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Unidad 1.2. Prehistoria de la IA, antes de llamarse IA.

La antigua Grecia

"Aquel que sabe algo, sabe que no sabe nada en absoluto." - Sócrates

"La inteligencia consiste no solo en el conocimiento, sino también en la habilidad de aplicar el conocimiento en la práctica." - Aristóteles

Mitos en la Antigüedad

La Inteligencia Artificial (IA) es un campo que ha experimentado avances significativos en tiempos modernos, pero sorprendentemente, podemos encontrar rastros de ideas relacionadas con la IA en civilizaciones antiguas. Desde la antigua Grecia, donde se exploraba el concepto de automatismo, hasta mitos y leyendas que representaban la creación de seres artificiales inteligentes, la historia nos muestra una fascinación temprana por replicar la inteligencia humana y crear máquinas que imiten el pensamiento humano.

Antes de adentrarnos en los detalles históricos de la IA, es importante establecer una base conceptual. La inteligencia puede definirse como la capacidad de procesar información, aprender, comprender, razonar, solucionar problemas y adaptarse a nuevas situaciones. Es una característica distintiva de los seres humanos y se considera una facultad compleja y multifacética.

La IA, por otro lado, se refiere a la creación de sistemas y máquinas capaces de exhibir comportamientos y realizar tareas que requieren inteligencia humana. Estos sistemas pueden simular procesos de pensamiento, aprender de la experiencia, adaptarse a situaciones cambiantes y tomar decisiones informadas. La IA busca imitar y automatizar capacidades cognitivas humanas, como el procesamiento de lenguaje natural, el reconocimiento de imágenes, la toma de decisiones y el aprendizaje automático.

En la antigüedad, la IA se manifestaba de manera diferente, pero los primeros indicios de su existencia se pueden encontrar en civilizaciones como la antigua Grecia. En este contexto, el concepto de automatismo era fundamental. Mitos como el de Talos, el gigante de bronce que podía moverse y cumplir tareas sin intervención humana directa, y el relato de Pigmalión, el escultor cuya estatua de marfil cobró vida gracias a la intervención divina, ejemplifican la fascinación antigua por la creación de seres artificiales inteligentes.

Además, en la antigua Grecia, los filósofos exploraron la noción de automatismo y su relación con la existencia humana. Aristóteles planteó la idea de una "causa eficiente interna" que impulsaba a los seres vivos y objetos inanimados a actuar de manera automática según su naturaleza, mientras que inventores como Herón de Alejandría desarrollaron mecanismos automáticos sorprendentes, como el Aeolipile, que utilizaba el vapor para generar movimiento.

Una anécdota curiosa de la antigüedad relacionada con la IA es el "Mecanismo de Anticitera", un dispositivo mecánico complejo descubierto en un naufragio en el mar Egeo. Esta antigua máquina, que data del siglo II a.C., se utilizaba para realizar cálculos astronómicos, demostrando la habilidad de los antiguos ingenieros griegos para crear sistemas mecánicos avanzados.

El mito de Pigmalión es otro ejemplo interesante que podemos relacionar con la IA en la antigüedad. Originario de la mitología griega, cuenta la historia de un escultor llamado Pigmalión, quien se enamora de su propia creación: una estatua de marfil que representa a una mujer perfecta.

Pigmalión, fascinado por la belleza y perfección de su estatua, le suplica a Afrodita, la diosa del amor, que le dé vida a su obra de arte. Afrodita, conmovida por la pasión de Pigmalión, le concede su deseo y la estatua cobra vida, convirtiéndose en una mujer real llamada Galatea.

Este mito, aunque posee un trasfondo mitológico y romántico, puede interpretarse como una representación temprana de la creación de un ser artificial inteligente. Pigmalión, con su habilidad artística, crea una figura que posee una belleza y perfección inigualables. Luego, a través de la intervención divina, la estatua adquiere vida y se convierte en un ser consciente y real.

Esta historia resuena con los temas de la creación de seres artificiales y la concesión de vida o inteligencia a través de una intervención externa. Aunque el mito de Pigmalión no aborda directamente los aspectos técnicos de la Inteligencia Artificial, muestra la fascinación humana por la idea de crear seres que posean características humanas, como la inteligencia y la conciencia.

En resumen, el mito de Pigmalión puede considerarse como una representación antigua de la creación de seres artificiales inteligentes, y establece una conexión temprana con los conceptos y la fascinación que rodean a la IA. Este mito ilustra cómo la idea de dar vida o inteligencia a una creación artificial ha cautivado a las personas a lo largo de los siglos, desde la antigüedad hasta nuestros días.

