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Unidad 15. La importancia de la organización en las aulas rurales multigrado

La organización de la tríada tiempos, espacios y recursos es un elemento crucial dentro de la didáctica multigrado. 

En estas aulas, toda actividad organizativa resulta ciertamente paradójica. Por un lado, es necesario dedicar un considerable esfuerzo a la planificación y toma de decisiones con respecto a estas tres dimensiones fundamentales. Sin embargo, al mismo tiempo, debemos ser conscientes de que esta organización debe ser flexible. Pretender que todo se desarrolle exactamente según lo planeado es, una vez más, una utopía. Pero, como ya hemos visto, la utopía sirve para marcarnos un camino, un objetivo al que aspirar.

Veamos algunas de las cuestiones sobre las que tendremos que tomar decisiones:

Tiempos

eyJ0eXAiOiJKV1QiLCJhbGciOiJIUzI1NiJ9.eyJpbSI6WyJcL2FydHdvcmtcL2ltYWdlRmlsZVwvbnljLTItMjY4LmpwZyIsInJlc2l6ZSw2MDAsNjAwIl19.d8RQGol_J1Zdb7_rISS5XuharJRmbii-BY7A0iZv5ck.jpgLos relojes blandos. Cuadro: La persistencia de la memoria (Salvador Dalí) Fuente: https://historia-arte.com/obras/la-persistencia-de-la-memoria

Son numerosas las obras centradas en escuela rural que advierten que la organización del tiempo es uno de los factores que requiere mayor atención. Sin embargo, esta tarea es sumamente desafiante. Piensa que has de decidir cómo:

  • Combinar tiempos de trabajo individual con otros de tipo grupal.

  • Conjugar tiempos de trabajo común con otros más específicos, centrados en el grado cursado.

  • Organizar los tiempos de atención pedagógica directa e indirecta.

  • Reducir los tiempos muertos o tiempos de espera del alumnado.

Santos (2021) recomienda elaborar un plan para organizar el tiempo, que aborde estas y otras variables implicadas. También aconseja construir este plan en tres momentos diferentes pero interrelacionados:

  • A priori. Diseña el plan con antelación, mientras diseñas otros elementos de la estrategia multigrado (ya sabes: actividades, atención pedagógica, circulación del saber, metodología). Debes concebirlo como un esquema de acción flexible, no como una estructura totalmente cerrada.

  • Durante el desarrollo de la práctica. ¿Quién no ha tenido que modificar la distribución temporal para adaptarla a las necesidades que van surgiendo? Esto es algo totalmente necesario. Dado que esto va a pasar, es apropiado tener siempre preparado un plan b. Actividades complementarias, recursos de ampliación y refuerzo, proyectos de aprendizaje personalizados, etc.

  • A posteriori. Dado que es probable que hayas realizado modificaciones sobre la marcha, al concluir la práctica, deberás actualizar la estructura del plan original.

En este sentido, Montero (2002) cree que debemos crear varias planificaciones interrelacionadas: año, tema, semana y día. Los planes amplios ofrecen una mayor perspectiva de todo el proceso y favorecen una gestión flexible. Los que van centrándose en unidades cada vez más cortas nos permiten concretar el trabajo exacto que vamos a llevar a cabo. 

Una de las consideraciones más complejas es la asignación de tiempo a las actividades diferenciadas.

Cuando planteamos diferentes tareas en un mismo momento, hay varios procesos que se están desarrollando al mismo tiempo y es complicado poder cuadrarlos. Al respecto, desde la bibliografía se recomienda situar al alumnado como referencia principal, llegando a romper tu plan (o incluso la distribución horaria oficial) para adaptarte a sus necesidades. 

En este tipo de situaciones, una de las posibles soluciones pasa por determinar qué tareas son fundamentales y cuáles son complementarias. Las fundamentales deberían ser afrontadas de una manera flexible, ocupando el tiempo que el estudiante necesite. Las complementarias se desarrollarán a posteriori, según el tiempo que dejen las más importantes.

