Huerto durante los días no lectivos
Aunque la llegada de la etapa de descanso es muy esperada (y necesaria para recargar batería), a todos nos aterra el dejar la huerta del centro en la época más bonita y que más trabajo requiere. Nos abordan las dudas y empezamos a preguntarnos cómo y quién va a regar, recolectar, reparar posibles fugas…
Preparando la huerta para nuestra ausencia
A la hora de planificar los cultivos, es aconsejable seleccionar aquellos que soporten mejor las condiciones climáticas del tórrido verano y particularidades propias de nuestro enclave. También de apostar por las variedades más tempranas o más tardías, en función de nuestro propósito, evitando que su cosecha máxima se produzca en el mes de agosto.
Una opción estupenda es instalar el riego automático con un programador, muy útil también durante el periodo lectivo. Hay que llevarla a cabo con tiempo, para ir ajustando los tiempos de riego en función de nuestro tipo de suelo y cultivos.
En cultivos que requieran entutorado o podas, intentaremos dejarlos lo más acondicionados posibles justo antes de nuestra partida, aunque a la vuelta la selva está asegurada. Intentar en la medida de lo posible agotar el ciclo vital de las plantas de las cuales queremos extraer y guardar semillas, hay que ir pensando en que a nuestro regreso, el huerto nos ofrece trabajo, pero también muchos talleres con el alumnado.
¿Quiénes pueden ocuparse de la huerta esos días?
En los centros educativos, el equipo directivo suele permanecer varias semanas de julio, si no el mes completo, en el centro. Podrían ser ellos los que, en menos de cinco minutos, den un vistazo rápido y detecten posibles problemas. De este modo sólo habría que “salvar agosto”.
Si el conserje vive en el centro y amablemente se ofrece, sería una baza importante. Además, a nadie le desagrada consumir productos orgánicos y ecológicos. No es mala idea sugerir antes de la temporada de verano el preguntarle qué variedades o cultivos le gusta consumir, con gusto todo se hace mucho mejor.
Otra alternativa, es que se establezca un calendario por turnos de los familiares que han participado a lo largo del curso escolar en las jornadas huerteras. Esto será posible siempre y cuando el acceso al patio sea factible.
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