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Reclamación de calificaciones: una oportunidad para la mejora de la práctica docente

Reclamación de calificaciones: una oportunidad para la mejora de la práctica docente

Durante  la  educación  y  formación  inicial  del  profesorado,  el  48%  de  los  docentes  en España  (según  TALIS,  2018),  ha  estudiado  los  contenidos  propios  de  sus  materias,  la didáctica  específica  y  general  y  la  práctica  en  el aula.  Sin  embargo,  esta  proporción  es significativamente más baja que el promedio en los países y economías de la OCDE que participan en TALIS (79%). Aunque esta tendencia parece irse reduciendo en los últimos cinco años, la población general de docentes admite tener, prioritariamente, necesidades formativas  en  las  “prácticas  de  evaluación  de  los  estudiantes”  y  en  “la  enseñanza  a alumnos  con  necesidades  educativas  especiales”.  Teniendo  en  cuenta  las  funciones  del profesorado  que  establece  la  Ley  Orgánica  de  Educación  (en  adelante,  LOE)  en  su artículo  91.1,  el  que  los  docentes  en  España  tengan  dificultades  en  el  desarrollo  de  la evaluación  del  proceso  de  aprendizaje  del  alumnado,  la  tutoría  de  los  alumnos,  la dirección  y  la  orientación  de  su  aprendizaje  y  el  apoyo  en  su  proceso  educativo,  podría estar  condicionando  el  plan  de  mejora  de  nuestro  sistema  educativo.  En  ocasiones,  las familias  muestran  su  desacuerdo  con  la  decisión  del  docente  sobre  las  calificaciones asignadas  a  un  alumno.  Este  desacuerdo  puede  materializarse  en  una  reclamación. Aunque  hay  muchas  comunidades  autónomas  que  han  pautado  el  procedimiento  de reclamación, no se han encontrado procesos de asesoramiento que se impulsen desde la Administración (Inspección) hacia los centros educativos para intentar evitar errores en el proceso de enseñanza. Con este artículo, pretendemos asesorar al profesorado sobre los aspectos que conlleva el análisis de una reclamación por parte, en primera instancia, del propio   centro,   y   finalmente,   por   la   propia   Inspección.   En   la   misma   función   de asesoramiento,   extensiva   a   todos   los   miembros   de   la   comunidad   educativa,   este documento  puede  ser  utilizado  por  las  familias  de  alumnos/as  inmersos  en  procesos  de reclamación  como  forma  de  analizar  el  cumplimiento de  los  derechos  que  le  concede  el marco   normativo   vigente.   En   cualquier   caso,   el  documento   se   plantea   como  una oportunidad  de  mejora  profesional  (también  para  la propia  inspección),  y  no  como  una amenaza a la propia práctica docente o inspectora.