Píldora 2.2 - Neuromitos más prevalentes
4. NEUROMITOS
La educación necesita una reforma y ese cambio implica librarse de teorías erróneas, de
prácticas sin fundamento científico y de ideas repetidas durante décadas sin ninguna evidencia
a su favor. Parte de esos errores se denominan neuromitos, por su relación con el órgano del
aprendizaje, el cerebro.
Educación y Ciencia, y no hablo de un ministerio
¿Cuál crees que es el invento más importante de la historia de la humanidad? Hay quien
contesta que internet, o los antibióticos, la imprenta, la rueda o las vacunas. Sin duda todos
son maravillosos, pero hay dos que los engloban a todos, que permiten todos los demás. Uno
con miles de años de antigüedad, quizá el más fascinante: la Educación. Dedicamos lustros a
formar a nuestros hijos y trasmitirles conocimientos, habilidades y valores. Les enseñamos a
ser, a saber y a saber hacer. Gracias a la educación no tenemos que empezar de cero en cada
nueva generación, aprovechamos los hallazgos de Confucio y Aristóteles y Descartes y Newton
para formar a nuestros hijos y nuestros estudiantes. La educación es una fuerza
transformadora, es la mejor inversión, la mayor herramienta de movilidad social, es un
compromiso capaz de cambiar un país en una generación.
El otro invento es mucho más reciente y surgió hace solo 500 años en la Europa del
Renacimiento: la Ciencia. Es principalmente una herramienta para saber si algo es cierto o no
lo es, pero es también una forma de actuar, de explicar el mundo y la naturaleza, de
conocernos a nosotros mismos. En el siglo XX la medicina cambió para bien, pues apostó por la
ciencia. Esta medicina basada en la evidencia cambió la forma de trabajar y duplicó en menos
de cien años la esperanza de vida de la población. Acabó con las tradiciones, el «siempre se ha
hecho así», con las opiniones de los expertos, con el principio de autoridad 1
[1] y apostó por el
método científico, los datos, los ensayos clínicos, la declaración obligatoria de los conflictos de
intereses, el análisis estadístico y la transparencia. Necesitamos hacer el mismo proceso en el
ámbito de la educación. Necesitamos una educación guiada por la evidencia.
[1] El principio de autoridad consiste en aceptar una proposición simplemente por el prestigio de quien la plantea.
Los «ilustrados»
Maestros y profesores sois, somos, el reducto de la razón, de la sensatez, la última defensa del
compromiso práctico con la Educación y con la Ciencia. Somos los herederos de los
«ilustrados», de aquellos hombres y mujeres que lucharon por el progreso, de los que
declararon la necesidad de «disipar las tinieblas de la ignorancia de la humanidad», de los que
dijeron que todos, incluidas las mujeres, tenían que tener acceso a aulas y bibliotecas, de los
1El principio de autoridad consiste en aceptar una proposición simplemente por el prestigio de quien laplanteaMódulo - "Cómo tomar decisiones educativasinformadas"2
que escribieron las primeras declaraciones de los derechos humanos, de los que expresaron
públicamente sus «enormes deseos de aprender y de enseñar lo aprendido».
Y, sin embargo, el mundo escolar se llena a una velocidad vertiginosa de neuromitos, de
paparruchas con un leve barniz científico, de negocios depredadores con mucho márketing y
poca sustancia. ¿Por qué? Porque en cierta manera hemos vuelto a la edad de los milagros, de
las soluciones fáciles y rápidas (y falsas), del todo es posible sin esfuerzo, de la ciencia
entendida como una diosa en un pedestal, pero que no respetamos ni seguimos. Y también,
me temo, porque algunas personas no leen, no estudian. Es triste ver a profesionales
competentes repetir ideas que fueron desacreditadas hace más de treinta años, aferrarse a
salvavidas de plomo en un mundo que se mueve a una velocidad vertiginosa. Mi segundo
mensaje es que tenemos una responsabilidad con la sociedad que nos financia, con las
familias que nos «prestan» a sus hijos para que les abramos las puertas del futuro y, sobre
todo, con esos chicos y chicas porque es lo mejor que podremos hacer nunca y con nosotros
mismos, porque es nuestra vocación, nuestra profesión, una parte importante de lo que da
sentido a nuestra vida.
