1.1. Introducción y fundamentos teóricos
Las emociones y los sentimientos son aspectos fundamentales de la experiencia humana y han sido objeto de estudio en diversos campos como la psicologípsicología, la filosofífilosofía y la neurociencia. Aunque ambos tétérminos a menudo se utilizan indistintamente en el lenguaje cotidiano, existe una distinciódistinción conceptual importante entre ellos. En este curso, se exploraráexplorará la definiciódefinición de las emociones y los sentimientos, asíasí como la diferencia clave que existe entre ambos.
Las emociones son reacciones psicofisiolópsicofisiológicas breves y automáautomáticas que surgen en respuesta a un estíestímulo especíespecífico. SegúSegún el modelo propuesto por William James en 1884 (en James, 1985), las emociones son experiencias subjetivas que involucran cambios fisiolófisiológicos, expresiones faciales y tendencias a la accióacción. SegúSegún James, las emociones preceden a la experiencia de los sentimientos y preparan al individuo para una respuesta adaptativa. En el capícapítulo cuarto profundizaremos mámás en esta teoríteoría. Por otra parte, Paul Ekman (1972, en Matsumoto, 2004), pionero en el estudio de las expresiones faciales de las emociones, sostuvo que existen emociones bábásicas universales, como la alegríalegría, la tristeza, el miedo, la ira, la sorpresa y el asco, que se expresan de manera similar en diferentes culturas.
Por otro lado, los sentimientos son estados afectivos mámás duraderos y conscientes, que se derivan de las emociones. Los sentimientos son una evaluacióevaluación subjetiva de la experiencia emocional y pueden estar influidos por factores cognitivos y culturales. SegúSegún la teoríteoría de James-Lange, los sentimientos son la percepciópercepción consciente de los cambios corporales experimentados durante una emocióemoción. Por ejemplo, si una persona experimenta una emocióemoción de miedo, los sentimientos asociados pueden incluir la sensaciósensación de temor persistente o la preocupaciópreocupación por la seguridad personal (Ostrosky & VéVélez, 2013).
Diferencia entre emociones y sentimientos:
La diferencia fundamental entre las emociones y los sentimientos radica en su duracióduración y nivel de conciencia. Las emociones son respuestas automáautomáticas y efíefímeras, mientras que los sentimientos son estados subjetivos mámás duraderos y conscientes. Las primeras son reacciones inmediatas a estíestímulos especíespecíficos, mientras que los segundos pueden perdurar a lo largo del tiempo y estar influidos por el pensamiento, la interpretacióinterpretación y la experiencia personal (PallaréPallarés, 2010).
De esta forma, podemos decir que las emociones y los sentimientos son conceptos relacionados pero distintos. Las emociones son respuestas automáautomáticas y breves que involucran cambios fisiolófisiológicos y preparan al individuo para la accióacción. En cambio, los sentimientos tienen un carácarácter subjetivo, mámás duradero y consciente que deriva de las emociones y se ven influenciados por factores cognitivos y culturales. Comprender esta diferencia es crucial para una mayor comprensiócomprensión de la experiencia humana y porque puede tener implicaciones importantes en el áámbito de la psicologípsicología y la salud mental (Buitrago, 2020; Neut et al., 2022).
ExploracióExploración de los modelos existentes:
Las emociones bábásicas son componentes universales de la experiencia humana, que nos permiten responder de manera adaptativa a diferentes estíestímulos y situaciones (Ekman, 1992; James, 1985). A lo largo de la historia, numerosos investigadores han propuesto clasificaciones de las emociones bábásicas para comprender mejor su naturaleza y funciófunción. En este texto teóteórico, se exploran algunos de los modelos mámás influyentes de clasificacióclasificación de las emociones bábásicas, destacando las caracterícaracterísticas distintivas de cada uno.
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Modelo de Paul Ekman:
Es uno de los modelos mámás conocidos y ampliamente aceptados. Su autor, propuso seis emociones bábásicas universales: alegríalegría, tristeza, miedo, ira, sorpresa y asco. Ekman basóbasó su clasificacióclasificación en la observacióobservación de expresiones faciales en diferentes culturas, identificando patrones comunes que sugerísugerían una base biolóbiológica para estas emociones (Ekman, 1992).
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Modelo de Robert Plutchik:
Este autor desarrollódesarrolló un modelo de rueda de emociones en el que identificóidentificó ocho emociones bábásicas: alegríalegría, tristeza, miedo, ira, sorpresa, aversióaversión, confianza y anticipacióanticipación. Plutchik tambiétambién propuso una estructura bidimensional que clasificaba las emociones en tétérminos de intensidad y polaridad, lo que permitípermitía una mayor especificidad en la descripciódescripción de los estados emocionales (Plutchik, 1980).
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Modelo de Carroll Izard:
Este modelo propone la existencia de 10 emociones bábásicas: alegríalegría, interéinterés, sorpresa, tristeza, ira, desprecio, asco, miedo, vergüvergüenza y culpa. Izard enfatizóenfatizó el papel de la diferenciaciódiferenciación emocional en la comprensiócomprensión de las emociones y argumentóargumentó que estas emociones bábásicas se desarrollan tempranamente en la infancia y proporcionan un marco para la regulacióregulación emocional a lo largo de la vida (Izard, 1992).
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Modelo de Lisa Feldman Barrett:
Es un modelo que presenta un enfoque constructivista y situacional como base para la comprensiócomprensión de las emociones bábásicas. Para el autor, las emociones bábásicas no son entidades discretas, sino construcciones mentales que emergen de la interaccióinteracción entre las experiencias internas y las señseñales contextuales. Se enfatiza la importancia de la flexibilidad y la variabilidad en la experiencia emocional (Feldman, 2017).
Diferencias y convergencias:
Si bien existen diferencias en cuanto a la cantidad y naturaleza de las emociones bábásicas que propone cada modelo, hay una convergencia general en la identificacióidentificación de emociones como alegríalegría, tristeza, miedo, ira y sorpresa. Estas emociones parecen estar presentes en múmúltiples culturas y tienen expresiones faciales reconocibles en todo el mundo (Izard, 1992).
Por lo tanto, y resumiendo, se puede concluir con que la clasificacióclasificación de las emociones bábásicas es un tema complejo y en constante evolucióevolución en la investigacióinvestigación psicolópsicológica. Si bien los modelos aquíaquí mencionados ofrecen diferentes perspectivas, todos destacan la importancia de las emociones bábásicas en la vida humana y su papel en la adaptacióadaptación y la regulacióregulación emocional. La comprensiócomprensión de estas emociones bábásicas puede ser valiosa para el campo de la psicologípsicología y neuropsicologíneuropsicología (FernáFernández-Abascal et al., 2010).