4.1 Principios generales
Cuando realizamos motivos rítmicos diferenciamos entre tres tipos de ritmos según su nivel de organización:
Ritmo libre: es el ritmo no seriado, sin un tempo establecido, ni un compás, ni una proporcionalidad entre los distintos choques. El objetivo de usar este tipo de ritmo a la hora de repetir o inventar motivos rítmicos es explorar la plasticidad corporal de los niños y descubrir todos los movimientos de su cuerpo. Sería algo similar al movimiento sonoro pancromático a la voz. Para los profesores que tienen un sentido del tempo y compás muy bien establecido, realizar este tipo de ritmo puede llegar a resultar muy complejo, al igual que sería cantar de forma no tonal a una persona que tiene la tonalidad muy asentada.
Ritmo rítmico: en este caso, los motivos rítmicos pueden tener un tempo claro pero sobre todo se distingue del ritmo libre por tener una intencionalidad clara, lo que en la técnica instrumental se conoce como direccionalidad, ya que a pesar de no tener un compás determinado sí tiene una línea de fraseo clara. Sí un motivo de ritmo rítmico lo repetimos automáticamente se convertirá en un ritmo métrico, ya que al repetir el motivo se encaja en un compás.
Realizar este tipo de ritmo nos sirve para conseguir un impulso adecuado y comenzar a encajar los motivos rítmicos con la respiración, algo fundamental para conseguir desarrollar el compás. Para realizar el ritmo rítmico es necesario tener sentido del tempo, además es proporcionado, bien de división binaria o bien de división ternaria. A continuación podéis leer una serie de motivos rítmicos rítmicos, proporcionados pero sin compás. Sería comparable con el movimiento del sentido diatónico.
Ritmo métrico: es el tipo de ritmo que nos puede resultar más familiar, pues es el más habitual: este tipo de ritmo tiene un tempo establecido de manera clara y un compás. Se puede plasmar de manera gráfica con facilidad y se puede dividir en dos o en tres. Para que el niño pueda inventar ritmos con una métrica establecida, necesita tener sentido del tempo y sentido de la cuadratura. Cuando el niño es capaz de improvisar motivos métricos, cuadrados y proporcionados, con un impulso impacto y choque adecuado, su nivel de desarrollo rítmico será óptimo. En el apartado melódico su equivalente sería el sentido tonal.
Hemos de cuidar la plasticidad del gesto y la relajación especialmente cuando realizamos motivos con una métrica y un compás establecidos, pues es cuando se tiende a realizar el ritmo de una manera más rígida
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