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8.1 Principios generales

Cantar con el nombre de las notas es súmamente rico, tanto para introducir al niño en la lecto-escritura como para introducirlo en la práctica instrumental de manera oral. Si es capaz de cantar con el nombre de las notas una canción o melodía, conoce dónde están esas notas en un instrumento y sabe generar el sonido en el mismo, podrá tocarla con mayor facilidad. Del mismo modo nos ayuda a ordenar el mundo melódico, estimula su inteligencia formal y mejora las asociaciones necesarias para hacer música. Aviva en general su inteligencia.

Para introducir el nombre de las notas en clase de forma efectiva y sencilla, los haremos de manera oral. Al igual que escuchamos y repetimos motivos melódicos y canciones, es recomendable reproducirlos con el nombre de las notas.

Aunque desde el principio podemos cantar en cualquier tonalidad con el nombre de las notas, para que no haya confusiones con los sostenidos y bemoles, comenzaremos cantando todo en Do M. A medida que ellos dominen el nombre de las notas de manera oral podemos comenzar a realizar, por una parte lecturas melódicas sencillas sin ritmo y por otra cantar en otra tonalidad.

Progresión de tonalidades por curso (aplicables cuando cantamos con el nombre de las notas; cuando lo hacemos sin él, es recomendable cantar en todas las tonalidades y modalidades posibles para enriquecer el mundo sonoro del niño):

  • Primer curso: Do Mayor y la menor.
  • Segundo curso; las anteriores más, Sol Mayor, mi menor, Fa Mayor, re menor.
  • Tercer curso; las anteriores más, Re Mayor, si menor, Si bemol Mayor y sol menor
  • Cuarto curso; las anteriores más, La Mayor, fa sostenido menor, Mi bemol Mayor y do menor.
  • Quinto curso; las anteriores más Mi Mayor, do sostenido menor, La bemol mayor y fa menor.
  • Sexto curso; en este punto, si hemos realizado un trabajo sólido con el nombre de las notas podemos cantar en todas las tonalidades.

Una herramienta de gran utilidad para conseguir agilidad y ordenar con rapidez el nombre de las notas, es realizar ordenamientos (también llamados, progresiones o secuencias melódicas). Para ello en clase podemos plantearlo de la siguiente manera.

  • primero, repetimos cada motivo del ordenamiento con el nombre de las notas.
  • segundo, cantamos con una onomatopeya el ordenamiento completo en grupo.
  • tercero, los alumnos cantan con onomatopeyas el ordenamiento de manera individual.
  • cuarto, Los alumnos cantan con el nombre de las notas el ordenamiento completo dibujando en el aire el movimiento del sonido.
  • quinto, los alumno cantan con el nombre de los grados el ordenamiento.
  • sexto, los alumnos transportan el ordenamiento a otra tonalidad.