Neuromitos por aquí, neuromitos por allá
Sanne Dekker de la Vrije Universiteit en Amsterdam y sus colegas encuestaron a cientos de
maestros británicos y holandeses sobre neuromitos comunes en educación. Los resultados
fueron preocupantes. Los docentes suscribieron en torno a la mitad de 15 neuromitos
esparcidos entre 32 frases sobre el cerebro. Más aún, no eran maestros y profesores
seleccionados al azar sino que habían sido reclutados en un grupo que tenía interés en usar la
neurociencia para mejorar su docencia. Un ejemplo era la idea de que los ejercicios de
coordinación física podían mejorar la integración de funciones entre los hemisferios
cerebrales. Falso. Otro resultado preocupante es que los programas educativos basados en
necedades sobre el cerebro (Brain Gym, por ejemplo) tenían una alta probabilidad de ser
valorados positivamente por los docentes, y lo más desconcertante de todo, que los que
tenían un conocimiento básico sobre el cerebro eran los que con más fuerza creían en los
neuromitos relacionados con la educación. La situación en España no es, en esencia, mejor
(Ferrero et al., 2015). Un aviso, quizá, de que un conocimiento somero sobre el sistema
nervioso puede ser más peligroso que no saber nada.
Los neuromitos parecen plausibles, son intuitivos y suelen partir de algo que era cierto o
tenía sentido,sentido, pero luego se convierten en «malas hierbas»: invaden otras disciplinas, son
difíciles de desarraigar, aprovechan cualquier circunstancia para reaparecer, son duros y
resistentes. Algunos piensan que son inanes, pero nos quitan tiempo, energía y recursos.
Identifiquemos y «fumiguemos» a los neuromitos.Módulo
¿Cuántos neuromitos hay?
El número de neuromitos es superior a quinientos. Es deprimente porque nunca se acaba la
lista. Hay algunos ya muy trillados como los de solo usar el 10 % del cerebro, los estilos de
aprendizaje o los niños de cerebro izquierdo o derecho, pero no dejan de surgir novedades.
Hay neuromitos que la historia se ha llevado por adelante como que amamos con el corazón,
aunque sigamos dibujando corazoncitos el día de San Valentín, o que el alma estaba localizada
en la epífisis, algo que ya nadie defiende. Otro grupo de neuromitos une a personas que son
realmente neurodiversas y así podemos leer cosas sobre la personalidad de los zurdos (que
son más introvertidos, más creativos o que mueren antes), sobre el cerebro de las mujeres o el
de los gais. Quizá es la influencia de los frenólogos, que fue esencialmente desprestigiada en el
siglo XX, pero tenemos muchos neuromitos indicando la presencia de centros cerebrales o
áreas corticales o genes específicos para la infidelidad, el amor, las creencias religiosas, la
homosexualidad, el autismo o la ironía (todos son ejemplos reales). Realmente ningún
comportamiento es controlado por un solo gen o una única región cerebral. Otros neuromitos
hacen referencia a la alimentación, como que el azúcar genera hiperactividad o que el
chocolate es eficaz contra la depresión nerviosa. Otros hacen referencia a los sueños, como
que todo el mundo necesita dormir ocho horas o como que los sueños nos permiten
vislumbrar cosas que van a suceder en el futuro. Un grupo habla de capacidades esotéricas
como que podríamos mover cosas con el cerebro (telequinesia) o tener premoniciones o leer
el pensamiento de otras personas. Un neuromito más sencillo es la sensación de que alguien
nos está mirando por la espalda, girarnos y ver a alguien mirándonos. Entre el 80 y el 90% de la
gente comenta haber tenido esta experiencia, pero los estudios bien realizados no demuestran
que tengamos esta habilidad. Otros neuromitos hacen referencia a técnicas o programas sin
ningún fundamento científico como la programación neurolingüística, la gimnasia cerebral o
las terapias de integración sensorial. También entra en la categoría de neuromitos decir que
caballos, perros o delfines, los tres animales maravillosos, pueden ser excelentes terapeutas y
un larguísimo etcétera. Otros más sutiles utilizan datos reales como que existen ventanas
críticas en el desarrollo o la presencia de neurogénesis durante toda la vida y construyen un
monumento a la ignorancia. Por ejemplo se habla de intervenciones educativas que serían
mejores porque animan a la neuroplasticidad. En realidad, la plasticidad está siempre presente
y no es que necesitemos entrenarla, es que si quisiéramos pararla no sabríamos cómo hacerlo.
