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Aspecto Emocional

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Uno de los elementos principales dentro del esquema enseñanza-aprendizaje es la motivación. La motivación incita al alumnado a aprender, aprendiendo lo que realmente le interesa. Motivar es irrumpir en el psiquismo las fuentes de energía interior y encauzarla. Dentro de la enseñanza, la función pedagógica es la de crear las condiciones psicológicas y ambientales para que la motivación se logre. Es despertar en el alumnado el interés, la atención y los valores contenidos en las asignaturas.

  • Proponer el interés por aprender

El alumnado también tiene su función, y es la de querer aprender para que el proceso enseñanza-aprendizaje se lleve a cabo con éxito. Para conseguir una motivación constante intrínseca del alumnado, es decir la que nace del alumno mismo por la tarea que realiza, la Didáctica sugiere incentivación del aprendizaje. La incentivación del aprendizaje es la actuación externa e intencional del profesorado (que no nace de la asignatura en sí misma sino del docente que estimula o del método que emplea), para identificar el deseo de aprender, despertando constantemente el interés por hacerlo.

Cuando el alumno ingresa a un conservatorio establece un contacto social de comunicación con su entorno (profesorado y alumnado). Para lograr que la motivación se despierte debe existir una relación entre profesorado y alumnado basada en el respeto, la atención y la cordialidad. El profesor de instrumento otorgará al alumnado las herramientas emocionales necesarias para su desarrollo musical. Esto se irá desarrollando con el paso del tiempo y la madurez del alumno.

Dentro del contexto académico musical existe la necesidad de perfeccionismo constante, muchas veces alimentado por la competitividad entre alumnado y profesorado. El alumnado se ve envuelto en la preocupación por lo que los demás piensen de él (especialmente en la etapa de la adolescencia) y también por cumplir con las expectativas de su maestro/a. Si los resultados no son los esperados por los demás y por sí mismo le invadirá un sentimiento de frustración. Lo importante es que esa frustración no desencadene en autodescalificación. La frustración sin autodescalificación, pasa; la frustración con autodescalificación, queda.

  • La satisfacción por el cumplimiento de la tarea

El alumnado necesita del profesorado en su estudio cotidiano comunicación, es decir, ponerse de acuerdo para no exigir en exceso. La exigencia en exceso puede ser perjudicial para el alumnado ya que conduce a la saturación. Esa exigencia no permite el disfrute en el aprendizaje, porque se estudia para demostrar.

Los estados emocionales muchas veces se ven reflejados en la interpretación de los alumnos, pero en ocasiones existe un bloqueo que impide la comunicación en el discurso musical. El profesor Boris Berman (2010) propone un ejercicio de flexibilidad emocional para la interpretación de una obra y desbloquear esa situación.

  1. Escoge la partitura que el alumno está estudiando
  2. Pide que determine los estados de ánimo que le sugieren unas pocas frases, y el alumnado responde con 4 adjetivos.
  3. Pide que asocie algún momento de su vida que le recuerde al primer adjetivo.
  4. Pide que lo reviva emocionalmente y a continuación que interprete el pasaje con los otros 3 adjetivos restantes.
  5. Haz volver al alumnado a vivenciar el 1º adjetivo y le pide que lo cambie por el 2º, luego el 3º y 4º.
  6. Pide al alumnado que repita el paso anterior pero sólo cuando él se lo indique
  7. Dile al alumnado que interprete lentamente el pasaje, observando los cambios de humor según va cambiando la música
  8. Haz repetir el pasaje cada vez a más velocidad junto con los cambios emocionales.

Esto sirve para que el alumno libere sus emociones, y también significa que la interpretación emocional no debe estar librada al azar para poder otorgar seguridad al intérprete.

  • El gusto por el estudio

Como consecuencia, el alumnado debe sentirse participe del proceso para llegar a desarrollar una autonomía, para ello es necesario un diálogo democrático en clase de instrumento, en el grado que sea. Ese coloquio en parte es asimétrico ya que es el profesorado es el que posee el conocimiento, pero eso no significa que el alumnado no pueda participar. Ese diálogo estará equiparado con la edad y madurez del alumno.