En resumen, desde la antigua

 Grecia hasta otras civilizaciones antiguas, encontramos ejemplos tempranos de ideas relacionadas con la IA. Aunque estos conceptos no se asemejan directamente a la IA moderna, sentaron las bases para futuros desarrollos en este campo. A lo largo de este libro, exploraremos los avances históricos, los hitos importantes y los desafíos que han moldeado el camino hacia la IA contemporánea.

Ideas principales

En la Antigua Grecia, las ideas sobre la inteligencia y la naturaleza humana eran temas centrales en la filosofía y la reflexión sobre la condición humana. Filósofos griegos como Platón y Aristóteles desarrollaron conceptos y teorías que influyeron en la comprensión de la inteligencia y la naturaleza humana durante ese período.

Platón, en su obra "La República", abordó el tema de la inteligencia y la naturaleza humana a través de la teoría de las "formas" o "ideas". Según Platón, existían formas o ideas universales que representaban la esencia de las cosas, y los seres humanos podían acceder a estas formas a través de la razón. Consideraba que la inteligencia era una capacidad innata en los seres humanos y que el proceso de aprendizaje consistía en recordar o recordar estas ideas preexistentes.

Aristóteles, discípulo de Platón, también hizo importantes contribuciones a la comprensión de la inteligencia y la naturaleza humana. Para Aristóteles, la inteligencia era una facultad que distinguía a los seres humanos de otras formas de vida. Sostenía que los humanos poseían una capacidad única de razonamiento y pensamiento abstracto, y que esta capacidad les permitía alcanzar un mayor conocimiento y comprensión del mundo.

Aristóteles también desarrolló la idea de la "naturaleza humana". Según su concepción, la naturaleza humana consistía en un conjunto de características y disposiciones que eran innatas en los seres humanos y que determinaban su comportamiento y desarrollo. Esta noción de la naturaleza humana influyó en la idea de que los humanos tenían ciertas capacidades y potencialidades específicas que los diferenciaban de otras especies.

Es importante tener en cuenta que, si bien los filósofos griegos sentaron las bases para la reflexión sobre la inteligencia y la naturaleza humana, sus conceptos difieren de las ideas modernas de la inteligencia y la naturaleza humana que se desarrollaron posteriormente. Las teorías y concepciones de la antigua Grecia fueron producto de su tiempo y contexto cultural, y es necesario considerarlas dentro de ese marco histórico.

En resumen, en la Antigua Grecia, los filósofos como Platón y Aristóteles exploraron las ideas sobre la inteligencia y la naturaleza humana. Platón planteó la existencia de ideas universales y la capacidad humana de acceder a ellas a través de la razón, mientras que Aristóteles enfatizó la importancia del razonamiento y el pensamiento abstracto en la naturaleza humana. Estas ideas sentaron las bases para futuros debates y reflexiones sobre la inteligencia y la naturaleza humana en la historia de la filosofía

Edad Media

"Sólo a través de la correcta aplicación de reglas lógicas y matemáticas podemos llegar a un entendimiento claro y resolver las disputas que nos aquejan" - Gottfried Wilhelm Leibniz

“The only way to rectify our reasonings is to make them as tangible as those of the Mathematicians, so that we can find our error at a  glance, and when there are disputes among persons, we can simply say: Let us calculate [calculemus], without further ado, to see who
is right.” - Leibniz, Gottfried Wilhelm, The Art of Discovery 1685, Wiener 51

"Cogito, ergo sum" René Descartes

Autómatas y otros artilugios

La Edad Media fue un período fascinante en la historia de la humanidad, y también jugó un papel importante en el desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA) en forma de autómatas y otros artilugios mecánicos. Aunque la tecnología de la época no permitía la creación de sistemas de IA sofisticados como los que conocemos en la actualidad, se produjeron avances notables en la automatización y la simulación de comportamientos humanos.

Durante la Edad Media, los artesanos y los inventores se inspiraron en los antiguos relatos y mitos que hablaban de autómatas y seres artificiales para crear sus propios dispositivos mecánicos. Estos autómatas, también conocidos como autómatas mecánicos, eran figuras humanoides o animales que se construían con el propósito de imitar movimientos y comportamientos humanos o animales de manera automatizada.


