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3.1. Introducción y fundamentos teóricos

Las emociones básicas son consideradas universales, es decir, se encuentran presentes en todas las culturas y son reconocidas y experimentadas de manera similar por las personas en diferentes partes del mundo. Estas emociones básicas incluyen la alegría, la tristeza, el miedo, la ira, el asco y la sorpresa. Cada una de estas emociones tiene su propia expresión facial característica, patrones de respuesta fisiológica y reacciones conductuales asociadas. Se cree que estas emociones básicas son innatas y nos brindan información importante sobre nuestra interacción con el entorno (Matsumoto, 2004).

Por otro lado, las emociones secundarias son aquellas que se derivan de las emociones básicas y son más complejas en su naturaleza. Estas emociones secundarias pueden ser el resultado de una combinación de emociones básicas o pueden surgir como una respuesta más elaborada a una situación específica. Algunos ejemplos de emociones secundarias incluyen la vergüenza, la culpa, la envidia y el orgullo. Estas emociones tienden a estar más influenciadas por factores culturales y sociales, y su expresión puede variar entre diferentes contextos (Frijda, 1986; Pallarés, 2010).

Las microexpresiones son breves y fugaces expresiones faciales que revelan emociones genuinas y auténticas. Son respuestas emocionales automáticas e involuntarias que ocurren en una fracción de segundo y pueden pasar desapercibidas para la mayoría de las personas. Las microexpresiones pueden revelar emociones ocultas o no expresadas conscientemente, lo que las convierte en una herramienta útil en la detección de mentiras y en la interpretación de las emociones de los demás. Estas expresiones faciales sutiles pueden ser difíciles de detectar, pero con la práctica y el entrenamiento adecuado, es posible aprender a reconocerlas y comprender su significado (Ekman, 2017).

El estudio de las emociones básicas, secundarias y las microexpresiones ha sido objeto de investigación en diversos campos como la psicología, la neurociencia y la comunicación no verbal. Comprender y reconocer estas emociones y expresiones faciales puede tener aplicaciones importantes en áreas como la terapia, la educación, el liderazgo y la comunicación interpersonal (Aracena & González, 2021).