Sabemos que hay muchas presiones para avanzar contenido, pero ¿de verdad merece la pena tratar muchos contenidos diferentes si no se llegan a dominar correctamente? Pregúntate ¿cantidad o calidad? 

PARA SABER MÁS: Respecto a esta última cuestión, te recomendamos el libro “La pedagogía del caracol: por una escuela lenta y no violenta”.

Por lo tanto, sé consciente de que sería conveniente intentar organizar el tiempo, aún a sabiendas que conseguir domarlo del todo es prácticamente imposible y poco deseable. Crea un plan, pero sé flexible en su ejecución.


 Espacios

8287c99e0f1eb2f2a46256535a7d6879.jpgFuente: https://i.pinimg.com/736x/82/87/c9/8287c99e0f1eb2f2a46256535a7d6879.jpg

 

La organización de los espacios juega un papel crucial en las ARM.

Podemos diferenciar entre espacios educativos (recinto escolar) y espacios con valor educativo (cualquier espacio que pueda ser aprovechado pedagógicamente). El problema surge cuando la complejidad para aprovechar los segundos, nos lleva a pensar que solo existen los primeros. Las infraestructuras escolares y la concepción sobre cómo aprovechar los espacios están condicionadas por la enseñanza tradicional y la organización graduada. Necesitamos analizar el uso del espacio desde las condiciones de nuestras escuelas y las posibilidades que ofrece el territorio.

Si bien en el centro de una ciudad puede ser complicado llevar a los estudiantes a un parque para aprender sobre árboles o visitar una panadería para comprender la elaboración del pan y las pastas, esta dificultad no debe llevarnos a asumir que todo el aprendizaje debe ocurrir dentro de las cuatro paredes del aula. En la escuela rural tenemos más facilidad para aprovechar algunos recursos del entorno. 

Al respecto, nos hacemos dos preguntas: 

¿Qué nos impide aprovechar todos estos recursos?

¿Cómo podemos aprovecharlos?

Consideraciones a tener en cuenta 

  • La forma de organizar el espacio varía entre el espacio educativo (aula) y los espacios con valor educativo. 

En los primeros, el alumnado tiene interiorizado el funcionamiento de cada lugar y sus componentes: saben para qué se usa la pizarra, la mesa de trabajo, la asamblea, o la mesa del docente. No obstante, en la plaza del pueblo, en el parque o en el río, no hay una configuración predefinida, propiciando organizaciones más flexibles, pero menos previsibles para el alumnado.

Por lo tanto, al salir al entorno, es fundamental planificar esta organización, aclarando al alumnado cómo debe desenvolverse en él. 

  • La organización de la atención pedagógica está supeditada al lugar en el que nos encontramos. 

El aula permite una organización por ámbitos, rincones, zonas de recursos… que favorecen la atención pedagógica indirecta, ya que permiten un comportamiento autónomo por parte de los estudiantes. Sin embargo, el medio natural, a pesar de sus posibilidades, requiere un control diferente por parte del docente para evitar posibles “peligros”.

  • La selección y organización del espacio depende del objetivo de la situación de aprendizaje.

Antes de optar por un espacio u otro, debemos preguntarnos: ¿Qué pretendemos que aprendan? ¿Cómo queremos que trabajen? 

Si queremos observar el comportamiento de un hormiguero, desde nuestro punto de vista, la decisión es sencilla.  Si queremos conocer las pirámides de Egipto, también. Pero si pretendemos conocer una receta tradicional de la zona, podemos buscar en Internet o preguntar en el restaurante del pueblo.

Si pretendemos que trabajen de manera individual, necesitamos organizar el espacio de manera que cada uno pueda tener acceso a la fuente de información. Si es un trabajo grupal, deben poder interactuar y poder moverse.

Estas cuestiones pueden parecer obvias, pero es fundamental evaluar la idoneidad del espacio antes de comenzar, para asegurarnos de que se ajusta a los objetivos de la actividad.

Recursos

La organización del uso de los recursos presenta una serie de implicaciones para el desarrollo del proceso educativo en estas clases.

  • Favorecen la instrucción diferenciada (Shareefa, 2020)⁠.

