando puntos de vista durante la lectura.
  8. Preguntar sobre el propósito y el punto de vista del autor.
  9. Fomentar la relectura y el análisis de los puntos relevantes.
  10. Ayudar a los alumnos y alumnas a relacionar la lectura con su mundo.

A continuación se incluyen 10 actividades secuenciadas temporalmente para trabajar la alfabetización mediática en las aulas. Se trata de 10 horas de actividades que retan a los alumnos y alumnas para que reflexionen sobre la información y los medios de comunicación. Las actividades se proponen en un orden progresivo, siguiendo los contenidos teóricos desarrollados en este manual.

En el aula, todas las soluciones propuestas por el alumnado son evaluadas positivamente. El objetivo principal sigue siendo el desarrollo del pensamiento crítico y de las competencias en materia de medios digitales.

Actividad 1
Lectura crítica
Duración de la actividad
1 hora
¿Qué necesitas?
• Un ordenador u otro dispositivo conectado a
Internet.
o:
• Información impresa, proporcionada por el profesor.
Introducción
La lectura crítica es una de las formas de promover el pensamiento crítico. En efecto, no basta con
leer y comprender un texto, sino que es necesario
saber leerlo críticamente e interpretar, por ejemplo,
la credibilidad de los datos y los argumentos que
aporta. Desde esta perspectiva, leer significa reconocer que el texto es un instrumento cultural, con
valores y situado en una época histórica. Es decir,
su autor no es una persona neutral, sino que tiene
unos conocimientos, una cultura y unas intenciones
que se reflejan en el texto y que el lector tiene que
interpretar. Así, en un texto es necesario reconocer
la ideología y el estatus y grado de certeza de los
argumentos científicos que aparecen en él, diferenciando entre afirmaciones, hipótesis, especulaciones,
predicciones... (Cassany, 2006).
Los objetivos de esta actividad son:
• desarrollar la lectura y el pensamiento críticos.
• comparar diferentes posiciones y argumentos sobre
el mismo tema.
• que los alumnos y alumnas creen su propia opinión
sobre el tema.
Desarrollo de la actividad
El profesor debe elegir un tema sobre el que hablar
(por ejemplo, el reciclaje). Después, debe buscar
dos (o más) posiciones diferentes sobre ese tema,
por ejemplo:
• Artículos sobre el mismo tema de diferentes fuentes. Pueden ser diferentes periódicos o fuentes de
registros diferentes (un periódico y un blog o un
periódico y un post de Facebook).
• Un programa de radio sobre el tema con entrevistas a diferentes personas...
El profesor, a través de la metodología de la lectura cooperativa, ha de guiar a los alumnos en el
análisis de los textos siguiendo las herramientas
proporcionadas en este manual (3.5):
• ¿Quién es el autor de cada artículo? ¿Dónde
se ha publicado?
• ¿Prevés la intención del artículo? (alarmista, pesimista, sensacionalista, informativo...). ¿Por qué?
• ¿Qué argumentos aporta para defender su posición? ¿Son argumentos científicos o son opiniones?
• Piensa en otros argumentos diferentes al de los
autores.
• ¿Qué opinas de este tema? Argumenta y discute
con tus compañeros.