1.2 Factores y características ideales
Es preciso establecer como base fundamental que explique el concepto de calidad de la información el análisis que se aplica para evaluar la documentación científica. La metodología que se emplea y los criterios e indicadores utilizados constituyen elementos capaces de objetivar cualquier conclusión acerca de si podemos estimar la calidad de cualquier recurso. De hecho, podrían diseñarse protocolos de evaluación específicos para cada tipo documental (monografías, contribuciones a congresos, artículos científicos, vídeos, páginas de blog …)
La existencia de Internet como único marco o medio que engloba a cualquier tipo de recurso informativo no implica que todos ellos se traten documentalmente de la misma forma. Evaluar la calidad exige la aplicación de plantillas distintas adaptadas a sus características específicas. No presentan los mismos elementos una monografía que un artículo en Wikipedia, pese a que ambos se encuentren en el mismo soporte digital.
Pero además, debe cumplir otra serie de requisitos fundamentales e inexcusables: la exhaustividad, la rigurosidad, la profundidad y la originalidad. La necesidad de que incluya un lenguaje técnico presenta mayores matices, por su carácter muchas veces exclusivista y críptico, a veces buscado para huir de los aspectos más peyorativos de la palabra “divulgación”, no necesariamente reñida con la calidad.
Los autores deben tener cierto grado de prestigio científico, mientras que aumenta el reconocimiento de la fuente si procede de universidades o centros de investigación reputados. Del mismo modo, la necesaria presencia de procesos de evaluación y filtrado de artículos o investigaciones garantiza y avala su presencia en determinadas plataformas y revistas (revisión por pares o comités de evaluación científica), y puede considerarse una garantía de su calidad.
Es necesaria la presencia de una bibliografía adecuada, que permitirá considerar la calidad y fiabilidad de la fuente consultada. Junto a ello, hay que tener en cuenta la presencia de citas adecuadas al contenido del texto, puesto que si no se puede sospechar que algunos de sus contenidos han sido plagiados.
Pese al carácter subjetivo señalado, existen algunas características ideales, comúnmente aceptadas, que identifican una información de calidad:
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Objetividad: La información no debe estar sujeta a ningún sesgo ni intencionalidad propagandística o de proselitismo. El auge de las fake news contradice claramente este criterio, por lo que se hace preciso verificar siempre los datos para evitar la propagación de información falsa.
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Integridad: La información debe ser segura y completa, ajena a cualquier alteración y/o falsificación durante todo el proceso. Esta anomalía se agudiza en el contexto digital por la facilidad con la que pueden producirse fenómenos o manipulaciones que desvirtúen el contenido de los recursos de información.
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Utilidad: tiene (o debería tener) la cualidad de satisfacer las necesidades informativas de los usuarios, independientemente de su tipología.