1.2.4.3. Cómo se desarrolla en el niño
Imagen - construcciones. Imagen tomada de Pixabay
Tal y como hemos visto, las funciones ejecutivas constituyen un grupo de habilidades cognitivas que nos permiten adaptarnos a situaciones novedosas y complejas, permitiéndonos crear conductas no habituales en nuestro repertorio (Roselli, Matute y Jurado, 2008). Esta adquisición de una conducta más adaptada a las necesidades del medio, se irá mostrando a lo largo del desarrollo del niño, de manera que durante el crecimiento observaremos una mayor capacidad de controlar por sí mismos sus pensamientos, acciones y regulación de su propia conducta. Esta maduración en su forma de actuar y pensar se deberá en gran medida al mejor manejo de sus funciones ejecutivas (Bausela, 2014).
Como veremos a continuación, el desarrollo de las funciones ejecutivas se producirá lentamente a lo largo del desarrollo del niño, llegando a obtener una maduración completa al final de la adolescencia y/o al inicio de la edad adulta. El modo en el que se desarrollarán será jerárquico y discontinuo, de manera que aspectos como la memoria operativa o el control atencional se desarrollarán en los primeros años de vida, mientras que funciones como la flexibilidad cognitiva o la capacidad de planificación empezarán a desarrollarse más tarde y terminarán de hacerlo en la adolescencia o, incluso, en las primeras etapas de la vida adulta.
Primer año de vida
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A los 4 meses de vida el niño tiene consciencia de la permanencia del objeto.
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Entre los 8 y 12 meses de vida es capaz de usar el conocimiento acerca de la permanencia de los objetos para dirigir su conducta a una meta.
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A los 9 meses de vida muestra respuestas automáticas ante estímulos ambientales.
Del primer año al segundo año
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Con 1 año comienza a inhibir los estímulos irrelevantes
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Con 1 año es capaz de inhibir una respuesta automática
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A los 2 años, ha mejorado notablemente el manejo de su memoria operativa, lo que le permite actuar más eficazmente en el medio.
De los 3 a los 6 años
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A los 4 años inicia la capacidad de planificar, aunque de un modo muy rudimentario.
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A partir de los 3 años mejora considerablemente su capacidad inhibitoria, pero todavía presenta respuestas instintivas o automáticas
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Mejora el funcionamiento de su memoria operativa
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Desarrolla la capacidad de solucionar problemas, utilizando estrategias metacognitivas.
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A los 6 años aparece establecida la inhibición conductual
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Durante este período empieza a aparecer la flexibilidad cognitiva
De los 7 a los 11 años
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Mejora el manejo de su memoria operativa
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Entre los 9 y los 13 años mejora notablemente su capacidad de planificación
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Entre los 7 y los 10 años se desarrolla por completo la capacidad de categorizar
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Aproximadamente a los 9 años se establece la metacognición y la regulación conductual
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A los 10 años adquiere una capacidad para seguir reglas en tareas de clasificación y para cambiar de una categoría equivalente a la de un adulto
De los 12 a los 16 años
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Alcanza el manejo completo de la memoria operativa
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Mejora considerablemente en su capacidad de planificar
De los 16 años a la vida adulta
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Sigue mejorando su capacidad de planificar y organizar. Se considera que seguirá mejorando durante toda la segunda década de vida
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La fluidez verbal (fonológica y semántica) adquiere su máximo desarrollo después de la adolescencia