1. Detectar la situación de partida general, para dar comienzo al proceso de enseñanza y de aprendizaje.
  2. Facilitar la elaboración de una programación idónea y adecuada para las alumnas y alumnos, en función de los resultados del punto anterior.
  3. Durante la aplicación del proyecto/unidad:
      • Conocer las ideas previas del alumnado.
      • Adaptar el conjunto de elementos curriculares del proyecto/unidad a la situación del grupo.
      • Regular el proceso de enseñanza y de aprendizaje: reforzando los elementos positivos, eliminando los elementos negativos, adecuando las actividades a las posibilidades de cada estudiante, superando de inmediato las dificultades surgidas.
  4. Confirmar o reformular la programación en función de los datos que se van obteniendo con el desarrollo de los proyectos o unidades previstas.
  5. Orientar al alumnado hacia futuros estudios o salidas profesionales.
  6. Elaborar informes descriptivos acerca del progreso en el aprendizaje relativo a cada alumna o alumno.
  7. Regular y mejorar la organización y la actuación docente, tanto desde la perspectiva institucional como para la actividad en las aulas.
  8. Controlar el rendimiento general del alumnado para adoptar las decisiones necesarias sobre su promoción o titulación.
  9. Seleccionar los programas específicos y recursos didácticos apropiados para cada centro docente.