Es decir, si la ciencia se usa de excusa o de base pero luego se construye con opiniones y datos
falsos, lo que se tendrá es un engendro. Los neuromitos asumen una desesperante vida propia,
como vampiros que no hay quien mate por muchas estacas que les claves. Eso nos lleva a un
segundo mensaje: los neuromitos son numerosos y más peligrosos que los errores normales.Módulo
La ciencia como solución, no como coartada
Prácticamente todos los neuromitos intentan ligarse a algún descubrimiento científico, dicen
que hay investigaciones que lo respaldan y sus defensores se niegan a aceptar que son
charlatanes fuera de la ciencia. La ciencia tiene sus procesos (el método científico) y sus
sistemas de control (muestra con un número suficiente, selección aleatoria, controles, evitar
los sesgos, análisis estadístico, publicación en revistas por pares, replicación de resultados).
Todos asumimos que los mejores jugadores están en los mejores equipos de fútbol. Podemos
asumir que haya un fuera de serie en un equipo pequeño, pero no durará mucho allí. En la
ciencia es parecido, las mejores investigaciones se publican en las mejores revistas porque
simplemente todos queremos publicar allí. Si de una investigación no hay publicaciones o solo
las hay en revistas de medio pelo, los científicos le niegan respetabilidad hasta que la cantidad
y calidad de publicaciones alcance unos mínimos. Un tercer mensaje es que la ciencia o lo es
todo o no es nada, no admite las componendas.componendas. Es decir, si empiezas bien hablando de
sinapsis y de neuronas, pero luego me comienzas a contar una milonga sobre la hidratación del
cerebro, sin ninguna evidencia sólida, y hace a los niños del colegio beber más que los
legendarios peces en el río del villancico, lo siento, pero esa idea va a terminar en el mismo
sitio que esa agua después de pasar por los riñones.
Poderoso caballero
La cuarta idea es desconfía de las propuestas con factura aparejada,aparejada, como aquella película de
Woody Allen que aquí titulamos Toma el dinero y corre. Piensa en el mejor profesor o
profesora que tuviste ¿tenía más dinero que los demás? ¿Disponía de una tecnología
sofisticada? Lo que hace que le recuerdes con ese enorme cariño ¿era algo que se compra con
dinero?
Uno de los aspectos curiosos del efecto placebo es que los placebos caros son más potentes
que los placebos baratos. En el mundo de la educación sucede tristemente lo mismo. Si
presentas un curso caro, en un envase excepcional (una página web de calidad es lo mínimo),
con un ruido orquestado detrás (varios gurús haciendo la ola), tienes más posibilidades de
conseguir el interés de los responsables que manejan los presupuestos que si recuerdas las
cosas verdaderamente importantes y baratas: que lean, que ejerciten la memoria, que
resuelvan problemas, que hagan ejercicio físico, que jueguen, que bailen, que dibujen, que
aprendan música, que escriban, que salgan a la naturaleza, etc., y a nivel general, que tengan
instalaciones decentes y profesores suficientes y motivados. Al final es como ese neuromito de
que se pueden aprender idiomas poniendo una grabación debajo de la almohada. Queremos
algo que no requiera esfuerzo, pero la realidad no funciona así, nuestro cerebro no funciona
así. Por cierto, la película de Allen en América Latina se tituló Robó, huyó y lo pescaron, pero
en el mundo de las pseudociencias son muchos los que roban y pocos los pescados.Módulo
"Cómo
La neurociencia cada vez más presente en el aula
La situación actual es que la neurociencia no está diciendo a los profesores qué es lo que
tienen que hacer en las clases sino que, en el mejor de los casos, explicamos por qué lo que
lleváis haciendo cientos de años funciona. No sé si aporta mucho poder decir que ese cambio
de comportamiento que consigues en el niño con tu esfuerzo y el suyo tiene un refrendo en un
cambio cerebral, que es algo real que podemos ver con técnicas de neuroimagen. Lo que sí
creo es que estamos solo vislumbrando las posibilidades del futuro inmediato. Las técnicas de
neuroimagen cada vez van a ser más sencillas de emplear, más baratas y más rápidas. Viendo
ese cerebro vivo podremos hacer un seguimiento de la evolución de un niño, o establecer
índices de sus posibles dificultades o comparar dos técnicas a ver cuál es la que está
generando una evolución cerebral más favorable. Pero todavía nos quedan unos años.
