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ELABORANDO UNA PROGRAMACIÓN DIDÁCTICA (II)

Una PD debe responder a dos grandes preguntas: la primera, qué debería aprender el alumnado en un curso determinado; la segunda, cómo vamos a conocer el grado de consecución de ese aprendizaje.

En el bloque anterior hemos tratado de aportar algunas ideas acerca del modo de localizar, dar forma y redactar a los objetivos y contenidos de cada curso, y en el módulo 8 abordaremos de manera más extensa la evaluación. No obstante, por el momento ofreceremos algunas ideas para su reflexión de cara al proceso evaluador.

Antes de entrar en terminología, consideremos algunas cuestiones:

  • ¿debe nuestro alumnado conocer en qué aspectos vamos a centrar nuestra atención al evaluar?
  • ¿es necesario al evaluar cubrir todos los aspectos que aparecen en los contenidos? ¿y si son muchos y no hay tiempo?
  • ¿cómo conseguir un cierto sentido de la justicia en la calificación?

Respecto al primer interrogante, evidentemente, sí. Incluso, si la asignatura es teórica, pueden conocer las preguntas del examen. Porque lo que interesa como docentes es que asimilen conocimientos y desarrollen capacidades, y eso va a depender no de que conozcan o no el contenido del examen, sino del tipo de prueba que diseñemos. Además, para que el alumnado tenga la sensación de coherencia, debemos ser meridianamente claros al explicar nuestros criterios de evaluación y de calificación, en un lenguaje accesible y unívoco, así como estar abiertos a cuantas dudas les puedan surgir. Porque uno de los fines que la evaluación persigue es dar información no sólo sobre el grado de consecución del aprendizaje en función de lo previsto, sino también sobre la propia estructura de nuestra programación, lo adecuado de los contenidos, lo realista de la temporalización, etc. Porque al evaluar colocamos bajo el prisma del análisis crítico todos los elementos y actores que intervienen en el proceso de enseñanza aprendizaje. Si únicamente estamos evaluando al alumno no hay progreso ni mejora en nuestro ejercicio docente.

En el segundo supuesto, si al diseñar nuestra forma de evaluar reparamos en que hay demasiados contenidos, quiere decir que nuestra PD no ha sido realista. En ese sentido, el apartado de evaluación de nuestra PD estará poniendo a prueba a la propia PD, y de eso se trata.

Respecto a las calificaciones, tal y como apunta la tercera pregunta, es habitual y comprensible tener dudas y conflictos a la hora de calificar, porque es una gran cantidad de información la que se esconde detrás de una cifra. Para ofrecer una idea más clara de lo que significa una calificación en concreto habremos de realizar un esfuerzo que permita apoyarnos en un panel de ítems, de manera que podamos desglosar una calificación en todos los aspectos que han contribuido en su construcción. Estamos hablando de rúbricas de evaluación, una herramienta muy potente que puede marcar la diferencia entre una evaluación consciente y motivadora y una intuitiva y confusa.

EVALUACIÓN Y CALIFICACIÓN: CRITERIOS, INSTRUMENTOS, INDICADORES Y REGISTROS

La técnica de evaluación pretende dar respuesta al cómo evaluar y necesariamente se concretará en uno o varios instrumentos.

El instrumento de evaluación ha de responder a con qué evaluar, es decir, es la herramienta que permite concretar la técnica.

Los indicadores son los descriptores que emplea el instrumento de evaluación para poder asignar un valor de desempeño.

El registro de evaluación es el resultado de aplicar el instrumento (selección del valor de desempeño).

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HABLAR DE EVALUACIÓN INICIAL, SUMATIVA, FORMATIVA, GLOBAL