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ELABORANDO UNA PROGRAMACIÓN DIDÁCTICA

Como ya se ha comentado, el hecho de programar implica estructurar, secuenciar y temporalizar los contenidos de cara a alcanzar una serie de objetivos. 

En el entorno de conservatorios existe la tendencia a suponer una equivalencia entre programación y programa del curso, en las especialidades instrumentales. Las asignaturas teóricas en ocasiones se basan en seguir un libro de texto, que ofrece los contenidos y su secuenciación, aunque la temporalización implique un problema de ajuste con la realidad. 

Sin embargo, programar es más que eso. Implica una reflexión acerca del desarrollo de competencias del alumnado (aunque la normativa que dicta el currículo no emplee siquiera ese término en el caso de las EEEE, y en EEPP sólo para referirse al entrenamiento de la memoria musical). No se trata de programar por competencias, que no es el caso, sino de tener una perspectiva más general, global y orgánica, de lo que se pretende conseguir en un curso y especialidad determinados. Así, unas determinadas piezas de un programa de un curso de cualquier especialidad instrumental contribuyen con diferentes pesos a diferentes objetivos, al igual que lo hace desarrollar un bajo cifrado, practicar el dictado musical o investigar acerca del uso de los modos en la música de principios del siglo XX. El trabajo del docente, pues, puede enfocarse desde lo general a lo particular, o a la inversa.

El primer enfoque nace de una revisión de aquellas capacidades que deben desarrollarse en cada curso y hasta qué punto, para de ahí redactar los objetivos didácticos de la PD. Existirán objetivos más generales y otros más específicos, y es importante que sean excluyentes, complementarios y exhaustivos, esto es, que no se defina el mismo logro en dos objetivos, ni que quede ningún aspecto a trabajar sin su correspondencia con un objetivo. Una vez redactados los objetivos, la siguiente tarea consiste en desgranarlos en tantos contenidos como sea necesario, para que, una vez más, abarquen todos aquello que se vaya a tratar durante el curso objeto de la PD.

Los criterios de evaluación, que se tratarán más adelante, deben corresponderse, considerados en su totalidad, con la totalidad de los objetivos formulados. 

Este acercamiento a la PD exige un notable esfuerzo de análisis y síntesis de las competencias que debe desarrollar el alumnado en un curso determinado y, al mismo tiempo, contribuye a una visión global del desarrollo académico del alumnado, así como a elegir unos materiales que sean realmente coherentes con los progresos que se esperan del alumnado.

Si esta manera de afrontar la elaboración de una PD te resulta demasiado abstracta, puedes recorrer el camino a la inversa para comenzar. Haz un listado de repertorio, o materiales o textos contrastados que se empleen en el curso objeto de la programación.

La PD unifica criterios y despersonaliza el proceso EA