Uno de los ejemplos más destacados de autómatas en la Edad Media es el famoso reloj astronómico de Estrasburgo, construido en el siglo XIV. Este reloj no solo mostraba la hora, sino que también presentaba una serie de figuras mecánicas en movimiento que representaban eventos astronómicos, religiosos y mitológicos. Estas figuras automatizadas, controladas por un intrincado sistema de engranajes, proporcionaban una exhibición visual impresionante y mostraban una comprensión temprana de la ingeniería mecánica y la automatización.

Otro ejemplo notable es el famoso caballero mecánico de Leonardo da Vinci, diseñado durante el Renacimiento. Aunque da Vinci vivió en una época posterior a la Edad Media, su trabajo también se relaciona con la tradición medieval de los autómatas. El caballero mecánico, conocido como "El Hombre de Vitrubio", era un proyecto de ingeniería que buscaba recrear los movimientos humanos a través de un conjunto de palancas y engranajes. Aunque no se completó durante la vida de da Vinci, su diseño sentó las bases para futuros avances en la creación de autómatas.

También surgieron leyendas y cuentos populares que se relacionaban con autómatas y seres artificiales. Uno de estos relatos es la leyenda del "Hombre del Palo". Según la leyenda, en la ciudad de Nuremberg, Alemania, un maestro artesano llamado Peter estaba obsesionado con la creación de autómatas. Pasaba largas horas en su taller, experimentando con diferentes mecanismos y materiales en busca de la perfección.

Después de muchos intentos fallidos, Peter finalmente logró crear un autómata humanoide. Su creación era un hombre hecho de madera, con articulaciones que le permitían moverse de manera limitada. Aunque su apariencia era tosca y rudimentaria, el autómata tenía la capacidad de ejecutar movimientos básicos, como caminar y saludar.

La noticia sobre el autómata de Peter se extendió rápidamente por la ciudad y la gente acudía en masa para presenciar su asombrosa creación. La fama de Peter creció, y su autómata se convirtió en una atracción popular en ferias y eventos locales.

Sin embargo, la leyenda cuenta que el autómata de Peter cobró vida propia de manera inesperada. Durante una presentación en una feria, el autómata comenzó a moverse de manera más fluida y demostró comportamientos más complejos, como bailar y responder a los comandos de los espectadores. Se rumoreaba que Peter había encontrado un método secreto para infundir vida a su creación.

La historia del Hombre del Palo se transmitió de generación en generación, y aunque puede ser considerada una mezcla de realidad y fantasía, refleja la fascinación medieval por los autómatas y las máquinas que imitaban la vida humana. Esta leyenda muestra cómo las historias populares alimentaban la imaginación colectiva y despertaban el interés en la creación de seres artificiales.

Aunque no podemos afirmar con certeza si la leyenda del Hombre del Palo se basa en un evento real o es simplemente una invención, su existencia refleja el entusiasmo de la época por los autómatas y la creación de seres artificiales. La leyenda del Hombre del Palo añade un toque misterioso y emocionante a la rica historia de la IA en la Edad Media.

Además de los autómatas, durante la Edad Media también se desarrollaron otros artilugios mecánicos que mostraban cierto nivel de automatización y replicación de comportamientos humanos. Por ejemplo, se crearon autómatas de escritura, como el autómata de Jacquet-Droz, que podía escribir textos de manera autónoma. Estos inventos, aunque más simples en comparación con los sistemas de IA modernos, mostraban un interés y una habilidad para crear máquinas que imitaban las habilidades humanas.

En resumen, la Edad Media fue testigo de avances notables en el campo de la IA a través de autómatas y otros artilugios mecánicos. Estos dispositivos, aunque limitados en comparación con las capacidades actuales de la IA, sentaron las bases para el desarrollo posterior de tecnologías automatizadas y demostraron la creatividad y la habilidad técnica de los artesanos y los inventores de la época.

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Hombre del Palo

Ideas de IA en la Edad Media

También en el terreno conceptual hubo muchos avances, entre otros las filosfías de autores como Gottfried Wilhelm Leibniz y René Descartes son relevantes en el contexto de la naturaleza humana y la posibilidad de reducir el lenguaje a un sistema racional y simbólico. Estas ideas sentaron las bases para futuros desarrollos en la comprensión de la inteligencia artificial y su relación con el lenguaje y el pensamiento humano.