He visto cosas que no creerías
No hablo, desgraciadamente, de naves en llamas más allá de la puerta de Orión. La quinta
afirmación es que el futuro no está escrito y está a la vuelta de la esquina. Otra puerta que ya
se está abriendo es la de una interferencia no invasiva que permita modular la acción cerebral
sin causar ningún daño. Técnicas como la estimulación magnética transcraneal plantean la
excitante posibilidad de que podamos activar unas regiones cerebrales e inhibir otras, y que
podamos ayudar a tratar dificultades de aprendizaje, agresividad o un pobre control de
impulsos, o a solucionar trastornos de ansiedad, depresión y un largo etcétera. Aun así, es
también aquí necesaria la prudencia pues aun debemos trabajar más la investigación básica al
respecto, pero realmente creo que lo vamos a ver en poco tiempo. Un ejemplo es cómo se ha
tratado a adolescentes con esquizofrenia utilizando un avatar que correspondía a una especie
de retrato robot de la voz abusiva que oyen en su interior para ir progresivamente
controlándola, sustituyéndola y eliminándola. Ni grandes medios ni remedios farmacológicos,
ni máquinas de esas que parece que solo las tiene la NASA, un ordenador básico, un micrófono
y un altavoz, un buen trabajo.
Y al mismo tiempo todos somos conscientes de que hemos visto cosas que nadie cree, por
ejemplo muy pocos confían en que un niño problemático, con una situación desestructurada,
en un ambiente hostil salga adelante brillantemente. Y, sin embargo, todos sabemos de un
«caso perdido» que se convierte en un buen estudiante, un buen profesional, una buena
persona. Muchas veces el factor definitorio fue un profesor que creyó en él, que trabajó por
darle una oportunidad. Mi ejemplo favorito es Santiago Ramón y Cajal, al que su padre sacó
del instituto y puso de aprendiz de zapatero y al que daba unas palizas terribles. El mejor
científico español de todos los tiempos y uno de los grandes a nivel mundial. Nada menos.
Para la décima conclusión hay que escoger algo contundente y simple a la vez. Todo el
aprendizaje se basa en la plasticidad neuronal que, a su vez, se basa en las demandas que
recibe el cerebro. Nuestro cerebro responde a lo que se le pide, por lo que la exigencia,
Módulo - "Cómo tomar decisiones educativas
informadas"
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intensa y variada, es necesaria para que cada niño dé lo máximo de sí mismo. Las evaluaciones
son necesarias y mejoran los resultados.
Cómo eliminar los neuromitos
La respuesta es más fácil decirla que hacerla: fomentando el pensamiento crítico. Quizá
debemos dejar de presentar nuestras asignaturas a los estudiantes como una serie de
conocimientos claros y cerrados. No es así. Quizá deberíamos tratar diversos temas de
actualidad, ver cómo hay opiniones contrarias e intentar encontrar los sesgos, los errores de
diseño, la mezcla de situaciones diferentes, los estudios con un «n»2
ridículo, las
investigaciones que no han podido ser reproducidas posteriormente o los estudios que
simplemente nunca existieron. No nos faltarán buenos ejemplos.
