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1. Introducción

La Educación es una disciplina que escapa a una fácil clasificación, tendemos asociarla al   campo de las Humanidades pero es imprescindible en todas las ciencias. Es curioso que el acceso al conocimiento humano, la base de toda nuestra civilización, esté tan alejada de la aplicación del método científico.

Si algo aproxima la Educación a las ciencias es su evolución. No se mide por revoluciones de gran impacto, sino que su tiempo se aproxima más a las edades de la Geología.

Lentas transformaciones, casi imperceptibles, pero que acaban moviendo continentes de conocimiento, levantando montañas y erosionando barreras de acceso.

Las revoluciones metodológicas suelen fracasar en su principal objetivo de cambiarlo todo o suponer transformaciones radicales. El sistema educativo tiende a resistirse, a seguir confiando en lo testado por años de experiencia, sea correcto o no. Seguramente esta resistencia a los cambios violentos responde a que toda la sociedad lo conoce, trata de reproducir lo que vivió como alumno o docente y, más importante, como demuestra J.Hattie, prácticamente todas las acciones educativas tienen un impacto positivo, mayor o menor, en el sistema de enseñanza /aprendizaje, y por lo tanto tendemos autojustificarlas.

Sin embargo la transformación se produce, imperceptible pero poderosa. Es cierto que muchas veces se utiliza el símil de que nuestras aulas son iguales que las de hace 50 años, que básicamente nada ha cambiado en la clase magistral. Nada más lejos de la realidad. Si repasamos mentalmente, se han producido muchos cambios: las programaciones en base a currículos elaborados, la evaluación inicial y continua, las adaptaciones curriculares, las enseñanzas de idiomas extendidas a todas las materias, las materias optativas, trabajo por competencias, correo electrónico, pizarras digitales... y aunque no todo el mundo los aplique, a nadie le extrañan conceptos como trabajo cooperativo, interdisciplinar, apoyos en el aula, educación inclusiva…

Algo ha ocurrido, el continente sobre el que nos movemos ya no es el mismo y la  evolución del sistema es lenta pero imparable.

No se trata de cambiarlo todo y revolucionar tu sistema metodológico, pero las plataformas digitales y la educación on-line han venido para quedarse y complementarán el trabajo del educador, que ha pasado de fuente de conocimiento a facilitador de aprendizajes y potenciador de talentos.

Muchas herramientas pueden ayudarte en este curso a llevar a cabo tu trabajo que probablemente nunca antes hubieras probado. Es un buen momento para probar e incorporar estas herramientas y nuevas metodologías a tu trabajo diario. Te invitamos a que escojas alguna de ellas y te quedes con las que mejor te funcionen en tus circunstancias.

Crear tareas DUA, diseñar proyectos o invertir alguna de tus clases puede ser un buen comienzo. 

Cuidado con las revoluciones sin formación y sin una evaluación precisa. Evalúa resultados entre grupos y compañeros. Infórmate antes de dar un paso. En CATEDU tienes cursos sobre muchas de ellas; plataformas digitales como AEDUCAR,  Classroom; metodologías como ABP o acercamientos a la educación emocional.

¿Te subes al tren?