Un mismo contenido puede ser desarrollado a través de diferentes recursos. En las etapas iniciales, la capacidad de abstracción del alumnado es limitada, por lo que deberemos facilitar la concreción de los saberes a través de recursos. Algunos necesitarán manipular; otros, verlo en un vídeo o en una foto. Conocer el estilo de aprendizaje de cada uno nos ayudará a seleccionar los mejores recursos para cada uno.

  • Ayudan a optimizar el tiempo de atención pedagógica indirecta.

Como vimos, no podemos atender a todos a la vez. Los recursos pueden facilitar el autoaprendizaje y permitir que existan otras fuentes de información, además del docente, que estén actuando simultáneamente en el aula. Podemos aprovechar libros, vídeos, audios, presentaciones… 

Sin embargo, el hecho de entregar un libro o un vídeo a un aprendiz no implica que estos recursos faciliten el autoaprendizaje. Necesitamos valorar la calidad de dichos materiales y analizar si son asumibles autónomamente por el alumnado. Además, debemos entrenar a nuestros estudiantes para que tengan las habilidades necesarias para extraer información de ellos.

  • Están condicionados por los espacios.

La utilización de ciertos materiales, por parte de un grupo de estudiantes, puede distraer a otros miembros de la clase. Si pones un vídeo con una canción para los más pequeños en el proyector de clase, ¿qué crees que van a hacer los estudiantes de 6º? Por lo tanto, debemos tener en cuenta el trabajo de los diferentes itinerarios y los espacios que tenemos para usar determinados recursos. 

 

Pero además de estas cuestiones, queremos destacar dos aspectos cruciales: el aprovechamiento de los recursos del entorno y el uso de los recursos tecnológicos.

Recursos del entorno

Desde diversas obras se recomienda emplear los recursos del entorno (Abós, 2014; Abós y Bustos, 2015; Boix, 2011; Consejo Escolar de Aragón, 2022; Montero, 2002; Santos, 2011; UNESCO, 2015). 

¿Acaso hay una forma mejor de explicar la migración de las aves que ver enormes bandadas sobrevolar nuestro pueblo durante unas fechas concretas del año?

Además de los recursos naturales, debemos aprovechar otros recursos que nos ofrece el territorio. Entre ellos, los recursos humanos. La comunidad educativa es una enorme fuente de información que podemos aprovechar.

Por otro lado, el territorio puede servir como fuente de inspiración. Destacan especialmente los recursos naturales ya que, como defendía Freinet, la naturaleza es uno de los mayores excitantes de la mente infantil. Ríos que discurren con una fuerza capaz de mover rocas y troncos, montañas inmensas rozan las nubes, rocas tan antiguas como nuestro propio planeta, insectos y anfibios que cambian de forma, plantas con olores y colores intensos, restos fósiles de seres que vivieron hace millones de años… Hombres y mujeres del arte, la literatura o la ciencia han usado la naturaleza como campo de estudio, pero también como musa.

En otras palabras, podemos entender la naturaleza como fin en sí mismo, pero también como medio para potenciar la creatividad de nuestro alumnado.

Recursos digitales

En el primer capítulo, quisimos que reflexionaras acerca del uso de la tecnología. Esta, como vimos, no es neutra. Puede motivar enormemente al alumnado, pero también puede estar entorpeciendo determinadas habilidades. No queremos volver a repetirnos, sino destacar que en la actualidad existen numerosas herramientas tecnológicas con potencial educativo.

Cualquier selección que te mostráramos es solo una muestra de todo este abanico inabarcable. Teniendo en cuenta esa limitación, te adjuntamos a continuación algunas recopilaciones que quizá puedan serte útiles. En el próximo apartado, dedicado a la metodología, conoceremos algunas de ellas, pues entendemos que su utilización ha de ser una consecuencia de la elección metodológica y no viceversa.

PARA SABER MÁS: La exploración de estas recopilaciones no es obligatoria en el contexto de este curso, pero puede ser útil guardarlas, ya que en el futuro podrían ser de utilidad. Ten en cuenta que algunas herramientas se repiten en diferentes recopilaciones.

  • Rueda de la pedagogía


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