Abrir puertas y construir puentes
Además de ayudarnos a separar el grano de la paja el método científico debería ser parte del
currículum educativo a todos los niveles. Las escuelas e institutos deben convertirse en
centros de investigación, tienen todo lo necesario, el personal, las preguntas y los medios,
pero es imprescindible, para que sea útil, que esa investigación esté bien diseñada y bien
ejecutada y hasta que se asiente ese camino necesitarán apoyo en formación científica, acceso
a bases de datos y tutorización. Todo médico intenta mejorar el tratamiento de sus pacientes,
intenta saber los nuevos avances que surgen en su campo, intenta conseguir resultados
propios que redunden en su prestigio profesional y el de su centro. Si potenciáramos ese
camino entre los docentes, los beneficios serían inimaginables.
Debemos juntar a profesionales de la educación y la neurociencia. Tenemos que hablar de
temas como cociente de inteligencia, genética y educación, alfabetización, trastornos de
atención y mil cosas más. El personal docentedebe ayudar a limpiar las escuelas de cursos y
programas sin base científica, pero las y los neurocientíficos debemos saber decirles qué es lo
que sí funciona. Mi impresión es que con nuestras críticas destruimos algo sin valor en lo que
se había puesto esperanza y trabajo, pero no lo sustituimos por nada. Mi sensación personal
es el enorme interés que tienen los educadores por la neurociencia, confían en que los
descubrimientos tienen un gran potencial sobre el aprendizaje y están ansiosos por saber más
y contribuir con sus ideas y sugerencias. Los neurocientíficos, por nuestra parte, tenemos que
aprender a escuchar más y a comunicar mejor. A veces estamos tan preocupados con el rigor
de nuestras afirmaciones que somos incapaces de decir nada claro. Y va a ser un camino
divertido, estoy seguro de ello.
2
“n” en investigación es el número de participantes en un estudio
Módulo - "Cómo tomar decisiones educativas
informadas"
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En resumen
1. Tenemos que trabajar entre todos por una educación guiada por la evidencia.
2. Formamos parte de una tradición de pensadores que apostaron por la razón, la
investigación, la enseñanza universal y los derechos humanos.
3. Tenemos una responsabilidad con nuestro alumnado y con nosotros mismos.
4. Los neuromitos son plausibles, son intuitivos y tienen, a menudo, cierta base real.
5. Hay cientos de neuromitos, de básicos y simples a complejos y sofisticados.
6. La ciencia desenmascara y destruye a los neuromitos, pero hay quien la usa como
coartada para sus falsedades.
7. Las propuestas caras y exclusivas son siempre sospechosas.
8. La neurociencia será en el futuro cercano una herramienta de la educación.
9. Debemos fomentar el pensamiento crítico.
10. Todos los centros educativos deben ser también centros de investigación.
11. Docentes y científicos somos equipo.
Para saber más: referencias
Alonso JR Blog Neurociencia. jralonso.es/category/divulgacion-cientifica/mitos/
Forés A, Gamo JR, Guillén JC, Hernández T, Ligioiz M, Pardo F, Trinidad C (2015) Neuromitos en
educación. El aprendizaje desde la neurociencia. Plataforma Editorial, Barcelona.
Ferrero M, Garaizar P, Vadillo MA (2016) Neuromyths in Education: Prevalence among Spanish
Teachers and an Exploration of Cross-Cultural Variation. Front Hum Neurosci 10: 496.
Goswami U (2006) Neuroscience and education: from research to practice? Nat Rev Neurosci
7(5): 406-411.
Jarrett C (2015) Great myths of the brain. John Wiley & Sons, Chichester (Reino Unido).
Autor: José Ramón Alonso
Catedrático de Biología celular en la Universidad de Salamanca e investigador principal del
Instituto de Neurociencias de Castilla y León. Investigador y profesor visitante en universidades
de Alemania y Estados Unidos, es doctor honoris causa por universidades de Colombia, Bolivia
y Perú. Ha dirigido 17 tesis doctorales y publicado más de 150 artículos en revistas
internacionales de impacto.
Ha escrito 40 libros sobre divulgación científica y más de 200 artículos en prensa y radio sobre
educación y ciencia.