Leibniz, filósofo y matemático del siglo XVII, desarrolló una filosofía conocida como "monadología". En su visión, argumentaba que el mundo estaba compuesto por "monadas", unidades indivisibles de realidad que poseían una especie de conciencia y percepción. Según Leibniz, estas monadas podían entenderse como entidades fundamentales que formaban la base de toda la realidad y que poseían cierto grado de inteligencia inherente.

En cuanto al lenguaje, Leibniz creía en la idea de que el pensamiento humano podía ser reducido a una combinación de símbolos lógicos y matemáticos. Su visión se basaba en la idea de que el lenguaje podía ser formalizado y que todas las ideas y conceptos podían ser expresados mediante una notación simbólica universal. Esta noción sentó las bases para el desarrollo posterior de los lenguajes formales y la lógica matemática, que son fundamentales en la teoría de la computación y la inteligencia artificial.

Por otro lado, Descartes, filósofo y científico del siglo XVII, formuló la famosa afirmación "Cogito, ergo sum" (Pienso, luego existo), que destaca la importancia del pensamiento y la conciencia en la definición de la existencia humana. Descartes argumentaba que la capacidad de pensar y tener conciencia era la esencia del ser humano, y que esta capacidad diferenciaba a los humanos de otras formas de vida.

En relación con la reducción del lenguaje a un sistema racional y simbólico, Descartes también abordó este tema en su obra "Discurso del Método". En este tratado, Descartes propuso una metodología basada en la duda metódica y la razón como herramientas fundamentales para el conocimiento humano. Su enfoque racionalista y su énfasis en la claridad y la distinción sentaron las bases para el desarrollo de una lógica rigurosa y un sistema de razonamiento basado en reglas formales.

En resumen, las filosofías de Leibniz y Descartes ofrecieron perspectivas valiosas sobre la naturaleza humana y la posibilidad de reducir el lenguaje a un sistema racional y simbólico. Sus ideas sentaron las bases teóricas para futuros desarrollos en la inteligencia artificial, especialmente en lo que respecta al procesamiento del lenguaje natural y la lógica simbólica en los sistemas de IA modernos.

La Revolución Industrial

"Las máquinas nos han dado la posibilidad de producir en grandes cantidades y a menor costo, pero también han generado desafíos en términos de desigualdad y la necesidad de repensar la distribución equitativa de la riqueza." - Karl Marx

"Si le hubiera preguntado a la gente qué querían, habrían dicho 'caballos más rápidos'." - Henry Ford

"Las máquinas son la maldición de la humanidad. Son una amenaza para nuestro trabajo, nuestra libertad y nuestra dignidad." - Ludditas

Los ludditas fueron un movimiento de trabajadores en la Inglaterra del siglo XIX que se opusieron a la creciente mecanización y automatización de la industria textil. Su objetivo era preservar sus empleos y protestar contra las máquinas que los reemplazaban. Aunque no existe una cita específica de un líder luddita, esta frase resume la esencia de su oposición a las máquinas y el temor de que estas tecnologías redujeran los empleos y el bienestar de los trabajadores.

La Revolución Industrial, que tuvo lugar en los siglos XVIII y XIX, marcó un punto de inflexión en la historia al introducir cambios significativos en la producción, la economía y la sociedad. Si bien la Revolución Industrial no está directamente relacionada con el surgimiento de la Inteligencia Artificial (IA) en su forma actual, sentó las bases para el desarrollo de tecnologías y conceptos que más tarde se vincularon con la IA.

Durante la Revolución Industrial, una de las invenciones clave fue la máquina de vapor, que impulsó la mecanización y la automatización de la producción. La primera máquina de vapor práctica fue desarrollada por James Watt en el siglo XVIII, y su uso generalizado en la industria tuvo un impacto revolucionario en la eficiencia y la velocidad de la producción. Esta máquina se considera un hito importante en la transición hacia la producción industrializada y sentó las bases para el surgimiento de las fábricas modernas.

Sin embargo, a medida que avanzaba la Revolución Industrial, también surgieron tensiones y oposición social al avance tecnológico y la automatización. La introducción de máquinas y sistemas mecanizados generó preocupaciones entre los trabajadores, que temían la pérdida de empleos y la explotación laboral. Muchos artesanos y trabajadores manuales se enfrentaron a la desaparición de sus oficios tradicionales debido a la creciente mecanización y la demanda de mano de obra barata en las fábricas.

