14. Equipa: Calzado
Con un calzado apropiado se camina más cómodo y con menor esfuerzo, a la vez que se pueden evitar pequeñas pero muy molestas lesiones (rozaduras, ampollas) y prever otras más importantes (tendinitis, esguinces, fracturas).
Para caminar en montaña o caminos no sirve el mismo calzado que se usa todos los días: es algo que se olvida con demasiada frecuencia. Por ello hay que tener en cuenta:
1. El tipo de suelo (firme) sobre el que discurre la excursión y su estado (piedras, barro...)
2. La longitud y los desniveles del itinerario
3. La climatología prevista, en particular el frío y la lluvia
4. La adaptación del pie al calzado: evitando que sea nuevo o esté en mal estado
Y de acuerdo con lo anterior, conviene valorar estos aspectos del calzado:
- el tipo de suela (dureza, amortiguación, agarre)
-
la protección del tobillo que ofrece
-
el aislamiento térmico
- la transpiración y/o impermeabilidad
- la protección frontal y lateral del pie
Es recomendable también elegir unos calcetines apropiados y llevar un recambio que permita mantener secos los pies.
Como federados, debemos escoger el calzado adecuado para cada actividad, sin que ello signifique que necesitemos un calzado muy técnico o caro.