Skip to main content

Introducción

Para comenzar con este apartado, vamos a aclarar de forma breve a qué nos referimos al hablar de evaluación formativa. La evaluación formativa es aquella que, durante el proceso de enseñanza - aprendizaje, sirve como guía y permite tomar decisiones con el fin de mejorarlo. Es decir, su principal función es orientadora y no calificadora, lo que no quiere decir que no se puedan utilizar las evidencias recogidas para una posterior elaboración de informes o cálculo de notas.

Aconsejamos, en caso de no haberlo leído, visitar la parte referente a evaluación y retroalimentación del curso de Acreditación de nivel A2 de Competencia Digital Docente: https://libros.catedu.es/books/area-4-evaluacion-y-retroalimentacion-nivel-a2.

En todo caso, podemos diferenciar 3 acciones a realizar: 

  1. Recoger la información.
  2. Analizarla y tomar decisiones como docente.
  3. Trasladar al alumnado la información necesaria para optimizar su aprendizaje.

Las herramientas digitales pueden ser sin duda útiles para realizar estas acciones porque, entre otras cosas:

  • Permiten recopilar, analizar y trasmitir información de forma eficiente.
  • Pueden integrar diferentes acciones (obtener información, dar feedback, etc.), realizándolos de forma simultánea.
  • Ofrecen posibilidades que de otra forma no serían posibles o llevarían mucho tiempo. Por ejemplo, enviar un comentario individualizado a través de una nota de voz o hacer sugerencias y correcciones en un documento de texto que el alumno/a ve en tiempo real.

En definitiva, siempre que estén correctamente seleccionadas y utilizadas las herramientas digitales pueden facilitar nuestra labor docente ahorrándonos tiempo y aumentando las opciones que tenemos para evaluar.