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3.3. Relaciones y jerarquías de poder: el énfasis en la dimensión relacional y colectiva de la construcción de saberes.

Sería el tercer eje que estas autoras identifican. A pesar de que las relaciones horizontales son formas ideales de trabajo, señalan la necesidad de seguir atendiendo de un modo crítico a la actuación docente, que no deja de ser desigual al respecto del alumnado a pesar de que se incluyan distintas técnicas de trabajo y construcción colectiva del conocimiento. No hay que dejar de prestar atención a las relaciones de poder y de jerarquía que se establecen en el aula, de hecho, como señalan Troncoso, Follegati y Stutzin,

“La democratización de los espacios de aprendizaje formales, en tanto, no se asume como una tarea fácil, sino más bien como una disposición a la incomodidad propia del acto de abrirse a problematizar el posicionamiento de autoridad del saber docente; también implica una disposición a que los debates incómodos tengan lugar en la sala de clase ” (2019: 11).

Hablábamos más arriba de la intersubjetividad necesaria para el desarrollo del pensamiento complejo y para el acceso al saber en la contemporaneidad y también de algo así como una suerte de intercorporeidad o de encuentro entre las personas que ponen en el aprendizaje algo más que sus cerebros. Esta reivindicación de la intersubjetividad y la interdependencia no puede prescindir del análisis de las relaciones de poder que existen en las aulas y los centros educativos. Trabajar desde una óptica interseccional que suponga una revisión de todo lo que sucede en el acto pedagógico entendido de un modo amplio, significa de algún modo movernos en un vulnerarnos, abrir preguntas incómodas y aportar ese espacio donde también se nos interpela como docentes. 


Propuesta de actividad:

Reflexiona sobre la siguiente pregunta: ¿te incomoda tratar en clase de manera explícita las relaciones de poder y subordinación? Identifica algunos debates “incómodos ” relacionados con lo interseccional que podrían tener lugar en un aula. 


En definitiva, no solo es importante comprender el término, revisar los materiales y las programaciones de aula, incluir a todo el mundo, representar con imágenes la variedad de posibilidades de vida, sino cuestionarnos y tratar de deshacernos en los ejercicios de exclusión y de poder que llevamos a cabo y en las experiencias que proponemos para la vida de quienes habitan el centro educativo. Revisarnos en definitiva,  el machismo, el racismo, el antigitanismo, el clasismo, el capacitismo, el rechazo a las distintas creencias, los prejuicios acerca de la edad y todos aquellos elementos que nos constituyen a todas las personas y que deben ir poco a poco cuestionándose y desmantelándose.