Estas tensiones sociales y el conflicto entre los trabajadores y los avances tecnológicos durante la Revolución Industrial son un precursor histórico de las preocupaciones actuales en torno a la automatización y la IA. La oposición a la automatización y la pérdida de empleos se ha repetido en diferentes momentos históricos, a medida que las tecnologías han avanzado y han surgido debates sobre los impactos socioeconómicos y el futuro del trabajo.

En conclusión, aunque la Revolución Industrial no estuvo directamente relacionada con el surgimiento de la Inteligencia Artificial en su forma actual, sentó las bases para el desarrollo de tecnologías y conceptos que se vinculan con la automatización y la producción en masa. Asimismo, la oposición social y las tensiones laborales en ese período histórico reflejan las preocupaciones recurrentes en torno a los avances tecnológicos y la automatización en diferentes momentos de la historia, incluyendo el debate actual sobre la IA y el futuro del trabajo.

La llegada de los bits

"Las leyes del pensamiento son leyes matemáticas y, por lo tanto, la ciencia del razonamiento, de las pruebas, es simplemente una rama de la ciencia del número." - George Boole

A pesar de su falta de educación formal en matemáticas, Boole logró hacer importantes contribuciones a este campo. Boole era autodidacta y había recibido una educación básica en una escuela local en su ciudad natal, Lincoln, en Inglaterra. A pesar de ello, su pasión por las matemáticas lo llevó a realizar investigaciones y desarrollar nuevas ideas en lógica y álgebra

"Las máquinas pueden hacer cualquier cosa que un ser humano pueda describir formalmente." - Alan Turing

Turing estaba involucrado en la creación y el desarrollo de la "Bomba", una máquina electromecánica diseñada para acelerar el proceso de descifrado de los mensajes de Enigma. Se dice que Turing a menudo estaba tan inmerso en su trabajo que olvidaba comer o dormir, y pasaba largas horas en Bletchley Park, dedicado a la tarea de descifrar los mensajes enemigos.

Esta anécdota resalta el compromiso y la pasión de Turing por su trabajo, así como su enfoque innovador en el campo de la criptografía y la resolución de problemas. Su contribución durante la Segunda Guerra Mundial fue crucial para el esfuerzo de guerra británico y allanó el camino para el desarrollo posterior de la computación y la inteligencia artificial.

Desde el siglo XIX hasta aproximadamente 1950, la historia de la Inteligencia Artificial (IA) estuvo marcada por importantes avances en lógica, matemáticas y el uso de máquinas y tecnología durante la Segunda Guerra Mundial.

A mediados del siglo XIX, George Boole desarrolló el álgebra de Boole, un sistema matemático para representar el razonamiento lógico. Su trabajo fue fundamental para sentar las bases de la lógica formal y la teoría de la computación, sentando las bases para el futuro desarrollo de la IA.

En la década de 1930, el matemático y lógico británico Alan Turing propuso la idea de las "máquinas de Turing", un concepto teórico de un dispositivo capaz de realizar cualquier cálculo computacional. Las máquinas de Turing jugaron un papel crucial en el desarrollo de la teoría de la computación y tuvieron un impacto significativo en la IA.

Durante la Segunda Guerra Mundial, la tecnología y las máquinas desempeñaron un papel fundamental en la criptografía y el descifrado de mensajes codificados. Un ejemplo destacado fue el trabajo realizado por Alan Turing y su equipo en Bletchley Park, donde desarrollaron la máquina "Colossus", considerada una de las primeras computadoras electrónicas programables. Esta máquina ayudó a descifrar los códigos de comunicación alemanes, lo que tuvo un impacto significativo en el desarrollo de la IA y la computación.

En 1943, Warren McCulloch y Walter Pitts introdujeron el concepto de "neurona artificial", una abstracción matemática de una célula nerviosa. Su modelo sentó las bases para el desarrollo posterior de las redes neuronales artificiales, que son esenciales en la IA moderna.

En 1950, Alan Turing propuso la famosa "prueba de Turing", un test para determinar si una máquina puede exhibir un comportamiento inteligente indistinguible del de un ser humano. Esta idea planteó cuestionamientos profundos sobre la naturaleza de la inteligencia y allanó el camino para la investigación y el desarrollo de la IA en las décadas siguientes.

En resumen, desde el siglo XIX hasta aproximadamente 1950, la historia de la IA estuvo marcada por los avances en lógica, matemáticas y el uso de máquinas y tecnología durante la Segunda Guerra Mundial. Figuras como George Boole, Alan Turing y los desarrollos en la criptografía y las computadoras sentaron las bases teóricas y prácticas para el desarrollo posterior de la IA.